El empoderamiento de las mujeres desde la práctica escolar

Por Luis Alexis Ibáñez Aguilar[1]

“Primero enamórate, pero de ti misma, construye un mundo propio,
deja de ser el reflejo del otro.
Busca tu misión, entre mujeres hagamos conexión, estudia y trabaja.
Lee a Florence y no uses faja”.
-Andrea Echeverri-

 

En este breve escrito, se pretende reflexionar sobre la gran importancia de la voz femenina, de las mujeres, de las niñas y adolescentes, en igualdad, por una simple razón: todos somos seres humanos. Así, en este trabajo se busca cuestionarnos sobre la mirada de la sociedad hacia las mujeres, a través de sus interpretaciones, las realidades que vive cada una de ellas alrededor de su espacio sociocultural, es pensar alguna vez en un mundo diferente.

Pensemos en un entorno distinto, en palabras, expresiones cotidianas que realizamos, o, mejor dicho, lo que nos enseñan a decir desde la escuela. Qué pasaría si nos enseñaran a saludar a “todas y no a todos” desde que ingresamos al preescolar. Sabemos que está muy en boga el lenguaje incluyente que expresa una compleja trama de dimensiones humanas que van desde lo cotidiano y práctico hasta lo simbólico, que abarca sentimientos, mandatos, experiencias, circunstancias sociohistóricas y hasta situaciones actuales (Guichard, 2015). Por lo ­anterior, entonces deberíamos preguntarnos si somos conscientes que, para lograr el empoderamiento de las mujeres, deberíamos comenzar ­—desde un punto de vista como educador—, antes que nada, por practicar este tipo de acciones cotidianas en la escuela, para así lograr una sociedad diferente

En defensa de los derechos de las mujeres (Wollstonecraft, 2013), me parece necesario mencionar que muchas de las personas con las que uno habla tienen una especie de concepción negativa, y tal vez peyorativa, sobre el feminismo, y creo que eso tiene que ver con un prejuicio, una forma de hacer creer que “así son las mujeres”, “así deberían de ser”, a saber, un sentimiento de que el feminismo es como el machismo, pero al revés, y que ahora no va a haber abusos y autoridad desbordada del hombre, sino de la mujer. Y eso es mentira, porque la sociedad es abusadora culturalmente —habrá quienes sí y quienes no—, abusadores hay de todos los sexos y géneros, sin duda, pero la idea de un pensamiento diferente es precisamente contrarrestar las desigualdades, que las hay, las sigue habiendo. Así existan mujeres presidentas, las desigualdades y la discriminación están al orden global, y se tienen que combatir desde la trinchera educativa.

Pensar en la escuela del mundo al revés (Galeano,2015) es cambiar la cosmovisión y práctica escolar en los discursos cotidianos, en nuestras acciones, en nuestras sesiones. En este contexto, el empoderamiento de las mujeres, de las niñas y adolescentes, es una estrategia y, me atrevo decir, una norma que pretende restablecer el orden previo a esta desigualdad, confiriéndole a las mujeres la capacidad de decidir tanto sobre sus propios asuntos como sobre los asuntos que preocupan a toda la comunidad escolar.

En ese sentido, la perspectiva de género es la base fundamental para resolver este tipo de discriminaciones y desigualdades, ya que aporta una óptica —unas gafas— diferente para acercarse a la realidad sociocultural buscando examinar la diversidad del impacto del género en las oportunidades de las personas, considerando qué papel juegan los roles sociales y cuáles son las interacciones que se llevan a cabo entre los géneros, sin dejar de lado las acciones cotidianas, las cotidianidades. Las relaciones entre mujeres y hombres se traducen en relaciones de desigualdad, poder, exclusión y dominación. No es lo mismo decir, escribir y leer sobre el tipo de saludos o cómo dirigirnos en una clase, si al entrar se nos olvida este discurso y seguimos cometiendo el error de lo que tanto debemos de cambiar. Es una observación básica, pero si las seguimos considerando “normales”, entonces no podremos pensar en empoderar las practicas socioculturales.

El Empoderamiento también sirve para unir esfuerzos, recursos y conocimientos en la lucha contra de la exclusión sociocultural, la desintegración, el desconocimiento de la cultura de esta sociedad de acogida de violencia de género hacia las mujeres, niñas y adolescentes. Porque, además del empoderaste individualmente, también necesitamos un empoderamiento colectivo, creación y fortalecimiento de las redes entre mujeres y hombres que constituyan un espacio de encuentro y aprendizaje conjunto, un recurso fundamental de apoyo y prevención de las violencias de género (UNESCO, 2020).

La Escuela es un espacio que tiene que fortalecer la dedicación al encuentro y formación en temas relacionados con la igualdad de oportunidades, con los discursos de empoderamiento y contendidos con la perspectiva de género, ya que es un espacio significativo de participación y reflexión que contribuye a fomentar el compromiso colectivo frente a una lucha totalmente hacia el empoderamiento de las mujeres, niñas y adolescentes, que, a su vez, proporciona la difusión de discursos desde los espacios a los que se han visto relegadas en la sociedad de género (los cuidados, el trabajo doméstico, la precariedad económica, la escolaridad), con el objeto de visibilizar y dar valor a las voces invisibilizadas y desvalorizadas, por nosotros mismos. Es por ello que se tiene que recalcar que No solo es un foco de acción sino de formación y conocimiento desde el cual desarrollar itinerarios para avanzar en la consecución de la igualdad diferente y no político-discursiva, que sea efectiva, desde la toma de conciencia de las desigualdades y la puesta en valor del empoderamiento de las mujeres, niñas y adolescentes como vía de superación. Demasiados temas, perspectivas, formas y pensamientos pueden surgir de estas palabras que comparto, pero, como siempre lo expreso; no trato de solucionar acciones ni hechos, simplemente dejo el abanico de posibilidades y encuentros que en algún momento puedan suscitar una gran exploración.

 

Referencias.

Bermúdez Urbina, F. M, Villanueva Aguilar, C.L. (2017). Mujeres ante la crisis empoderamiento y precariedad. México: Miguel Ángel Porrua

Galeano, E. (2015). Patas Arriba. La Escuela del mundo al revés. México: Siglo XXI.

Guichard Bello, C. (2015). Manual de comunicación no sexista. Hacia un lenguaje incluyente. México: Instituto Nacional de las Mujeres.

Wollstonecraft, M. (2013). Vindicación de los Derechos de la Mujer. México: Taurus.

Unesco (2020). Del acceso al empoderamiento. Estrategia de la UNESCO para la igualdad de género en y a través de la educación 2019-2025. Perfiles educativos, 42(167). Recuperado de https://doi.org/10.22201/iisue.24486167e.2019.167.59695

  1. Es licenciado en Sociología de la Educación por la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), docente y orientador educativo de educación básica y superior. Actualmente es estudiante en la Maestría de Desarrollo Educativo bajo la línea de : Diversidad Sociocultural y Lingüística en la UPN -AJUSCO 092. c.e.: alexis1731_aguila@outlook.com

 

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