Análisis de una relación de simbiosis de un recurso natural y su impacto en el desarrollo urbano

Caso Cerro Rico y la Villa Imperial de Potosí, Provincia Tomás Frías, Departamento de Potosí, Estado Plurinacional de Bolivia[1]

 

Por Ana Patricia Huanca Paco[2]

Resumen

La relación entre los recursos naturales y la humanización del territorio tiene en el caso de Cerro Rico y la ciudad de Potosí una indudable interacción, dado que es yacimiento argentífero, considerado durante siglo como el más importante del mundo, fue y es la causa del crecimiento del asentamiento potosino, que durante los diversos ciclos de explotación se nutrió de una variedad de hitos patrimoniales propios de la época de su constitutivo urbano.

Sin embargo, en la actualidad hay un ambiente de crisis propiciado por diversos factores entre los que destacan el minero, el medioambiental y la comunidad local, situación que debiese ser abordada en cuanto a su búsqueda de soluciones mediante la estrategia de la consulta ciudadana, de la cual propendiesen las políticas públicas y los considerandos de gestión socioterritorial respecto del caso en estudio.

Introducción

Durante el siglo XVI, la ciudad de Potosí se convirtió en uno de los asentamientos urbanos de la ColoniaLeer más

Nuestra América: dialéctica entre lo propio y lo extraño. La problemática de la filosofía intercultural en América Latina

Por Leila Bohorquez Dezalot[1]

Examino en este trabajo la importancia de las ideas de José Martí sobre la configuración de un humanismo pleno e inclusivo, sensible a la diversidad social y cultural y a la afirmación de una identidad auténtica, algo considerado como requisito para consolidar la autonomía e integración de las naciones latinoamericanas hacia fines del siglo XIX. La elaboración de esta temática reviste en la obra de Martí una singularidad que se hace presente en sus textos más conocidos, entre los que destaca Nuestra América. Igualmente, interesa poner de relieve las interpretaciones que se han realizado desde el pensamiento contemporáneo, que ponen énfasis en la vigencia de sus propuestas para la filosofía latinoamericana.

Epistemología martiana

De acuerdo con la idea propuesta por Raúl Fornet Betancourt de que la filosofía latinoamericana constituye un acto contextual que excede a la concepción de la filosofía como disciplina signada por una institucionalización académica dominante, la filosofía, en tanto disciplina, debe liberar a esta última de los intereses implícitos en la formación académica institucionalizada dominante a partir de solo uno de sus orígenes culturales. SostenemosLeer más

Breve exposición sobre la Fenomenología de Husserl y de Merleau-Ponty

Por Francisco Octavio Valadez Tapia*

Mientras la primera acepción de fenomenología consignada en el Diccionario de la lengua española la define como “teoría de los fenómenos o de lo que aparece” (Real Academia Española [RAE], 2021), la tercera acepción del mismo diccionario la presenta como el “método desarrollado por Edmund Husserl que, partiendo de la descripción de las entidades y cosas presentes a la intuición intelectual, logra captar la esencia pura de dichas entidades, trascendente a la misma consciencia” (RAE, 2021).

De lo anterior, se puede identificar que la corriente fenomenológica creada por Husserl (1859-1938) es epistemológica y se centra en recuperar la intuición reflexiva con el propósito de describir la experiencia vivida tal cual como se conforma en la conciencia. Implica una continua búsqueda epistemológica, así como un compromiso con la descripción y la explicación de la organización básica del mundo vivido a partir de la experiencia consciente. Así mismo, la corriente husserliana consiste en un enfoque descriptivo que propone recuperar lo propio de la consciencia en sí misma, cuyo principio no remite a la teoría ni a la historia, sino la descripciónLeer más

Sociología de la marginación: un marco teórico para aproximarse a su formación concreta

(…) para que pueda ser
he de ser otro,
salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia.
Fragmento, Piedra de sol. Octavio Paz (1960)

Por Julián Hernández[1]

Introducción

La discriminación[2] en México tiene múltiples nombres y rostros; desventuradamente, sigue siendo un malestar asociado no sólo a la pobreza, sino también a complejos procesos de exclusión. Las cifras, desde su pedestal elocuente, aclaran el panorama: las mujeres perciben salarios inferiores al de los hombres en magnitudes que van desde 8.4%, si observamos Quintana Roo, hasta 23%; si es el caso de Guerrero[3]; 70.4% de la población indígena carece de acceso a servicios básicos de vivienda y 41.3% a la alimentación; una quinta parte de la población mexicana considera que los extranjeros debilitan “nuestras costumbres y tradiciones”; cuatro de cada diez personas no estarían dispuestas a que en su casa viviera un homosexual o una lesbiana[4]. Diversos sectores sociales marginan movidos por prejuicios contra grupos vulnerables, ya sea por cuestiones de pertenencia étnica, color de piel, talla, modo de vestir, género, preferencia sexual, condiciones de discapacidad o edad. En el México que recorre el letárgico siglo XXI aún es común utilizar la palabra ‘indio’ para denostar a personas de piel morena o para implicar que algún sujeto posee un grado menor de valor existencial. Lo último, particularmente, es síntoma de una segregación histórica a la que han sometido a las comunidades indígenas que explica, en parte, su rezago educativo. La cristalización de este comportamiento social obliga a pensar en la necesidad de construir una nueva cultura que se asuma como descolonizante y emancipativa en aras de la integración, heterogeneidad y transigencia ante la diferencia. Desde esa lógica, el fin último de este ensayo, bajo las limitantes naturales que el espacio impone, es puntualizar algunas cuestiones teóricas para encontrar las causantes y consecuencias de la marginación, tratando de posibilitar ciertas soluciones que abonen a su absoluta erradicación.

La lógica multifactorial de la segregación

Las variables que generan el comportamiento discriminatorio poseen una fuente multifactorial, es decir, no mantienen un sólo origen. Cualquier diagnóstico basado en la linealidad que provee un único camino se encontraría con bastantes problemas materiales al contrastarse con la realidad objetiva. Siendo así, nos gustaría analizar brevemente los efectos del estigma y el prejuicio dentro de los canales cognitivos para encontrar ahí uno de los orígenes determinantes de la exclusión, anclando nuestro análisis a los estudios del Dr. Jesús Rodríguez Zepeda sobre el tema[5].

Los estigmas yLeer más

Breve reflexión sobre la fundamentación de las ciencias humanas y sociales

Por Francisco Octavio Valadez Tapia*

A lo largo de la historia de las ciencias humanas y sociales se ha planteado el problema de su fundamentación científica, es decir, qué requerimientos tienen que cumplir las ciencias sociales para que se les reconozca su estatuto de cientificidad.

Siguiendo a J. M. Mardones y N. Ursúa (1982), el debate se ha centrado, por una parte, entre aquellas posturas que consideran que la explicación científica social tiene que ajustarse al canon de las ciencias naturales, siguiendo un único método: el método científico, consistente, grosso modo, en tres pasos a seguir: 1) la observación, 2) la experimentación y 3) la comprobación de los fenómenos empíricos, donde lo empírico remite a aquello que podemos captar –conocer– por los sentidos, además de que el lenguaje matemático –principalmente la medición– juega un papel fundamental en dicha explicación; y, por otro lado, aquellas posturas que acentúan la peculiaridad del objeto socio-histórico y una manera diferente de aproximación a éste, reconociendo que además de la descripción y medición de variables sociales deben considerarse los significados subjetivos y el entendimiento –razón– del contexto donde ocurre un fenómeno.

En el anterior sentido, Mardones y Ursúa (1982) señalan que indagando los Leer más

¿La mexicanidad actualmente? Los aportes entre diversas teorías:

psicoanálisis del mexicano de Samuel Ramos, Rogelio Diaz-Guerrero con la psicología del mexicano y Gilberto Giménez y su aportación de una teoría de identidad nacional.

Por Nolasco Ayala Braulio


Introducción.

En el presente escrito, se abordarán los aportes teóricos que más impacto han tenido en definir quién es el mexicano, su desarrollo, su comportamiento y demás. A lo largo de este trabajo trataré de resumir los aportes principales de los autores en cuestión, así como también analizar lo que nos pueden resonar en la actualidad.

Samuel Ramos y el sentimiento de inferioridad

Aunque hay diversos autores que esencialmente desarrollaron la mexicanidad vista desde el punto psicoanalítico, para la realización de este escrito, partiré principalmente de Samuel Ramos (1934); él, además de hablar de psicoanálisis, también habla un poco de la historia y la transición de cómo México fue desarrollándose, tanto de manera colectiva, como en un sentido individualista. Para Ramos es fundamental la influencia de la cultura europea como motor de evolución para una “cultura mexicana”, no obstante, se genera un conflicto al idealizarla, al tratar de construir una cultura similar a la de Europa. A partir de esta idealización apreciamos cómo el sentimiento de inferioridad (su principal aportación sobre el mexicano desde la teoría de Alfred Adler) apunta a que el mexicano desprecie su propia cultura, trata de ser algo y/o alguien que no es alcanzable por el mismo ideal puesto. Esta es una de tantas interpretaciones que le da a las maneras de ser del mexicano.

Diaz-Guerrero (1984) concuerda con el fenómeno de un sentimiento de inferioridad.Leer más

El paradigma epistemológico en las ciencias sociales

Por Rafael Aguirre

Desde sus inicios, la epistemología ha sufrido diversos cambios a la par de las ciencias sociales, ya sea por influencia de las revoluciones científico-tecnológicas o por los cambios dados en la estructura de las sociedades mismas. Prueba de esto fue el nacimiento de lo que se conoció en un principio como física o fisiología social, como respuesta a los hechos sociales ocurridos tras el fin del régimen monárquico francés y el renacimiento de las universidades en Europa.

En su época, Platón hizo la distinción entre lo que él consideraba como el conocimiento del mundo y el pensamiento, como lo que él creyó que era la herramienta máxima para alcanzar la totalidad de lo que el saber significa, conocimiento que es muy superior a la opinión y que conduce al conocimiento de la verdad única, a esto lo nombró Episteme. Este era totalmente opuesto a lo que se conocía como Doxa que estaba representado por la creencia o la opinión vulgar y común.

Cada concepto cuenta con diversas características, en tanto que Episteme es de enfoque objeLeer más

América Latina: criterios para la identificación de un objeto de estudio y sus elementos históricos compartidos

Ilustración del libro América Pintoresca

Por Francisco Octavio Valadez Tapia*

El análisis del objeto de estudio denominado América Latina presenta “el extremo abigarramiento de las realidades latinoamericanas” (Halpering Donghi, 2005:10). El concepto Latinoamérica se ha identificado y desmarcado de otros términos similares a través de diversos criterios. Uno de esos criterios es el lingüístico, pero partiendo de tal razonamiento muchos países y territorios quedan fuera del término latinos. Ejemplo de esto es la reflexión que hiciera el escritor e intelectual colombiano José María Torres Caicedo (1830—1889) al señalar en 1875: “Hay una América anglosajona, dinamarquesa, holandesa, etc., la hay española, francesa, portuguesa, y a este grupo, ¿qué denominación científica aplicarle sino el de latina?” (Torres Caicedo cit. por Ardao, 2006:162).

Otro criterio es el histórico, constituido a través de las particularidades y similitudes de los procesos históricos dentro del conjunto geográfico que conforma el continente americano, aunque teniendo presente que “América Latina no ha conseguido (…) perfilar un tipo de civilización propio, y su dependencia en todo sentido —físicamente de África y culturalmente de Europa— hacen de ella un conglomerado muchísimo más heterogéneo, plástico y susceptible de sufrir el influjo de toda clase de modeladores socialesLeer más

Blockchain: entendimiento y propuestas en el ámbito educativo

Por Karla Karina Ruiz Mendoza[1]

  1. Introducción

La compra de bitcoins, o de criptomonedas, se ha vuelto un tema de moda. Más allá de su función, la compra de criptomonedas se relaciona con una nueva forma de invertir de manera arriesgada. Actualmente, con el bitcoin se puede adquirir cualquier producto en la web o bien algún producto físico, para lo cual la tienda en la que se adquiere ese objeto debe permitir el pago mediante este tipo de moneda. Pero ¿qué es el bitcoin? Según Scholz (2018), se define como una moneda digital que funciona a través de la tecnología blockchain. Asimismo, debemos apuntar que no sólo existe el bitcoin como moneda digital, sino que existen, actualmente, más de 8,400 criptomonedas (coinmarketcap, 2021) en el mercado, las cuales se pueden consultar desde la página web coinmarketcap.com.

A lo anterior agregamos que podemos entender que las criptomonedas podrían cambiar la forma de interactuar con el dinero, ya que gracias al blockchain no están sujetas a un mercado reguladorLeer más

Estrategias para proteger al habitante de los canales de Xochimilco: un ejemplo de sociedad de conocimientos

Por Mario César Campuzano Perales[1]

Se ha llamado sociedad del conocimiento a aquel modelo de sociedad cuya economía está basada en el conocimiento, es decir, donde la producción de la riqueza tiene como base el trabajo intelectual altamente calificado antes que el trabajo manual de baja o mediana calificación. Bajo este esquema, los sistemas más productivos son aquellos que descansan en la generación y explotación de conocimiento científico y tecnológico. No obstante, como ha señalado Olivé,[2] este modelo no es adecuado, especialmente si pensamos en el contexto latinoamericano, cuya composición social es multicultural y destaca la participación de una diversidad de pueblos originarios. Debido a esto, sería más apropiado redefinir el modelo y pensarlo de forma plural como sociedad de conocimientos con tres características principales: (1) que los miembros tanto individuales como colectivos puedan apropiarse de los conocimientos disponibles y generados en cualquier parte; (2) que se puedan aprovechar de mejor manera los conocimientos de valor universal producidos históricamente, incluyendo los científicos y tecnológicos, pero también los conocimientos tradicionales y (3) que los miembros de las sociedades puedan generar, por ellos mismos, los conocimientos que hagan falta para comprender mejor sus dificultades —educativas, económicas, de salud, sociales, ambientales, etc.—, para proponer soluciones y realizar acciones que contribuyan a resolverlos efectivamente.[3]

No debemos pasar por alto que el conocimiento derivado de la ciencia y la tecnología no es el único existenteLeer más