Conócenos

A seis años de su nacimiento ¿Qué es Enpoli? resulta una pregunta compleja y repleta de llamas en las que se quemaron sus inicios, pero se forjaron sus futuros. En nuestro IG habita una foto muy en lo recóndito que retrata a las personas que dijeron sí a la idea de quien pensó este espacio en su primera presencia, sin embargo, las historias nunca son una línea recta que corre fija a la planeación, ni siquiera en el principio, porque todo se transforma y se adapta, se va moldeando, va transitando como mejor puede.

En ese camino, Enpoli se convirtió en un espacio habitable, un sitio que yo, Ximena Cobos Cruz, he intentado hacer cálido para una comunidad en la que me veo reflejada en sus intentos de sostener proyectos, de creer en la importancia de construir espacios autogestivos en los que las voces de las personas que imaginan desde la más hermosa necedad otras formas de existir en el mundo se derramen en la web. Pero toda intención no funcionaría sin todas las personas que confían y toman el espacio como suyo, que aceptan la invitación a soltar sus palabras y pensamientos, a confiar juntxs en que lo que tenemos para decir es importante, necesario, potente. Entonces, Enpoli es un sitio abierto siempre como un ejercicio de presencia de múltiples ideas, cuestionamientos, existencias, reclamos, propuestas críticas para transformar aunque sea un poco la manera de pensar de la gente.

Enpoli no es un espacio suspendido en la nube solamente. Como cada uno de los proyectos con los que se ha hermanado, hallado, mirado a la cara en estos años, tiene detrás personas, corporalidades, emociones, sentimientos. Es necesario hacer este reconocimiento. Por eso, este es también un espacio que supone otro ejercicio de cuestionamiento personal constante. Llevar este sitio exige un latido que siempre me conduce a preguntarme para qué y a valorar la necesidad de nuestras voces reafirmando la intención de mantener viva la revista. Por que sí, Enpoli es desde el inicio un sitio para quienes se hallan al margen. Nacido en la periferia de la Ciudad de México, amasado y fermentado desde los paisajes particulares del Oriente, Enpoli resuena en su contradicción de nombrarse en un plural que pareciera no existir. No obstante, aunque se juzgue que detrás de esto se halla solo una mujer, en realidad nos invito a acompañar mi proceso de ir descubriendo que esa necesidad de enunciar un nosotrxs es la certeza de que este es un sitio de reunión, de encuentro, de confianza.

Es necesario además que si llegaste hasta esta sección de la revista, sepas que Enpoli siempre será un lugar para priorizar a las mujeres. Un espacio en el que, con todas las ganas del mundo que habitan mi cuerpa, la voz de las mujeres, sus ideas, su pensamiento, su manera de hacer historia, sus intereses científicos, sociales, culturales; sus imaginarios literarios y artísticos, siempre serán el centro, el motor, algo que se sabe necesario incuestionablemente.

A su vez, desde su primer brote, Enpoli se pensó para hablar de todo lo que cabe Entre Política y Literatura, con los años fui confirmando que en ese entremedio está toda lo humano y lo no humano, por eso este siempre ha sido un collage de temas que llama a que no te detengas en la duda de si cabe o no tu propuesta, pues la hiperespecialización que crea la academia es uno de los rasgos que desde aquí rechazamos intensamente. No somos un medio especializado en un tema, sino en la crítica y la existencia que persiste y resiste al ente que todo lo devora, que traga las ideas y las comercializa, banalizando el goce, la pulsión vital.

Enpoli es nuestro y siempre habrá un agradecimiento infinito por habitarlo. Mientras, su historia se sigue construyendo y sucediendo…

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