Columnas de opinión
MUCHO AYUDA EL QUE NO ES TROVA A propósito de Príamo, aquí yacen los restos de Héctor, de Jorge Reinun.
Por Rogelio Dueñas
UNO
Un alarido cimbra la penumbra de horas huecas. Mientras digo esto, al pudridero que las ratas llaman talento se le cae el antifaz; devela su rostro imperturbable de asesino a sueldo. Con la atrofia del dinero a cuestas, encuentra nido en la industria musical. Ahí, gozoso, el pudridero quita las legañas del ojo del culo de un empresario-Midas de letrina (todo lo que toca lo hace mierda). Bolo alimenticio para la lógica de mercado. Pan nuestro de cada día en frecuencias radiadas estragadas por la ramplonería. De pronto, la reventazón parece impostergable.
DOS
En el capítulo anterior, hablábamos de la infamia deslustrada del dinero y sus secuaces. De chirriantes cantos a la negrura enquistados, apenas antídotos para los males de este joven siglo que se corona en virus. Que se empecina en tomarnos una panorámica bajo la bota de la satrapía milica: ¡Violenta, Parra, con tu canto sus huestes de buitres! Engulle con tu fuego disidente la vileza nacida de la normalidad.
TRES
De pronto el alarido que cimbra la penumbra de horas huecas adquiere nombre y forma. Es entonces cuando Jorge Reinun borbrota. Armado con guitarra acústica y su voz desgarbada,Leer más→
Manuel Alejandro Q. Ceballos | Poemas
Manuel Alejandro Q. Ceballos (México, 1992), Escritor mesoamericano. Promotor cultural y editor. Es fundador del proyecto editorial Literatelia. Director de la revista cultural Galerías del Alma. Es autor del poemario: Réquiem Colectivo (Don Juan de Amiel, Lima, Perú, 2018). En dramaturgia: Los amantes de diligencias |A las puertas del convento San José (Literatelia-Amistía teatro, 2020). En narrativa: Patios de Córdoba y otros cuentos (Literatelia, 2020). Ha participado en diversos festivales y Ferias de libro en Latinoamérica, así como compilaciones de literatura.
*
Me amaneció pronto
y clavaste el adiós imparable
en mi rostro.
Suicida, me ahogué
por la lluvia de mi cuerpo
y ahí,
en la desesperación del presente,
se adentró el rayo
sin clemencia.
El enjambre
de múltiples caídas
sobornó al suelo
para repetirme
en la derrota.
Mis manos murmuran
todavía
con la barrena en mi garganta.
Las estrellas no escuchan.
No se oyen más lamentos.
* *
Nadie me recordó
que la luz se apaga
en la derrota
y la bestia de no encontrarnos
se vuelve sombra,
espejo y presagio:
incendiado
cruce
de las voces.
Estuve
en guardia
ante la feroz ausencia
y tic taqueba los rincones
de mi lenguaje
para salvarme sin fe:
terrible asfixia.
Desperté.
Trago miseria
escupo al aire
las cenizas.
Tu nombre resplandece a distancia: entrevista a Lenguafractal
Por Ximena Cobos Cruz
Hay vacíos que te roban la profundidad del alma en expansión activa al contacto con las notas que se mezclan hasta hacer languidecer tus huesos, aquellos discos y canciones son como drogas que no te hacen efecto, producciones al gusto puro del capitalismo ramplón que cobravendecobra y todo lo vacía de significado, de potencia. Pero siempre hay fugas, resistencias al silencio a media noche; hijos no reconocidos de los maestros que libaron en ceremonias de hace años, cuando éramos más jóvenes, más atrevidos, cuando el espíritu no se rompía junto a los vasos y los cascos de cerveza estrellados contra el piso. El problema es dónde fijamos el centro, ese ombligo falacia de la luna que nos mantiene lejos de lo que atraviesa vientos de lejanos atardeceres, territorios que parecen no haber sido tocados por la banalidad y la codicia que transforma todo en industria.
Guadalajara guarda sus secretos de Lengua Fractal, de expresión abierta al contacto con otras disciplinas, de sonidos que a veces recuerdan las escenas finales de aquella película de Alberto Cortés[1] que llegó a cimbrar la recién nacida década de los noventas, una de las mejores para el rock nacional. Leer más→