La promoción lectora en el Estado de México

Consideraciones para la era digital desde la experiencia del Colectivo Tlahtolli Ollin, Palabra en movimiento

Por Verónica Ethel Rocha Martínez

I. La promoción lectora en la era digital

Hablar de promoción lectora en México implica recapitular los momentos más significativos en una actividad que ha sido, desde 1989 y 1990, fechas en que se realizó el I Seminario Internacional en torno al Fomento de la Lectura, ―primero en Guadalajara y después en la actual Ciudad de México (Del Ángel y Rodríguez, 2007)―, coyuntural en el desarrollo social del país; desde entonces, muchos han sido los esfuerzos y proyectos que a lo largo de tres décadas han derivado en la apertura de espacios literarios para el desarrollo del libro infantil y juvenil en este país.

Sin embargo, la existencia de una sociedad compleja e interconectada deriva en nuevos escenarios, formatos y herramientas acordes con la aldea global, en donde el conocimiento resulta fundamental en la mediación de procesos productivos a partir del uso de tecnologías informático-computacionales.

Desde estas nuevas aristas, las actividades de promoción lectora enriquecen sus posibilidades y revisten de recursos novedosos y accesibles a muchas personas. Sin embargo, existe la brecha digital como un factor que excluye a zonas marginadas y poblaciones en desventaja económica y geográfica, en tanto no cuentan con computadoras conectadas a Internet.

Ante estas circunstancias, resulta pertinente revisar los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) en relación con los hábitos lectores de los habitantes de este país, dicho organismo realiza la encuesta “Módulo de lectura” (MOLEC) de 2015 a la fecha (INEGI, 2015, 2017, 2019); las cifras aportadas por esta institución señalan un decremento en la lectura por parte de la población mexicana.

Si entendemos la promoción lectora como un conjunto de actividades sistemáticas y continuas cuyo objetivo es motivar, despertar y fortalecer el acto de leer (Del Ángel y Rodríguez, 2007), debemos cuestionarnos cómo mejorar estas actividades para revertir la brecha digital e incrementar el número de personas interesadas en apreciar y disfrutar de manera genuina la lectura. También, resulta prioritario recuperar su uso activo como práctica sociocultural que transforma a las personas y a las comunidades, desde el posicionamiento emitido por la Ley de Fomento para la lectura y el libro.

II. Ley de fomento para la lectura y el libro

La Ley de fomento para la lectura y el libro se publicó en 2008, suceso que derogó la ley del 2000 referente al fomento a la lectura; entre los distintos aspectos a destacar en esta nueva postura legislativa, el papel de la capacitación y formación profesional tanto de los actores de la cadena del libro como de los promotores de lectura resulta significativo.

Otra cuestión prioritaria tiene que ver con los organismos destinados a aplicar las acciones de promoción lectora; para tal acción, las autoridades señaladas son las siguientes:

  • Secretaría de Educación Pública
  • Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
  • Consejo Nacional de Fomento para el Libro y la Lectura
  • Gobiernos estatales y municipales

Posteriormente, en el 2018, dicha Ley se modifica para lograr alcance nacional en su ámbito de competencia; es así como el documento en su versión actual precisa en su Artículo 2º la importancia de la promoción lectora en tanto medio de igualación social al garantizar el acceso al libro en igualdad de condiciones. Además, considera homologar la capacitación en promoción lectora al generar el Programa de fomento para el libro y la lectura, documento publicado por la Secretaría de Cultura en el 2017.

Ahora bien, si la lectura es el medio para revertir el analfabetismo, mejorar la calidad y nivel educativo, lograr la igualdad social entre los ciudadanos, resulta indispensable un marco de acciones amplio y convergente en su promoción y fomento para las diferentes poblaciones en el país.

Dadas las condiciones en las que se encuentran las bibliotecas públicas en el Estado de México, estas intenciones se desdibujan y diluyen en el desinterés de las instituciones y de los actores políticos al respecto de esta actividad irremplazable.

III. Bibliotecas públicas del Estado de México

La situación de la promoción lectora en el Estado de México representa, en muchas ocasiones, una tarea inabarcable, si consideramos que se trata de un territorio divido en 125 municipios, de acuerdo a los datos aportados por el INEGI en 2015; con una superficie de 22,500 y 16 187 608 habitantes, distribuidos en un 87% en zonas urbanas y un 13% en zonas rurales (INEGI, 2010). Sin duda, es un gran Estado que, cabe precisar, se haya conformado por zonas rurales, urbanas y enormes extensiones de territorio sin infraestructura, aspectos determinantes para que la inaccesibilidad de las personas a las bibliotecas públicas sea una limitante en el fomento a la lectura.

El Sistema de Información Cultural indica la existencia de 673 bibliotecas públicas que pertenecen a la Dirección General de Bibliotecas (SIC, 2020), es decir, cada biblioteca pública debería atender a 24, 052 habitantes en el supuesto caso de existir dos condiciones imprescindibles:

1. La accesibilidad geográfica.

2. El interés en la lectura por parte de la población.

De acuerdo a los datos emitidos por la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de México, en 2018 existían cuatro grandes bibliotecas públicas estatales ubicadas en tres municipios considerados dentro de una región favorecida por el turismo, a decir, Toluca, Valle de bravo y Metepec.

En situación similar se encuentra el municipio de Tecámac de Felipe Villanueva, con 61 localidades, 2 de ellas consideradas con muy alto grado de marginación y 12 más con alto grado de marginación; en este municipio habitaban 364,559 personas en 2010 y existían tan solo 8 bibliotecas públicas, si estas bibliotecas pudieran dar cobertura y atención a todos los habitantes tendrían que atender a 45,569 personas, situación realmente imposible.

La experiencia nos muestra que frecuentemente las bibliotecas públicas en servicio se encuentran vacías, revertir este escenario implica un esfuerzo conjunto con múltiples actores culturales tanto gubernamentales como de la sociedad civil, a fin de lograr que el interés de la población en la lectura se convierta en una fuente inagotable de motivación intrínseca y, de esa forma, que las bibliotecas cumplan el cometido que por siglos han tenido, al resguardar el conocimiento de la humanidad. Pero incluso este aspecto se cuestiona en la sociedad de la información y del conocimiento, pues un acervo bibliográfico con más de 5 años sin cambio alguno resulta obsoleto al tratar cualquier aspecto del conocimiento que se considere actual.

La promoción lectora en la era digital, entonces, es un asunto complejo, por un lado representa una actividad prioritaria para el acceso al conocimiento, por otro, ante un mundo digitalizado implica una alfabetización tecnológica que posibilite el encuentro del usuario con las bibliotecas digitales de forma ágil, asíncrona y rompiendo las barreras espaciales.

Dicha alfabetización requiere aprender a seleccionar, organizar y dar sentido a la ola de información que alimenta el ciberespacio, además de poder ubicar información valiosa de aquella que resulta falsa y representa un instrumento de manipulación, por tanto, precisa de un aprendizaje profundo en la selección de información a partir de distinguir la veracidad, validez y confiabilidad de las fuentes de consulta.

En ese sentido, resulta necesario para la actualidad que las bibliotecas públicas actualicen sus acervos, y se conviertan en portales de acceso a los centros de información digital, sitios adaptados para que la alfabetización tecnológica se lleve a cabo, espacios de colaboración en aras de mitigar la brecha digital; al mismo tiempo se espera que puedan desarrollar múltiples estrategias de promoción lectora acordes con las necesidades de sus comunidades.

Dentro de las múltiples aristas y proyectos empeñados en un esfuerzo continuo por promover la lectura se encuentra, desde hace más de 20 años, el Programa Nacional de Salas de lectura; iniciativa de la Secretaría de cultura (2018), considerada como una estrategia exitosa para el fomento a la lectura, sin embargo, debido a la alternancia del poder, el apoyo requerido para involucrar a la sociedad civil en estos proyectos no siempre se ha mantenido accesible y dispuesto. Aunque no podemos negar que las salas de lectura y bibliotecas ambulantes son dos modelos de la promoción lectora muy recurrentes en el Estado de México.

V. Salas de lectura y bibliotecas ambulantes

Las salas de lectura, de acuerdo al tríptico emitido por el Programa de Fomento para el libro y la lectura en 2018, son un espacio comunitario de encuentro entre un mediador voluntario y los lectores, quienes realizan sesiones de dos horas al menos, una vez por semana, dicho espacio queda acordado previamente y puede ser desde la sala de una casa hasta la cancha deportiva y, en un contexto de aislamiento, el espacio se torna virtual.

Al respecto de quiénes son los mediadores de lectura, resulta importante decir que son ciudadanos con la única distinción de disfrutar de la lectura al grado de realizar inmensos esfuerzos para desde sus posibilidades habilitar una sala de lectura en su comunidad. De acuerdo a la Ley, estos espacios deberían recibir el apoyo de las secretarías de cultura estatales, quienes tienen a su cargo recibir cualquier petición para generar salas de lectura y proporcionar al menos un acervo bibliográfico básico, además de la capacitación como mediador de lectura con tan solo remitir un correo a: comunidadmediadorespnsl@cultura.gob.mx. Empero, en los hechos, es posible que la respuesta no llegue nunca y el promotor de lectura busqué otras opciones para poder habilitar con recursos literarios la sala a su cargo.

Algo similar ocurre con las bibliotecas ambulantes. Éstas han existido desde finales del siglo XIX, en ese momento eran conocidas como bibliotecas viajeras, los libros eran transportados en cajas de madera que al abrirlas se convertían en anaqueles, es así como de una caja se lograba obtener una mini biblioteca al alcance del público. (Román, 2012).

Al iniciar el siglo XX, narra Román (2012), aparece por definición en el Webster´s Third New International Dictionary el término bookmobile o biblioteca ambulante para referirse a una colección de libros con el objetivo de transportarlos a otros sitios.

Actualmente, las bibliotecas ambulantes viajan en burros, bicicletas, autobuses, carretas y autos, es indudable que logran una transformación inmediata en las comunidades, pues ahí dónde la biblioteca ambulante llega hay alegría, historias y múltiples actividades para todos.

La experiencia del Colectivo Tlahtolli Ollin, Palabra en movimiento, está vinculada a una sala de lectura y a una biblioteca ambulante, ambas propuestas se realizan desde hace ya dos años.

En cada evento de la Biblioteca ambulante, se han incorporado nuevas opciones culturales que abarcan exposiciones de pintura, talleres y una ludoteca; inicialmente, el punto de encuentro era el área deportiva de un fraccionamiento, poco a poco y con apoyo de otras organizaciones fue posible realizar eventos en diferentes localidades del municipio de Tecámac. En total se han recibido más de 1,400 visitas en dos años. Se ha constituido, además, un acervo bibliográfico de 571 ejemplares, y se cuenta con una gama amplia de juegos de mesa y juguetes diversos.

Esta labor ha sido posible a partir de la gestión para conseguir el apoyo de editoriales e instituciones públicas como CONALITEG, CNDH, Editorial Juventud y la Biblioteca Central de la UNAM. A lo largo de dos años, la presencia de la Organización vecinal del fraccionamiento Los Héroes San Pablo ha acompañado cada trayecto y, a partir del apoyo del Centro Regional de Cultura de Tecámac, de la Coordinación de Bibliotecas municipales de Tecámac, de la comunidad de usuarios de la Biblioteca ambulante y de la red Natura Terranova, se han abierto diversos espacios para la promoción lectora.

Entre las actividades realizadas en los eventos de la Biblioteca ambulante y en la sala de lectura destacan los siguientes:

  • Lectura coral
  • Lectura en voz alta
  • Promoción de los derechos de las niñas, niños y adolescentes
  • Actividades de socialización de la lectura a partir del dibujo de personajes
  • Préstamo a domicilio de libros y revistas
  • Realización de crucigramas y sopa de letras
  • Emisión de definiciones de palabras singulares
  • Reflexiones sobre la importancia de ser mujeres
  • Dibujos de ojos de cíclopes para el cuento y tutorial “Somos cíclopes
  • Libros de arte en cajas de cerillos
  • Elaboración de códices
  • Lotería en lengua náhuatl
  • Taller de encuadernación
  • Taller de fieltro
  • Taller de cajas orientales
  • Taller de grabado
  • Taller de pintura
  • Taller de dibujo
  • Ludoteca
  • Ejercicios de educación inicial
  • Ejercicios de grafomotricidad
  • Retos matemáticos
  • Curso virtual de Capacitación en Promoción lectora para la era digital
  • Creación de historietas alusivas a la historia de México
  • Siembra de plantas y flores
  • Conformamos un acervo digital de libros

Observando la lista de acciones emprendidas en este espacio, la experiencia de la Biblioteca ambulante Tlahtolli Ollin, Palabra en movimiento, demuestra cuán valioso resulta realizar de manera conjunta acciones coordinadas de promoción lectora que puedan llegar a todo tipo de localidades, la labor de promoción lectora se transforma en una tarea colaborativa en la que convergen actores de la sociedad civil e instituciones públicas y privadas buscando hacer de la lectura una fiesta.

Bibliografía

  1. Brambila, B. A. (2019) El impacto de la ley de fomento para la lectura y el libro en las acciones de promoción lectora en México. Revista Jurídica Jaliciense, (49). Obtenido de: http://148.202.18.157/sitios/publicacionesite/pperiod/jurjal/jurjal49/jurjal49_11.pdfhttp://148.202.18.157/sitios/publicacionesite/pperiod/jurjal/jurjal49/jurjal49_11.pdf
  2. Cámara de diputados (2018) Ley de Fomento para la lectura y el libro. Obtenido de: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LFLL_190118.pdf
  3. INEGI (2010) Resumen. Información por entidad. Página web Cuéntame. Recuperado de: http://www.cuentame.inegi.org.mx/monografias/informacion/mex/default.aspx?tema=me&e=15
  4. Del Ángel y Rodríguez (2007) La promoción lectora en México. Infodiversidad (11). Sociedad de Investigaciones Bibliotecológicas. Obtenido de: https://www.redalyc.org/pdf/277/27701101.pdf
  5. Programa de fomento para el libro y la lectura (2018) Tríptico ¿Qué es el programa Nacional Salas de Lectura? Programa Nacional Salas de lectura. Secretaría de Cultura. Obtenido de: https://observatorio.librosmexico.mx/files/2018/salas/triptico-salas-lectura.pdf
  6. Román, P. (2012) Modelo de biblioteca ambulante para los cursos comunitarios del Consejo Nacional de Fomento Educativo en Cuautla, Morelos. México: Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía. Obtenido de: http://www.remeri.org.mx/english/REMERI.jsp?id=oai:bibliotecaenba.sep.gob.mx:Biblioteconomia2012/044142
  7. Rocha, V. (2020) Gestión diseño e implementación del curso virtual Capacitación en promoción lectora en la era digital para favorecer el interés por la lectura en los usuarios de las Bibliotecas públicas del municipio de Tecámac, Estado de México. Proyecto terminal de Maestría. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
  8. Secretaría de Cultura (2017) Programa de fomento para el libro y la lectura 2016-2018. Secretaría de Cultura Obtenido de: https://observatorio.librosmexico.mx/files/programa_de_fomento_para_el_libro.pdf
  9. Sistema de Información Cultural México (2020) Bibliotecas DGB en el Estado de México. Obtenido de: https://sic.cultura.gob.mx/lista.php?table=biblioteca&estado_id=15&municipio_id=-1
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2 Comentarios

  1. hola buen dia con los datos que pones en este rteportajke ,nos damos cuenta de la importancia de que hace falta muchos espacios para que ña gente se interese por la lectura, te felicito por el esfuerzo que realizas con la biblioteca ambulante y ojala sigas adelante… te mando un fuerte abrazo..

  2. En mayo recibí por correo la invitación para participar en el Taller Círculos de lectura, realice el curso de manera virtual. Me ha parecido un curso muy interesante, apropiado y completo. Destaca la postura horizontal y dialógica como herramientas básicas al mediador de lectura.

    Seguimos capacitándonos para mejorar nuestra labor.

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