Por Saúl Pérez Sandoval[1]
A pesar de que pueda no gustarnos, los niños nacen como seres sexuados y los progenitores, tanto si son conscientes de ello como si no lo son, le dan constantemente clases de educación sexual. La forma en que los progenitores responden ante la sexualidad innata de un hijo y le permiten manifestarse, constituye el núcleo de su educación sexual. Esta respuesta tendrá un efecto más poderoso sobre la conformación del comportamiento sexual maduro de ese niño, que toda la información o desinformación que el padre o la madre puedan proporcionarle.
Ehrenberg y Ehrenberg, 1988, p.28
¿Por qué es importante hablar de educación sexual?
Masters, Johnson y Kolodny, en su libro La sexualidad humana (volumen 2), dialogan sobre el tema de la educación sexual, aunque allí expresan que, en los últimos años, ha sido un tema muy polémico, muchos están de acuerdo en que existe una necesidad apremiante sobre la impartición de educación sexual en los niños. Sin embargo, la cuestión se complejiza cuando se hacen las preguntas sobre qué debe de enseñárseles, en dónde y quién debería asumir esa gran responsabilidad. Por lo que es uno de los grandes conflictos que impide poner en marcha una educación sexual en las infancias, pues —adelanto desde este momento— muchos no recibieron dicha educación de niños, o recibieron una educación sexual que incluso podría confundir más a los niños que, posteriormente, pasarían a ser los adultos que replicarían esas ideas aprendidas en su infancia, pero ahora con sus hijos. Por consiguiente, es más difícil quitar los tabúes alrededor del tema si no se recibió una educación sexual, detallada, fácil, pero también con su faceta de complejidad, que implica cualquier tema humano que está condicionado por la dimensión biológica, psicosocial, conductual, clínica, cultural (Masters et al., 1995), y yo agregaría, la dimensión política de la época, ya que de ahí emergen los programas que fomentan una determinada formación de personas (cada generación está sujetada a ciertos discursos de su época).
La importancia, entonces, radica en que la sexualidad humana se tiene que estudiar desde la complejidad que amerita, para que cada persona pueda entenderse mejor y, de igual manera, pueda entender a los demás, partiendo desde las dimensiones antes mencionadas. Es decir, conocer su cuerpo, que la persona pueda saber si realmente quiere tener un hijo, los motivos para tener uno, conocer más a su pareja, sus placeres, sus conductas, sus responsabilidades, los métodos anticonceptivos, etcétera.
Existen además un sin fin de temas sobre la sexualidad humana que aún siguen en investigación. Aclaro desde este momento que este escrito no pretende evitar al educador sexual, especialista en infancias, ya que él podrá llevar cada caso particular de la mejor manera posible. Este artículo solo tiene el objetivo de divulgar algunas investigaciones y cuestiones que se pueden seguir repensando desde otros lugares y desde otras disciplinas.
Cómo se relacionan los progenitores con sus hijos sobre temas de sexualidad humana
Este apartado tiene como objetivo explorar, desde el trabajo de Miriam Ehrenberg y Otto Ehrenberg, cómo es que los padres se relacionan con sus hijos respecto al tema de la sexualidad humana, porque —como se señala en la cita al inicio del artículo— esta relación de los padres y madres con sus hijos es y será la más importante para el desarrollo actual y posterior del infante.
Los autores indican que existen 4 formas en las que los padres se relacionan con sus hijos: la represiva sexual, la evasiva sexual, la obsesiva sexual y la expresiva sexual. A continuación, sintetizo cada una de ellas.
Represiva sexual
Los progenitores transmiten la idea de que el sexo es algo malo y sucio, tienen una idea tradicional sobre el sexo y “crían a los hijos dentro de la línea de los estereotipos de rol de género tradicionales” (p.234). Esperan que sus hijos exploren la sexualidad cuando estén casados, ya que consideran que aún no es tiempo para hablar de esos temas. Comentan, constantemente, que es peligroso hablar sobre la sexualidad humana.
Evasiva sexual
Bajo esta conducta, los padres son más tolerantes con el tema, pero “sus puntos de vista intelectuales se ven contrarrestados por una inaccesibilidad cuando se toca el tema del sexo” (p.234). No perciben al sexo como algo malo, pero cuando sale un tema sobre el mismo, tienden a evadir la discusión o llevarla a explicaciones distintas a las que se esperarían, frecuentemente, dejan fuera los temas del “lado cálido, humano y amoroso en la sexualidad” (p.234).
Obsesiva sexual
Los padres hacen ver el sexo como algo normal, positivo e incluso saludable, pero se caracterizan por ser muy liberales en temas de la sexualidad humana y puede que hablen de las aventuras que vivieron, también de lo que hacen durante el sexo, centran su vida en la sexualidad, y los hijos pueden percibir cierta obsesión por los temas sexuales, al grado de sentirse presionado o abrumados; “cuando el papá insiste en enseñarle cada mes su revista Playboy a su Johnny de ocho años, puede ser el resultado de un Johnny más incómodo que ilustrado” (p.234).
Expresiva sexual
En la expresiva sexual, los padres integran la sexualidad humana de forma equilibrada, hablan del tema de forma positiva, pero siempre con los límites necesarios para su comprensión, y para tratar de comprender el comportamiento sexual de sus hijos. “Presentan la sexualidad como positiva y sana, pero no como algo a lo que haya que correr por el simple hecho de que esté ahí” (p.234).
La importancia de la relación de los padres con los hijos
El acercamiento de los padres hacia los hijos en temas de la sexualidad tendrá que ver con la educación sexual que ellos recibieron en su infancia, si es que recibieron una; también está condicionado por la religión, la cultura a la que pertenecen, la época, y demás factores característicos de cada familia y región particular, los cuales serán determinantes a la hora de que sus hijos reciban información sobre sexualidad, ya sea que reciban evasiones, prohibiciones, etcétera, muchas veces sin explicaciones de por medio.
Por ello, habrá muchos menores que aprendan sobre estos temas con sus amigos, o personas externas a sus padres, debido a los factores antes mencionados; es común que el infante busque otros lugares para aprender al no encontrar esos aprendizajes y enseñanzas en su hogar.
Guía básica para brindar educación sexual a los hijos y a los niños desde el hogar
Después de analizar algunos de los tipos de relaciones que tienen los padres con sus hijos, queda claro algo: “Los progenitores no pueden hacer nada para impedir que sus hijos pequeños obtengan información de esta naturaleza. Lo único que está en sus manos es decidir si participan o no en el proceso de educación sexual al que el niño se halla ya sometido” (p.235). En ocasiones, por querer brindarle una buena educación sexual a los hijos en el hogar, muchos padres no saben cómo enseñar o por qué parte comenzar; es ese miedo de los padres el que hace que ellos mismos piensen que pueden abrumar a su hijo por no saber cómo enseñarles los temas de la sexualidad humana. Por lo que los autores Masters, Johnson y Kolodny nos brindan una serie de recomendaciones sencillas para que cualquiera pueda adentrarse en las explicaciones respecto a los temas de sexualidad, ya que la enseñanza de estos temas no debe de ser diferente a la que se realiza sobre otros. Ahora, tocará transmitir esas enseñanzas sin miedo, guiados por las siguientes aclaraciones y recomendaciones de los autores:
- Comenzar a hablar sobre las cuestiones sexuales con naturalidad, como si comentar cualquier otro tema.
- No pretenda brindar lecciones complejas sobre la sexualidad humana, un niño no puede mantener la atención por tanto tiempo, y el niño estará preguntando constantemente cuando mencione ciertas palabras que aún no comprenda. Por ello, lo recomendable es hacer las explicaciones de una manera sencilla, para que pueda entender mejor, incluso con ilustraciones o animaciones podría ser más conveniente para captar su atención.
- Procure que en su explicación no abarque simplemente datos eruditos de tipo biológico, ya que como se mencionó anteriormente, un niño necesita comprender los temas de manera sencilla. También explíquele al niño sobre la confianza que le tienen al poder expresar lo que siente, sobre las emociones, los valores y los procesos de toma de decisiones en todos los ámbitos de su vida.
- Tampoco se preocupe por pensar que le dio “información de más” a su hijo, ya que es posible que no recuerde todo. Es común que los niños aparten su atención cuando no entienden una cosa desde el inicio.
- Si su hijo suelta una expresión ofensiva (palabra soez), debe explicarle, sin alarmarse, por qué no quiere que diga esas palabras. Recuerde que si después de que diga una mala palabra el niño, usted se comienza a reír o bromear al respecto, puede que el niño genere más confianza para repetirla más veces, al notar la aprobación de usted.
- Utilice términos reales para las partes y las palabras en temas de sexualidad humana, ya que se ha observado que esto puede ayudar a detectar y prevenir una situación de abuso sexual infantil. Se necesita normalizar las palabras del cuerpo humano sin que se señalen como algo ofensivo o extraño, y eso empieza desde la enseñanza en casa.
- Es necesario que el niño pueda protegerse de algún abuso sexual por parte de un adulto, por ello el adulto debe de enseñarle y hacerle entender que es correcto decir “no” a un adulto o a cualquier persona; también a generarle un ambiente de confianza para dialogar sobre cualquier cosa que suceda.
- No espere que su hijo llegue a ser un adolescente para explicarle qué es la pubertad: cambios físicos, como el desarrollo de los senos, la menstruación, las poluciones nocturnas, la masturbación, el aumento del vello corporal, etcétera; ya que, en ocasiones, estos cambios suceden antes de los diez años, y en caso de que se presente alguna complicación será necesario acudir con un especialista en el tema.
- Explique temas de la menstruación, las erecciones, la prostitución, la homosexualidad, la orientación sexual y la identidad de género. Ellos escuchan estos temas, pero necesitan explicaciones más certeras. Puede incluso buscar videos en Internet dedicados especialmente a niños de su edad, con especialistas que expliquen de manera didáctica, ilustrativa y sencilla, en caso de que usted no domine los temas.
- Necesita ser directo sobre la explicación de las infecciones de transmisión sexual, como el SIDA, pero no lo haga pensando que puede asustar al niño, y tampoco omita el tema, el niño necesita estar informado sobre qué es el SIDA y cómo se transmite, así como de las otras infecciones de transmisión sexual (ITS).
- No piense que su hijo es demasiado pequeño para explicarle algo, no tenga miedo o vergüenza si él le comienza a preguntar, ya que indica que está en su proceso de curiosidad, en donde quiere saber más sobre su cuerpo, siempre se puede buscar una forma adecuada de explicarle un tema para cada edad.
- Como ya se mencionó, no tema admitir que no sabe algún tema sobre el que su hijo le cuestiona, quizá usted no recibió una educación sexual, pero en esta época, con Internet, puede buscar por su cuenta la respuesta cuando le surja una pregunta a su hijo, o acudir con un especialista que lo pueda asesorar, tanto a usted como a su hijo, sobre esa cuestión. Nunca es tarde para aprender algo que desconoce por diversas causas de su pasado.
- Compruebe que sus palabras han sido bien interpretadas por sus hijos, asegúrese de contestar lo que le pregunten y de permitir que sus hijos puedan seguir preguntando a partir de las respuestas que vayan surgiendo. Recuerde que un niño está lleno de dudas, derivadas desde sus cambios físicos y psicológicos, que necesitan ser resueltas para que no ocasionen conflictos en los que se piense que no hay una solución o una respuesta. Esto le ayudará mucho a generar una mejor relación de confianza y de aprendizaje sobre el funcionamiento de su cuerpo.
(Masters et al., 1995)
Reflexiones finales
i. La educación sexual que se le brinde a los niños es muy importante, de ahí dependerá que el niño pueda ir esclareciendo ciertos conflictos que le surjan en las etapas de su desarrollo, desde un esclarecimiento en las diferencias anatómicas, es decir, de manera sencilla y entendible para ellos, hacer un esclarecimiento psicosexual de las diferencias sexuales anatómicas, para que los niños eviten confusiones o conflictos psíquicos. Decirle que es normal que sean diferentes los órganos genitales (externos e internos) en la anatomía sexual del niño y la niña (no hacer énfasis en la falta de algo, sino en que cada uno es diferente); y también los cambios en el desarrollo fisiológico y físico, que se vayan presentando, a medida que van creciendo.
Estos son los que más afectan o confunden a los niños, por percibirse de manera diferente en el espejo, y ante los comentarios de los demás niños o adultos, por eso la necesidad de enseñarles el respeto de las diferencias físicas de los demás y, de igual manera, hacia ellos mismos (en su propio cuerpo).
ii. Los niños se encuentran inmersos en la temática sexual desde antes de su adolescencia; por novelas, libros, comentarios, televisión, cine, videojuegos, redes sociales, etcétera. Por lo que sus padres, si no toman las medidas antes mencionadas, se arriesgan a que puedan interpretar los mensajes erróneamente y sufran deformaciones respecto al contenido de la sexualidad humana (Masters et al., 1995).
iii. La educación sexual no debe quedarse simplemente en una cuestión superficial, sino que se debe abarcar desde su complejidad, es decir, no dar el mensaje equivocado sobre la sexualidad, sino abarcar aspectos como: el amor, la intimidad, los riesgos, la responsabilidad interpersonal, la escucha, la búsqueda de información, esto con el objetivo de abarcar la sexualidad humana desde su totalidad, sin reduccionismos o simplificaciones (Masters et al., 1995).
iv. Los padres tienen una gran responsabilidad y un papel muy importante en el hogar, debido a que ellos transmitirán los valores personales sobre la sexualidad humana, con el objetivo de hacer que sus hijos sean adolescentes y adultos responsables (Masters et al., 1995). Necesitan crear un espacio de diálogo y comodidad para poder hablar de los temas cuando a su hijo le surja una duda o, en su caso, buscar y acudir con un especialista sobre temas de la sexualidad humana, para que pueda esclarecerla mejor. “Si se educa a todos los niños en función de la edad, se les proporciona, en última instancia, la posibilidad de realizar una elección seria y responsable en su vida y se previene con antelación el surgimiento de trastornos sexuales en etapas posteriores” (Masters et al., 1995, p.236).
Para concluir este artículo, quiero dejar una cita a modo de cierre de los autores principales en los que me basé para idear y realizar estas reflexiones, que considero son necesarias para resolver una de las tantas problemáticas de la actualidad: La carencia de una educación sexual responsable, que no es enseñada desde su complejidad, y de manera sencilla en el hogar y en las instituciones escolares, esto lo digo desde mi experiencia personal, y también platicando con diferentes personas que suscriben lo que argumento.
“La educación sexual es en realidad un proceso continuo que depende tanto de los modelos que los progenitores les proporcionen a los hijos y de cómo respondan ante el creciente desarrollo de la sexualidad del niño, como del suministro de información objetiva. La educación sexual impartida en el hogar es una forma muy importante de proporcionarles a los hijos una estructura válida que pueda conducirlos a un comportamiento sexual adolescente responsable” (p.238).
Ahora, les comparto algunas instituciones en donde los padres, e interesados sobre el tema, pueden tomar cursos, talleres, diplomados, maestrías y especialidades, para poder leer, asesorarse y comprender más sobre la complejidad de la sexualidad humana, y así, poder brindar una mejor educación sexual con especialistas certificados en el tema:
- Asociación Mexicana para la Salud Sexual A.C. (Amssac)
- Instituto Mexicano de Sexología (IMESEX)
- Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología, A.C. (FEMESS)
https://femess.org.mx/index.php/objeto-social-femess
Bibliografía.
Ehrenberg, M. & Ehrenberg, O. (1988). The Intimate Circle: The Sexual Dynamics of Family Life. Fireside Books, New York.
Masters, W., Johnson, V., & Kolodny, R. (1995). La sexualidad humana. Evolución, aspectos sociales. Volumen 1. Grijalbo, Barcelona.
[1] Escritor, Investigador y Alumno de la Licenciatura en Psicología en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Tiene un curso en Periodismo digital por la Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico: [saulpersa9@gmail.com].