Sobre la manipulación
Por Carmina Cardiel
Obediencia perfecta (2013, México) del director Luis Urquiza está basada en el cuento “El tercer grado de obediencia perfecta” de Ernesto Alcocer, ambientado en los años 70, nos cuenta la historia de uno de los más grandes pederastas que ha tenido México y el mundo: Marcial Maciel. A través del personaje ficticio del sacerdote Ángel de la Cruz, nos adentramos en un hecho crudo, cruel, despiadado y pervertido como lo es el abuso en todo sentido, llegando así a la pederastia.
Esta no es una historia al estilo del Marqués de Sade, quien por medio de sus escritos dio cuenta no sólo de las pasiones y bajezas humanas, sino de lo que acontecía al interior de un cuerpo que parecía, hasta hace a penas pocos años, intocable: La iglesia católica. Julián es un niño cuyos padres mandan a estudiar con los seminaristas para iniciar el camino del sacerdocio y lo confían y encomiendan a un mundo contrario de sus creencias religiosas y su fe.
La manipulación desde la obediencia
El director hace un gran trabajo al tocar el tema de la pederastia desde un concepto que está siempre en el centro del pensamiento político: La obediencia. Se define como obediencia a la acción de ejecutar las instrucciones que se reciben, especialmente cuando proviene de una figura de autorLeer más