Liga Espartaco, un proyecto libertario

Por Alonso Mancilla

Luego de la huelga estudiantil del 2012 en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, nació el proyecto de la Liga Espartaco, pues algunos estudiantes, después del proceso organizativo que se tuvo durante ese movimiento, se plantearon como una necesidad apremiante tener un espacio propio tanto para hacer ejercicio como para practicar el deporte más popular en México. Sin embargo, el objetivo primordial era reconstruir el tejido social-estudiantil que se fracturó durante el estallido de la huelga política, ya que este sector estaba divido entre orozquistas y paristas, por lo que en cada pasillo se gritaban, desafiándose con la mirada y al calor de algunas copas se “cantaban un tiro”, situación que los estudiantes organizados no podían tolerar más, pues era un absurdo estar divididos como sector.

Así fue como se desarrolló una estrategia para integrar a los estudiantes —que de alguna manera fueron afectados por el tiempo que duró la huelga— en un proyecto donde se encontraran unos y otros para ir —de a poco— conviviendo, construyendo lazos y, entonces, crear comunidad, pues sólo el día a día con el otro, coincidiendo con intereses comunes como el futbol, podría subsanar los rencores y el sentimiento de animadversión que los dividía como compañeros. La Liga fue, luego, un proyecto que supo estar a la altura de las circunstancias en un momento clave, aquel en el que la herida seguía abierta y de no ser atendida, habría cerrado de afuera hacia adentro, aparentando, pero realmente sin sanar.

Fue así que se planteó la creación de una cancha de futbol 7 detrás del edificio “C” —aunque hubo esfuerzos anteriores que culminaron con una licitación por 2 millones de pesos que hizo el área de Coordinación de Obras y Conservación de la UACM, la cual se puede constatar en el documento UACM-COC-LPN-OP-01/11 y que no se concretó dado que fue durante la corrupta administración de Esther Orozco—. Tras hacer realidad el proyecto, la cancha ―que se llamó “03 de septiembre”, día que estalló la huelga en el plantel de San Lorenzo Tezonco―, fue construida por estudiantes autónomos y de distintos colectivos, sin mediación alguna de la institución.

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El proyecto está fundamentando en los principios libertarios de la autogestión, cuya esencia es ser de todos y de nadie, es decir, todos y todas pueden participar sin excepción y nadie puede plantarlo como su propiedad. En consecuencia, estamos ante un proyecto gestado dentro de una institución donde, no obstante, la toma de decisiones es deliberativa, cada equipo escoge a su delegado para asistir a las reuniones de la asamblea llamada Comisión Coordinadora de Seguimiento del Torneo (CCST) —cabe mencionar que no se cierra la puerta ni se le quita la voz a todo integrante de los equipos que asista, aunque esté presente su delegado—. Esa comisión propone una administración que es votada para su activación y que hará valer tanto el reglamento —que fue hecho por la CCST— como la creación de roles de juego y respectivas sanciones. Importante mencionar que la administración es rotativa y dura un año como máximo, ya que no se puede reelegir, pues el principio es que no se preste a malos manejos, mucho menos a un negocio, es decir, a la corrupción, conservando intacto el proyecto, generación tras generación, como autogestivo.

Desde la puesta en marcha de Liga la Espartaco, en el año 2013, han pasado ya 6 administraciones, una que otra con altibajos, pues siempre hay situaciones problemáticas por la diversidad y la imperfección del ser humano; mas a pesar de esas problemáticas, ninguna se dio por vencida y llegó hasta el final del torneo. Y aunque el torneo se trasladó a la cancha “Los Olivos”, aledaña a la universidad, sigue funcionando como se planteó al inicio del proyecto, y es digno destacar que el paso del torneo a la cancha foránea fue por una voluntad mayor de la comunidad estudiantil de dejar el espacio para el término de las construcciones del plantel, sin embargo, esto tuvo que haberse concluido ya hace dos años ―¿corrupción? Tal vez—.

Asimismo, este proyecto que buscaba reconstruir el tejido social mediante la convivencia, el trabajo en equipo, la solidaridad y la honestidad, destaca también por su trabajo en la equidad de género, no como mera formalidad sino como forma efectiva de participación, ya que, a pesar de que el proyecto se inició como mixto y participaban algunas mujeres, no estaban incluidas de manera real, como la responsabilidad ética y social lo demandaba. Por ello, se incluyeron en la legislación —reglamento de la liga— artículos donde se requisita a cada uno de los equipos tener mínimamente dos jugadoras registradas y una en cancha durante los dos tiempos, si se incumpliese esta regla los equipos estarían obligados a jugar con 6 jugadores. Es importante señalar que estos artículos fueron decididos por las mujeres que juegan en los equipos del torneo, no hubo voto de ningún hombre, aunque sí estuvieron en el debate de las ideas. Sin duda, mención honorífica al equipo “Fução H-M”, quien a través de su representante y ex-administradora del torneo, Marlene López, pusieron sobre la mesa de manera clara dicha situación. Por lo anterior, podemos decir que la liga está trabajando no sólo en lo deportivo sino también, indudablemente, en lo social.

Al mismo tiempo, la Liga Espartaco no sólo se reduce al ámbito estudiantil, ya que incluye a la comunidad aledaña al plantel para ser partícipe del proyecto, pues desde su creación se han hecho presente año con año, como es el caso de unos jóvenes que vivían en la calle “Manzanilla” frente a la universidad, quienes pusieron este mismo nombre a su equipo; existen además equipos que han combinado a estudiantes con parte de la comunidad de San Lorenzo, tal es el caso de “Copy Láser”, formado por trabajadores de los locales ubicados frente a la universidad que, cabe señalar, han sido dos veces campeones del torneo; inclusive, el campeón vigente, “Fulham”, por primera vez ­—en los doce torneos­ que lleva la Liga— es totalmente de la comunidad aledaña al plantel, o sea que ningún integrante de su equipo es estudiante la UACM. Es entonces, un proyecto comunitario que traspasa las fronteras de las rejas que delimitan las instalaciones, donde se une comunidad y universidad.

Con sus ya seis años de vida, es posible declarar que la Liga Espartaco cumplió aquel propósito para el que fue fundada y creando además equipos de “abolengo” o, para precisar mejor, de tradición —como se les llama popularmente— tal es el caso del Realsamesta o Hooligans, que se han hecho presentes desde el primer torneo y no tienen para cuando dejar la Liga; también podríamos meter a “La FE” como equipo de tradición y no sólo por estar presente los doce torneos, sino porque fue el primer bicampeón, al mismo tiempo que no podemos negar la figura de su extrovertido representante y capitán Jonathan Lagunes, quien además de saber mucho de fútbol, fue una de las principales personas que no dejaron caer el proyecto, ya que es de los fundadores de la Espartaco; además, tenemos al equipo “Revueltas Libertario”, pues es el máximo campeón de la Liga con 4 títulos y el primer tricampeón, sin objeciones, es la leyenda de este proyecto, retirado hace ya dos años, a saber, hace cuatro campeonatos; por último, no podemos dejar atrás a grandes campeones como Nopal City —quien sólo participó un año―, a Furia Roja que fue el segundo campeón de la Liga y a Argentina (Bombarderos). Sin duda, la Liga Espartaco tiene historia y seguirá construyéndola.

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Del proyecto de la Liga Espartaco, en el 2015, emanó la «Selección UACMita», la cual consistía en crear un representativo del plantel San Lorenzo, cuya base de jugadores proviniera de la Liga, empero, no se seleccionaba a los mejores del torneo, sino que estaba abierto a cualquier estudiante y jugador de la Espartaco. La constancia en los entrenamientos, la puntualidad y la asistencia a los partidos, era lo que generaba que fueras o no titular en el representativo. El proyecto se trataba de participar en la reducción de los índices de alcohol, ya que se planteó en un ambiente de crispación y criminalizción hacia los estudiantes por parte de las autoridades institucionales de la UACM, es decir, esa misma situación planteó generar una alternativa ―no criminalizante― en torno al tema del alcohol, pues para ser parte del representativo, además de asistir a los entrenamientos o partidos de la selección ―que eran los días martes y viernes, pues según el diagnóstico de la administración de la Liga en esos días se bebe más alcohol en el plantel―, también tendrían que jugar cuando les tocará en el torneo de liga, o sea que, por lo menos, habrían de hacer deporte tres veces a la semana, arrebatando, así, su atención.

A lo largo del tiempo, la Selección UACMita evolucionó, invitaron al representativo a la competencia «Copa UAM 2015», donde en aquella, su primera participación, llegaron a la final y obtuvieron el segundo lugar en una ronda de penales frente a la Universidad Marista (UMA), con ello se insertó en el ámbito de la competencia interinstitucional, a pesar de que nació como el propósito de atender un problema de salud pública que afectaba a la población de la UACM, transformándose de esta manera en un proyecto comprometido también con el deporte de alto rendimiento aun cuando el proyecto de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México plantea alejarse de la idea de competencia como rivalidad. Así, el representativo también participó en el torneo interUACM organizado por la Coordinación de Servicios Estudiantiles (CSE) y en dos ocasiones más en “Copa UAM”. Lamentablemente, este proyecto se enfocó a los hombres,  pues la poca participación de las mujeres en la Liga Espartaco en ese
momento no permitió hacer un representativo femenil, no obstante, con el esfuerzo de varias estudiantes, organizaron y consolidaron su representativo del plantel San Lorenzo, con el que participaron en la rama femenil del torneo interUACM, el cual finiquitaron siendo campeonas.

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Los alcances del proyecta  fueron más allá de lo deportivo, pues la Liga Espartaco, la Selección UACMita y la Cooperativa Café Libertario, coordinaron esfuerzos para festejar el día del niño y la niña año con año, mediante torneos de fútbol, actividades culturales, talleres y su respectivo convivio; festivales que hasta la fecha se siguen llevando a cabo para la comunidad de los alrededores del plantel San Lorenzo. Así pues, todos los recursos emanados de estos tres proyectos son los que gestionan estas alternativas al pensamiento hegemónico, donde se cree ―ingenuamente― que debe haber una autoridad que nos brinde de todo,  cuando nuestros encuentros socio-culturales son los que nos dotan de las herramientas necesarias para la transformación social.

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Son ya doce torneos completos de autogestión estudiantil —se dice poco—, son 6 años de la existencia de la Liga Espartaco, y aunque hay intentos de la Institución por participar en este proyecto, no se ha concretado nada: para el cuarto torneo, el Consejo de Plantel proporcionó algunos libros para el campeón, que al torneo siguiente quedó en nada; en ese mismo torneo la Coordinación de Servicios Estudiantiles donó algunos balones de muy mala calidad; por último, durante el onceavo torneo se tuvo el acercamiento con Antonio Tovar —quien tiene un conocimiento excepcional sobre el deporte estudiantil—, un administrativo de la UACM que recorrió todos los planteles en busca de una unificación del deporte, junto con su respectivo presupuesto, sin embargo, terminó destituido de ese cargo.

Por su parte, Stephanie Godínez, Roberto Martínez y Alexis García —actuales administradores de la Liga Espartaco— intentaron un nuevo acercamiento con la institución y en la final del doceavo torneo firmaron un documento con integrantes de la Coordinación de Servicios Estudiantiles del plantel San Lorenzo Tezonco para coordinar un trabajo conjunto en la construcción de una nueva cancha de fútbol dentro de dicho plantel —mas no en la toma de decisiones de la liga, eso, por su puesto, sigue siendo decisión de los estudiantes—.

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Por otro lado, ya se lanzó la nueva convocatoria para el treceavo torneo de la Liga Espartaco 2020-I, que se está difundiendo tanto en el grupo de Facebook “Liga Espartaco UACM”, como en redes sociales, y de manera física en el plantel, por lo que sugerimos estén al pendiente y se unan a este noble proyecto.

La historia de esta Liga sirve para destacar la importancia de proyectos autogestivos y de autoorganización, pues se deben de replicar cada vez más, no sólo en nuestras instituciones educativas, sino en nuestras comunidades. De lo que se trata es de rescatar nuestros espacios públicos y convertirlos en comunitarios para transformar nuestras sociedades, en consecuencia, arrebatárselos a la delincuencia, a los intereses personales que buscan sólo beneficios particulares, y retomar el rumbo de nuestros destinos.

Por consiguiente, como lo propone la Liga Espartaco, se trata de hacer política —como la forma de organización y de toma de decisiones comunitarias— sin política —sin la mediación de intereses particulares—, simplemente se hace política para el bien común, pues si es para otro fin estaríamos hablando de la privatización de lo público y nos neoliberalizaríamos.

En suma, la Liga Espartaco es un ejemplo de lucha y autoorganización estudiantil que no se puede obviar, por el contrario, se tiene que visibilizar, pues se trata de ser un referente que pueda ser replicable en una búsqueda de toma de consciencia y de un vivir mejor.

 

 

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