Rusvelt Nivia Castellanos | Poemas

Rusvelt Nivia Castellanos. (1986, Colombia) fue finalista del concurso departamental de cuento Premios creatividad, talento y juventud en el 2008; tercer ganador del concurso literario Feria del libro de Moreno, realizado en Buenos Aires, Argentina, año 2010; recibió mención de honor en el certamen de relatos asombrosos, organizado por la Casa Vasca de Misiones, Argentina, año 2011; finalista del cuarto concurso literario Eduardo de Narrativa, efectuado por la editorial Umbrales; finalista en el concurso New Goat de relato corto, organizado por The Goat Group, España, año 2012; finalista en el concurso internacional de cuento Editorial Benma, México, año 2012.

 

Nuestra protectora

Va por la serranía,

cortando la maleza,

con su espíritu en lila;

mujer libertaria.

Levanta el sueño de los campesinos,

exponiéndose entera contra los invasores,

voluntariosa se desvive por ellos,

defendiendo sus inocencias,

amorosa.

Trasiega los desfiladeros,

creyendo en el porvenir,

impulsada por su romanticismo,

mujer bolivariana.

 

 

Hermandad

Están las ojeras rotas.

Se rehace la noche con la bruma,

toda azulosa. La barriada anda sin vejez.

Se descuelgan las marías del cosmos;

vienen a adorar a los hombres ruinosos.

El inculto, anda sin andar. Se entrevela

el baile de los mimos dadivosos;

unidos van buscando a las esperanzas.

Ellos tienen las caras quebrantadas.

Renacen sus estrellas en los otros ojos;

inventan configuraciones ascendentes.

Esta sociedad anda sin memoria.

Las marías con los mimos,

entonces corren y se protegen;

vienen a darle alivio a esta hermandad,

aún tan desconsolada,

de pieles heridas con espinas rojas.

 

 

El pájaro de la sombra

Se baña el pájaro en las brumas, su

aleteo riega de cenizas el firmamento.

El pájaro vuela entre las nubes densas,

sus alas se hacen negras a la lluvia. La

tempestad prosigue y su corazón de ave,

se envuelve en un montón de flores muertas.

Es él un cegador de luces, va apagando los

rayos del sol junto a la caída de la tarde.

Es él un usurpador de quimeras, va calmando

la ferocidad de los hombres junto a la hecatombe.

El nocturno renace y su vestigio de cuervo,

se esparce como un huracán de plumas punzantes.

Se hunde el pájaro en los pozos, su

descender pone a temblar a los cobardes.

El pájaro socava entre las aguas sucias,

sus garras desprenden a la madre tierra.

La angustia no cesa y sus ojos de cazador,

se distinguen como un fulgor de sangre candela.

Es él un suspiro de lutos, va inundando los

lagos del inframundo junto al tiempo del eclipse.

Es él un instigador de mitos, va colmando

la ciudad de misterios junto a lo surreal.

El desolador chilla y su espíritu de animal,

se hace todo un pájaro de sombras.

 

Publicado en Obras literarias y etiquetado .

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *