“Molly Bloom”

Sidra de pera inspirada en Ulises de James Joyce

Por: Diana Peña Castañeda[1]

 

“…me gustaría tener un bonito par de pantuflas rojas como vendían esos turcos del fez rojo o amarillas o una bonita bata semitransparente que me está haciendo mucha falta o una mañanita color de melocotón como la de hace mucho en Walpole sólo 8/6 ó 18/6 ya le daré otra oportunidad madrugaré por la mañana estoy harta de esta vieja cama de Cohen en todo caso podría ir al mercado a ver todas las verduras y coles y tomates y zanahorias y toda clase de frutas espléndidas que vienen todas frescas y deliciosas quién sabe quién sería el primer hombre que me encontrara salen por ahí a buscarlo por la mañana solía decir Mamy Dillon y por la noche también esa era su salida a misa me gustaría una pera grande y jugosa ahora que se me deshiciera en la boca como cuando tenía los antojos entonces le tiraría encima sus huevos y el té en la taza con bigotera que le regaló ella me figuro que para hacerle la boca más grande a él también le gustaría mi buena crema también ya sé lo que voy a hacer voy a dar vueltas por ahí bastante alegre no demasiado cantando alegre de vez en cuando mi fa pietà Masetto luego empezaré a vestirme para salir non son più forte me pondré mi mejor camisa y bragas que él se dé una buena ración de vista con eso para que se le ponga de pie su cosita le haré saber si eso es lo que quería que su mujer se deja joder sí…

 (fragmento del monólogo de Molly Bloom)

 

Es la habitación matrimonial. Tu esposo duerme. Quizás 2 a 3 de una oscura y seca madrugada Leer más

Experiencia nómada

Por Aníbal Fernando Bonilla

Cuando se traspasan las fronteras de alguna manera, las visiones, percepciones y hábitos de los viajeros(as) se modifican y ensanchan a partir de la interpretación vivencial. Es un ejercicio placentero que nos conduce al conocimiento y reconocimiento de la otredad. Y al descubrimiento de latitudes distintas. A partir del contacto externo, las ciudades se vuelven cercanas, aunque el desplazamiento sea por un lapso corto.

Sobre la visita esporádica a las principales urbes —si cabe tamaña expresión— de nuestra América, trata el texto Cómo viajar sin ver (Alfaguara, España, 2010), de Andrés Neuman (Argentina, 1977); bitácora en la cual se recogen hechos, vicisitudes, episodios, instantáneas de un intenso itinerario que efectuó el autor a propósito de la obtención de un premio literario y su correspondiente difusión. “Solo quería escribir de lo que mirase, escuchase, comprendiese o malinterpretase mientras atravesaba ese laberinto denominado Latinoamérica”, explica.

Experiencias de un atento observador que bifurca su gesta creativaLeer más

Sopa emancipada

Una receta inspirada en el ensayo Una habitación propia de Virginia Woolf

Por Diana Peña Castañeda[1]

Más que un placer gustativo, la comida en literatura es magia. Como elemento narrativo, permite la acción de la trama porque es un estado de ánimo, un pensamiento, una decisión; apoya la descripción de un personaje, o bien caracteriza a una sociedad en un contexto determinado. Desde pavos, frutas, quesos, vinos, salsas, panes y un sinfín de platos, la obra literaria de Virginia Woolf está aderezada de una exquisita ironía para poner en evidencia los trasfondos del alma humana.

Para ella, “comer bien” es metáfora de cómo la identidad propia, más precisamente, la de la mujer, puede encajar o no en una sociedad de libertades, en el mejor de los casos, restringidas. Dijo la escritora inglesa: “Uno no puede pensar bien, amar bien o dormir bien sin haber primero cenado bien”.  En su clásico ensayo Una habitación propia, Woolf desarticula la idea de ‹‹somos lo que comemos››, entonces la funciónLeer más

Corazón errante

Por Diana Peña Castañeda[1]

Introducción

Comida y literatura hacen parte de la memoria humana. La primera, porque a través de los sabores, texturas y aromas se recrea el sentir individual y/o colectivo. La segunda, porque anima la reflexión sobre aquello que llamamos vida. Entonces, la comida en literatura pasa por ser algo más que lo que se sirve a la mesa o lo que se cocina en el fogón.

Cada alimento, el tiempo en que se come, con quién se comparte y la forma en que se cocina permite describir a los personajes o a la sociedad, es decir sus emociones, sus sentimientos; si se es rico o pobre, fraterno o desleal.  Propicia el encuentro o es la antesala de la muerte en la trama; muestra lo injusto, el deseo, lo amoroso o lo violento. Puede ser dicha o tragedia en el desenlace.

En cada obra literaria fácilmente se puede hallar desde una hogaza de pan solitaria en un plato, un trozo de tocino que cuelga del borde de la boca, un condimento que produce el miedo, una fruta que revive la nostalgia, cuando menos una copa de vino para el coraje o un vaso de agua para saborear lo que se desea observar. En cualquier caso, la comida en literatura es una experiencia para escudriñar las motivaciones del alma humana.

En consecuencia, el propósito de esta columna es develar lo que encierran esos platillos presentes en obras maestras de literatura universal. Cada receta hará que usted respire o se inquiete. Póngase cómodo y disponga el paladar para degustar bocados literarios. 

 

Pollo asado aderezado con páprika al estilo Drácula de Bram Stoker

 

La muerte tiene la fina sutileza de recordarnos que antes hay vida y, en consecuencia, hay que comer. Para los propósitos de Drácula esa es una premisa: “El propio conde se acercó a mí y quitó la tapa del plato, y de inmediato ataqué un excelente pollo asado. Esto, con algo de queso y ensalada, y una botella de Tokay añejo, del cual bebí dos vasos, fue mi cena.”  (del diario del abogado Jonathan Harker).Leer más

Por Diana Peña Castañeda[1]

Introducción

Comida y literatura hacen parte de la memoria humana. La primera, porque a través de los sabores, texturas y aromas se recrea el sentir individual y/o colectivo. La segunda, porque anima la reflexión sobre aquello que llamamos vida. Entonces, la comida en literatura pasa por ser algo más que lo que se sirve a la mesa o lo que se cocina en el fogón.

Cada alimento, el tiempo en que se come, con quién se comparte y la forma en que se cocina permite describir a los personajes o a la sociedad, es decir sus emociones, sus sentimientos; si se es rico o pobre, fraterno o desleal.  Propicia el encuentro o es la antesala de la muerte en la trama; muestra lo injusto, el deseo, lo amoroso o lo violento. Puede ser dicha o tragedia en el desenlace.

En cada obra literaria fácilmente se puede hallar desde una hogaza de pan solitaria en un plato, un trozo de tocino que cuelga del borde de la boca, un condimento que produce el miedo, una fruta que revive la nostalgia, cuando menos una copa de vino para el coraje o un vaso de agua para saborear lo que se desea observar. En cualquier caso, la comida en literatura es una experiencia para escudriñar las motivaciones del alma humana.

En consecuencia, el propósito de esta columna es develar lo que encierran esos platillos presentes en obras maestras de literatura universal. Cada receta hará que usted respire o se inquiete. Póngase cómodo y disponga el paladar para degustar bocados literarios. 

 

Pollo asado aderezado con páprika al estilo Drácula de Bram Stoker

 

La muerte tiene la fina sutileza de recordarnos que antes hay vida y, en consecuencia, hay que comer. Para los propósitos de Drácula esa es una premisa: “El propio conde se acercó a mí y quitó la tapa del plato, y de inmediato ataqué un excelente pollo asado. Esto, con algo de queso y ensalada, y una botella de Tokay añejo, del cual bebí dos vasos, fue mi cena.”  (del diario del abogado Jonathan Harker).Leer más

Muerte Y Libertad Femenina En La Amortajada De María Luisa Bombal

Por Aranza Hernández[1]

María Luisa Bombal se erige como una de las autoras que, con su talento y estilo, ha logrado ocupar un espacio muy importante en la literatura latinoamericana y en la narrativa del siglo XX. Su escritura se alejó de los paradigmas establecidos para representar, en su lugar, el papel de las mujeres en la sociedad y los conflictos a los que se enfrentaban. En su obra destaca la introspección; una mirada subjetiva que expresa los sentimientos y emociones más íntimos de sus protagonistas: mujeres en busca de su identidad, felicidad y libertad.

En este sentido, el presente texto busca analizar la importancia de la muerte en La amortajada, enfatizando los rasgos que mantenían a la protagonista sujeta a las normas del patriarcado. Se mostrará cómo su fallecimiento corporal le permite liberarse de los prejuicios y, en general, de la sociedad patriarcal, pues la muerte es presentada no solo como una mera partida terrenal, sino como un espacio íntimo de reflexión y liberación de lo que se experimentó en vida. Es la salida que despoja a la protagonista de toda opresión, de todo odio y de todo aquello que la lastimó, pues durante ese estado entre la vida y la muerte, ella tomará conciencia, según lo que ha experimentado, de su posición como mujer oprimida, cuya existencia se encuentra siempre ligada a una figura masculina, necesaria para sentirse mujer.

La novela presenta una narración dividida temáticamente en dos partes: una muerte corporal y una muerte del pensamiento patriarcal. Por un lado, Ana María, la protagonista, experimenta una muerte carnal, el término del mundo de los vivos y, por otro lado, una muerte psíquica. Esto debido a que durante su existencia había aceptado, inconscientemente, las normas estipuladas por la sociedad patriarcal en la que se encontraba. Aceptó desaparecer su identidad, por lo que el “el ritual del velatorio es la zona de pasaje que permite purificar y liberar el trauma de una memoria de género” (Vásquez, 2015, p. 292). Ello porque “la catarsis sólo puedeLeer más

El sueño del Cóndor: una mirada desde el Buen Vivir

Por Alejandro Aldana Sellschopp[1]

Para Luz y Emiliano

La novela de Luis Antonio Rincón, El sueño del Cóndor (Ed. Norma), nos permite realizar una serie de reflexiones teóricas en las cuales es factible aplicar ciertas categorías del espectro filosófico denominado el “Buen Vivir”. La trama de la novela se estructura en varias capas de significación:

1.- La discapacidad de Ayún, el personaje principal, (tiene las piernas atrofiadas, camina con muletas) y la condición de “vulnerabilidad” de Aruma por ser mujer.

2.- Una serie de pruebas iniciáticas que los dos amigos deben surcar para tener el derecho social a emprender una empresa mayor: un peligroso viaje a la ciudad (otro periplo iniciático), el cual debían realizar alumnos preparatorianos y universitarios de la comunidad.

3.- La subtramas que nos narra la historia del fantástico padre de Ayún.

Para este estudio me apoyaré conceptualmente en los trabajos del antropólogo tsotsil Miguel Sánchez Álvarez, quien nos dice que: “ El lekil kuxlejal (en lengua tsotsil y tseltal) o Buen Vivir (en español) es un modo de vida de los pueblos originarios para su supervivencia. Implica vivir en armonía consigo mismo, con su comunidad, con la madre Tierra y con la naturaleza en plenitud”.

Almazor, el lugar donde se desarrolla la historia de Luis Rincón, se ubica en la Patagonia andina. Es una comunidad en el sentido más profundo del término. Los habitantes viven en armoníaLeer más

“Luchito y el tío Arguedas”: Reviviendo a Los Zorros de José María Arguedas

Por Juan Martínez Reyes[1]

La literatura nos presenta el reflejo aciago de nuestra realidad en sus múltiples dimensiones. A veces, esa realidad creada es apenas un pequeño intento de recrear lo que somos o lo que fuimos en un momento determinado de la vida. Así, Dante Lecca nos entrega una obra infantil “Luchito y el tío Arguedas”, donde nos recrea a personajes propios de Chimbote y donde además figura el escritor José María Arguedas como uno de los protagonistas.

Este libro está divido en diez capítulos, en el primero y en el último de ellos se manifiesta un diálogo entre el zorro de arriba [el mundo andino] y el zorro de abajo [el mundo costeño]. A pesar del número de capítulos, de acuerdo con la estructura, modalidad textual y extensión de estos, podemos decir que nos encontramos frente una novela corta. En ella, el autor nos revela una cartografía de Chimbote desde una mirada histórica–social, aunque pueda resultar somera para el lector, es posible lograr que lo transporte al Chimbote de antaño.

En esta obra, existe una preocupación por el medio ambiente, aunque no se haLeer más

Las puertas de la literatura *

Por Aníbal Fernando Bonilla

El acto de escribir encierra un hálito que provoca la consumación de los deseos, la imprecación de la idea, el maleficio de la soledad. Es la delirante función que cumple el tejedor del teclado, el orfebre de sílabas incontables, el artesano de las delicadas letras, el artista de los fonemas perfectos. La literatura es la estratagema que nos traslada desde lo inmaterial a escenarios fantásticos, al artificio que induce la ficción, al imaginario de lo insondable, esto es, a la realización de la práctica creativa.

El esteta se desvela con sus sueños y pesadillas, con sus fantasmas y demonios internos. También asume la posición de testigo de su época, atravesando el muro de los otros, la prolongación de la vida, los sucesos que conmueven la conciencia, el rutinario acontecer de los días. Aquella condición humana proclive al análisis filosófico y a la cavilación a lo largo del tiempo se muestra en su expresión más profunda, en el vértigo del quehacer literario, el mismo que irradia a partir del estado solitario del creador, como signo auténtico de la ensoñación escrita.  

La literatura promueve el desarrollo de los sentidos, a la vez que invoca al sacrilegio de la palabra, con una carga inevitable de asombro y preciosidad. Ya sea en prosa o en verso, aquella catarsis Leer más

El proceso de masculinización en “Cartas de un viajero” de George Sand

Una alternativa literaria

 

Por Karol Loaiza[1]

La Francia del siglo XIX atravesó diversos cambios políticos luego de la revolución francesa ocurrida en el siglo anterior. Esto abrió paso a posiciones más liberales dentro de todo el territorio, que llevaron a cuestionar el manejo gubernamental y ocasionaron nuevas sublevaciones que buscaban una reforma monárquica. A pesar de esto, la cultura francesa y el orden social establecido era conservadora, a la luz del dominio que la iglesia católica ha mantenido en todo el continente europeo desde la cristianización con los dogmas religiosos que se forjaron en la edad media. Ya que aún no era común la constitución de los estados laicos en países que se regían bajo una monarquía con una religión oficial. Sumado a esto, los pensamientos revolucionarios traídos por la ilustración solo acogían al hombre, y aunque Olympe de Gouges en el siglo XVIII había presentado una versión parafraseada de los derechos universales del hombre, pero direccionados hacia la mujer, los cambios en busca de la emancipación femenina en el país no eran notables. Las mujeres aún sufrían el sometimiento por parte del sistema falócrata, y su participación en el andamiaje de estas sociedades era secundario.

El campo de las artes no era diferente porque no se contemplaba la incorporación de la mujer en la academia y alguna tendencia a participar en dichos espacios resultaba infravalorada. Así, mientras se erguía el romanticismo en Francia, que resaltaba la fragilidad femenina y la superioridad masculina, entra entonces la estrategia de asumir la androginia o, por defecto, la masculinización como una alternativa literaria para las mujeres escritoras. De esta manera, es factible demostrar en “Cartas de un viajero. Extractos” (1998) escrita por George Sand, en una traducción de Anita Gómez de Cárdenas, el anulamiento de cualquier rasgo de feminidad por parte de la autora para someterse a un proceso de masculinización escritural.

En este orden de ideas, esta obra epistolar se acoge a esta masculinización recordando que al hombre le correspondían las estancias públicas y a la mujer las privadas. Por esto solo las Leer más

El privilegio de enfermarse

Reseña sobre Desmorir, una reflexión sobre la enfermedad en el mundo capitalista, de Anne Boyer

Por Pamela Castro Amaya

Anne Boyer nació en Kansas, Estados Unidos, en 1973. Es poeta y ensayista, así como profesora en el Kansas City Art Institute. Fue diagnosticada con cáncer de mama triple negativo de pronóstico grave en 2014, una semana después de cumplir 41 años; a raíz de esto, escribió Desmorir, una reflexión sobre la enfermedad en el mundo capitalista (2021), su más reciente obra.

Desmorir es un ensayo, con tintes de crónica y poema en prosa, que nos habla del camino que recorre Anne a partir del momento en el que la diagnostican: médicos antipáticos, costosos medicamentos, tratamientos que tienen mayor probabilidad de matarla que la enfermedad y le hacen dudar si desea seguir viva. En el libro no se discute sobre la moralidad del cáncer, apelando a buscarle un significado; sino que aborda cómo es padecerlo siendo mujer, de clase media y madre soltera. Nos invita a crear conciencia de que no sólo se compone de un intruso dentro del cuerpo que quiere devorarlo; también es la soledad, sentirse una carga para los demás e intentar dejar de serlo.

Ser mujer y estar enferma debería ser considerada otra enfermedad además de la que se padece. Y es que para nosotras es un padecimiento más consultar con diversos médicos para encontrar el mal físico y obtener un remedio, porque generalmente nos acusan de histéricas y exageradas; o porque los análisis clínicos pocas veces tomanLeer más