Nataša Sardžoska | Poemas

Natasha Sardzoska (Skopje, 1979) es poeta, escritora, traductora poliglota, antropóloga. Ha vivido en Paris, Lisboa, Stuttgart, Milán y Bruselas. Su poesía es publicada en varios idiomas y ha participado en festivales entre los cuales: Festival internacional de poesía de Medellín, Parole Spalancate de Génova, Sha’ar Helicon en Tel Aviv. Su poema Muñeca de cuerdas ha sido publicada en la Antología internacional contra el abuso infantil.

 

Tres poemas en auto – traducción

 

PIEL

  

Hojas amarillas sobre tu piel

Poros rasgados de un calor incomprensible

Labios agrietados y un valle hinchado

de pensamientos y tetillas

piel

yo digo

estás sola

o el tiempo se está alejando del reloj aceptable

y oigo cómo se deslizan sobre las capas pálidas

gotas lágrimas secreción vino

pero no es la primera vez

es un retorno constante

y desconcierto antes de la elección que no quieres aceptar

cuando llegue este momento este otoño

en tu piel

en una inundación de

espacios

inadecuados

indecentes

indignos.Leer más

Rodolfo De La Riva Cachay | Poemas

Rodolfo De La Riva Cachay ( abril de 1991). Me gusta el pseudónimo RRorro Pirrorro, pero no sé cómo tendría que hacer para usarlo ahora. Tengo 29 años. Peruano – Limeño. Abogado. Trabajo en un banco. Nunca he publicado un libro de poemas.

 

¿CÓMO ASÍ LE LLORASTE A UN HIPOPÓTAMO?

Me llegan al hguevo esos poetas que dicen y sienten y aprecian

como si nadie los estuviera juzgando,

como si nunca les hubiera ido realmente mal

diciendo, carajo, esto no puede ser tu corazón

qué princesita eres.

¿Que quieres venir aquí?, te dicen achorándose, sin soltar el cigarrito.

¿Ahora tú también quieres ser Mayakovski?

No son todos, claro, pero bañaría en pichi a los que sí calcen en el tipo

porque su poesía es un abuso.

Son tipos que no quieren ni mirar a sus madres

dicen que su espectro visual alcanza solo ciertos chakras (o vibrasLeer más

Clarisa Pereyra | Poemas

Clarisa Pereyra (Río Cuarto, Córdoba, Argentina, 1974) Docente universitaria en el área de lingüística y sociolingüística; Profesora y Licenciada en Lengua y Literatura, Especialista en Estudios Culturales por la Universidad Nacional de Río Cuarto. Mi trayectoria en investigación radica en la función performativa del lenguaje a través de los dispositivos discursivos. El lenguaje nos atraviesa y me inspira, soy poeta de domingos lluviosos.

 

 

Encuentro

Estoy cubierta.

Las escamas de lluvia

recubren mi cansancio.

Se agota mi agonía,

se diluye por las alcantarillas del tiempo.

Me acaricia el sosiego.

Renuncio al olvido.

Me rindo a la espera.

Ya puedo esclarecer la realidad

con el alma desnuda,

con el alma abierta.Leer más

Ingrid Rocha | Poemas

Ingrid Rocha (Ciudad Juárez) La representación sin máscaras de la tragicomedia fronteriza.

 

Contraluz  

Reposa en mi, la piel ahogada en pesadumbre, mientras reclamo a la
vida el descuido intermitente que me trajo aquí. 

En fuego 

En frenesí 

No he de culpar la naturaleza marchita de la flor. He de reconocer que
se dirigió el paso hacia una vereda trazada por caminantes muy viejos
y muy niños. 

La vanguardia del despojo. 

Tengo diez tentáculos.

Uno se desprende al paso del otro,
después de simular entre fosco y luz, un mignon. 

Teatro de sombras. 

El último entrelazo, corrige la última vertebra. La postura de lo
incorregible. El peso. La verdad. La misericordia que adorna la
fachada del miedo. Se ha renovado a la nueva y confiable mejor postal
de El Partenón.  Leer más

Damarys González | Poemas

Damarys González Sandoval (Caracas, 1973). Poeta y artista plástica. Su poesía figura en varias antologías colectivas nacionales e internacionales. Ha sido merecedora de algunos premios literarios. Tiene en su haber una decena de poemarios, entre ellos: Retratos, Figura traslúcida y Entre el limo y el reflejo, cuerpos de agua.

 

 

I

El árbol de mangos

está totalmente cargado

de atardecer

Entre las hojas

brilla el cielo anaranjado

rosado y amarillo

que copia los colores de sus frutos

Cuando se acerca la noche

enrojecen

aprovechan que nadie puede

arrancarlos ni probarlos

y copian también

secretamente

su saborLeer más

Miguel V. González | Poemas

Miguel V. González (Ciudad de México, 1994). Egresado de la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas de la FES Acatlán de la UNAM. Ha publicado en Punto en Línea UNAM y Revista Enchiridion de la Facultad de Filosofía, Universidad Autónoma de Querétaro. Autor de La matriz que nos mantiene dormidos (Super Ediciones Prisma, 2019). Becario del Festival Cultural Interfaz ISSSTE Cultura “Los signos en rotación” 2018 en la categoría Poesía.

 

Otro poema de explosiones

Ada Lovelace programó mi corazón

para que mis lágrimas tuvieran forma de ecuaciones.

Mi tristeza es un código binario.

Mi dolor, una planta que crece dentro de un software.

Sus raíces destrozaron el organismo de metal

y me dejaron ver el brillo de la naturaleza.

Pienso que me gustaría estar programado no con números

sino con el lenguaje de las estrellas.

De repente explotar.

Vivir en la memoria de un perro que mira el espacio con el estómago vacío.Leer más

El horóscopo de Julio Macott

 

Libra

El ingenio y la fuerza creciente te habitan: están en lo que dices, en lo que has visto antes, en la noche que te cubre y el día que te amanece. ¿Pero cómo atender su llamado, cómo escribirlo o cantarlo? Fíjate ya no en el entorno, que ya lo has interiorizado, sino en los ojos que te miran habitarlo.

Escorpio

Volver a tu lecho es volver hecho otro –hecho nuevo y, también, hecho una y otra vez, el mismo de siempre, amplio y acumulado–. Es desembarcar dormido, descansado en la certeza del retorno. Y aun en el dulce sueño, es llegar alborotado por volver, volver, volver.

Sagitario

Ya te han dicho de todas las formas que se acaba el mundo que conoces. Lo ves en la televisión, lo confirmas en los gobernantes, te lo recuerdan una niña y su voz. Quisieras no aferrarte a un imposible, pero, ¿hay algo más a lo que aferrarse?Leer más

El color de la justicia

Por José Corona Padilla 

 

Llamaba injusta a la vida cuando los planes que había pensado se derrumbaban, con ellos llegaban las frustraciones y otros problemas de inseguridad que detuvieron mi crecimiento por un tiempo. Eso pensaba mientras caminaba hacia Xo’iep, una comunidad perteneciente al municipio de Chenalhó. Era nuestra cuarta concentración en el proyecto educativo de Las Abejas de Acteal, ubicado en Yabteclum. Las clases seguían, pero tuvimos que salir temprano para llegar a la casa de Juan, por necesidades de apoyo fisiológico a una niña.

Andábamos por un camino de terracería, mientras mi amigo me contaba el motivo de la urgencia: íbamos a conseguir dinero a su casa, para comprar medicina en San Leer más

La vida desolada de las ciudades sin almas callejeras

Por Gabriel velázquez Quintero 

En el ocaso de una tarde de marzo, mi esposa fue recluida en el hospital que está frente a nuestro hogar. Las noticias circulaban y me decían que, en algunas semanas, volvería. Mientras, me gustaba pensar que en una de las ventanas podría verla sonreírme. Así que le serví su taza de atol, y me senté a ver todas las ventanas. Fue mi primera tarde sin ella.

No me gustaría culparnos de lo que hoy nos tiene separados. Realmente fue descuido nuestro, y del tiempo que llevamos vivos, claramente. Los setenta años que cargamos en nuestros hombros son obviamente culpables de lo débiles que nos volvemos. A cierta edad queremos demostrar que seguimos valiendo algo, que no somos un mueble más en la casa de la familia. Pero esta vez no fue el caso.

No teníamos nada que demostrar, no salimos a la calle para manifestar nuestra fuerza.Leer más

La Amélie colombiana

Por Shara Bueno[1]

El 24 de septiembre de 1997, a las doce horas con treinta y siete minutos y dieciséis segundos, el señor de la chaza de dulces de alguna plaza principal de Latinoamérica, escucha el boletín radial de noticias donde comentan que los mafiosos colombianos andan pagando 50 dólares a quien proteste contra la extradición con carteles frente al Senado, en Bogotá. En ese mismo instante Andrea Echeverri piensa cómo será el lanzamiento del Álbum Tributo, por allá en las Yunaites el próximo mes, mientras almuerza ajiaco preparado por su mamá y, con destreza, agarra la mazorca con los dedos, como lo aprendió en su niñez. En ese mismísimo instante un politiquero con pinta de hacendado ordinario, llena de semen el útero de Carmen Galindo, bella muchacha con la secundaria sin terminar, madre soltera y mesera en una cafetería del centro de Armenia.Leer más