La seguridad pública como un factor de fragilidad en el contrato social chileno

Por Jorge Yáñez Lagos[1]

En los últimos años, Chile ha degenerado en los niveles de violencia delictual; lo dicho, particularmente, se revela en el número de casos policiales de homicidios consumados, entre otros elementos. Por ejemplo, en el período 2005-2017 se observó en promedio una tasa de 3,2 homicidios consumados por cada 100.000 habitantes. En contraste, en los últimos seis años (período 2018-2023) se evidenció un incremento significativo de homicidios consumados, promediando una tasa de 5,4 homicidios consumados por cada 100.000 habitantes. Asimismo, en los últimos dos años (2022-2023) la tasa fue de 6,5 homicidios consumados por cada 100.000 habitantes (véase gráfico n° 1).

 

De hecho, al aumento evidente en los últimos años de las tasas de homicidios se añaden otros elementos complejos. Según un estudio del Ministerio Público (2021), se da cuenta de un incremento de casos policiales de homicidios con imputado desconocido de 18% (2015) a 37% (2020), alcanzando niveles preocupantes durante los últimos años. A partir de esto, diversos estudios nacionales y comparados identificaLeer más

Origen de los Estudios de Políticas Públicas

Por María de Jesús López Salazar

El estudio de las políticas públicas se originó en Estados Unidos. Entre los autores que describen su origen se encuentran Jeffrey L. Pressman y Aaron Wildavsky (1998 [1973]), Ives Meny y Jean-Claude Thoenig (1992), Joan Subirats (1992), Luis Fernando Aguilar Villanueva (1992) y Wayne Parsons (2007 [1995]). Tal descripción tiene sus raíces en la confluencia de una serie de situaciones particulares en lo intelectual, económico, social y político que permitieron su florecimiento y progreso.

El primer elemento fue la unión de un sistema de gobierno democrático sólido con agencias de investigación y asesoramiento independientes. Estos dos factores permitieron al gobierno americano, después de la Segunda Guerra Mundial, implementar una serie de programas sociales, en educación, salud y servicios públicos que se les conoció como Welfare State o Estado de Bienestar. El estudio de las políticas públicas nace entonces en un contexto que favoreció el surgimiento del desarrollo científico, que tenía como finalidad atender los problemas administrativos (V. Aguilar Villanueva, 2003; Fernández, 1996). El segundo elemento es el ideológico. Estados Unidos fue un Estado que se estructuró administrativa y profesionalmente de manera tardía; esto sucedió a partir de la presidencia de Woodrow Wilson (1913-1921), quien proveniente de los círculos intelectuales norteamericanos se propuso realizar cambios sustantivos y progresivos en la administración pública, al quitarle a ésta el matiz político que conservaba.

El primer elemento fue la unión de un sistema de gobierno democrático sólido con agencias de investigación y asesoramiento independientes. Estos dos factores permitieron al gobierno americano, después de la Segunda Guerra Mundial, implementar una serie de programas sociales, en educación, salud y servicios públicos que se les conoció como Welfare State o Estado de Bienestar.

El estudio de las políticas públicas surge entonces en un contextLeer más

Rasgos permanentes de la realidad: un mundo militarizado que siempre está listo para la guerra

Por Marco Antonio Rivera Molina[1]

 

“Puesto que las guerras nacen en la mente de las personas,
es en la mente de las personas donde deben erigirse los baluartes de la paz[2]”.
Preámbulo de la Constitución de la UNESCO, 1945.

 

Desde la guerra en Palestina y Ucrania, desde el colapso social en Haití y los conflictos violentos en Sudán y Myanmar, y desde la violencia armada en México hasta la polarización social en Estados Unidos, cada rincón del planeta expresa los malestares del sistema y pone en duda los mecanismos actuales de los países y de la organización internacional para hacer frente a las problemáticas actuales, las cuales atraviesan todas las esferas sociales y alcanzan un mayor grado de complejidad. Las guerras y los conflictos armados, son esa punta lanza que lacera naciones y pueblos enteros, que genera daños sociales y ambientales irreversibles, en la realidad internacional contemporánea la segunda década del siglo XXI ha visto un incremento de las tensiones mundiales y, en consecuencia, del estallido de guerras y de la continuidad de múltiples conflictos violentos alrededor del mundo.

Lo anterior se expresa, año con año, con los múltiples registros que deja la actividad militar en el mundo, específicamente, el gasto militar que realizan los países y la derrama económica que deja la actividad productiva de las principales corporaciones militares, ambos indicadores han sido rastreados por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI por sus siglas en inglés), quien ha mostrado con alarma que por primera vez en la historia los 5 continentes han presentado un aumento en el gasto militar, alcanzando un record histórico de más de 2,443 billones de dólares en el año de 2023[3]. Situación que se ha visto motivada por la continuidad de la guerra en Ucrania y el estallido del conflicto armado por parte de Israel en la Franja de Gaza.

Lo anterior no hace más que evidenciar que hay una herencia de la Segunda Guerra Mundial que prevalece hasta la actualidad, se vive en un mundo altamente militarizado, donde las potencias militares siempre están en búsqueda de la ventaja decisiva sobre su adversario, continuando una carrera armamentista por el desarrollo científico-tecnológico, con la creación de más, mejores y mayormente sofisticadas Leer más

La participación ciudadana: una manera de enfrentar la inseguridad y el crimen organizado en México

Aldo Saúl Uribe Nuñez[1]

Introducción

Una de las preocupaciones que actualmente se han instalado en el debate público, y que es tema de la agenda gubernamental de muchas ciudades en México y en el mundo, es la inseguridad ciudadana y el clima de violencia urbana atribuido al aumento de la delincuencia y el control de los grupos delictivos. La inseguridad en un entorno urbano cobra especial significado porque es la demanda número uno de la ciudadanía y ha llamado la atención de organismos internacionales, instituciones públicas relacionadas con la prevención delictiva y la administración de justicia, así como de los medios académicos y de comunicación social (Isunza y Hernández, 2001).

Como hemos visto, el crimen organizado y la violencia en el país ha incrementado en los últimos años. Específicamente, en el periodo 2010-2023 se ha visto una exacerbación considerable de la violencia, conductas delictivas y criminalidad en la mayor parte de los estratos sociales del país. Esto a raíz de administraciones públicas pasadas que permitieron el auge de grupos delictivos apoyados por los grupos de poder y el Estado. En dicho sentido, una de las mejores alternativas en este momento para combatir este problema es la organización social, la participación ciudadana y el apoyo mutuo.

La seguridad puede ser entendida como un campo heterogéneo en donde diversos elementos convergen en su construcción. Las instituciones conciben a la seguridad como un tema primordial en la agenda política, económica y social, ya que no sólo aporta bienestar al individuo y a la sociedad en su conjunto, sino qLeer más

El análisis de la implementación de política pública:

Estado del arte acerca de un tema poco estudiado

Por María de Jesús López Salazar*

Introducción

El presente documento tiene por objetivo ubicar la fase de la implementación de la administración pública moderna y presentar los principales enfoques, conceptos, métodos y criterios que constituyen el actual “estado del arte” en la materia. Se analiza el papel que ha desempeñado la fase de implementación en el contexto del desarrollo vivido por la administración pública durante el siglo XX, principalmente por lo que concierne al caso de Estados Unidos y posteriormente al de los Estados Unidos Mexicanos. Se parte de una postura donde el análisis de la implementación contribuye a que se tenga una perspectiva de cómo se manejan las distintas políticas públicas a nivel local, lo cual permite observar los errores que no logran percibirse en el diseño y la evaluación de las propias políticas públicas. Al advertir los principales problemas se pueden mejorar las soluciones presentadas a lo largo de la implementación. Esta perspectiva antes no era considerada, pues sólo se elaboraban las políticas y eran entregadas a los ejecutores sin solicitar un seguimiento, pues se consideraba que, conforme a la visión weberiana, los burócratas a nivel de calle sólo seguirían lo ya establecido. “Este nuevo enfoque, nacido con un marcado carácter interdisciplinar, pretende superar las limitaciones de los tradicionales estudios administrativos que asumen como incontestable el mito weberiano de una burocracia puramente ejecutiva y políticamente neutral” (Fernández, 2004:463).

En primera instancia, es en Estados Unidos donde surge el interés académico por el estudio de las políticas públicas. El interés surge ahí motivado por la convergencia de un conjunto de situaciones particulares en los ámbitos intelectuales, económicos, sociales y políticos estadunidenses que favorecieron su emergencia y desarrollo. Un factor relevante fue la convergencia de la presencia de un sistema gubernamental democrático que consiguió estabilizarse con la creación de agencias de investigación y asesoramiento independientes. Estos elementos fomentaron en el gobierno norteamericano, posterior a la Segunda Guerra Mundial, la puesta en marcha de una serie de programas sociales que constituirían a partir de la década de 1940 lo que se conoció como Estado de Bienestar. “El origen del análisis de las políticas públicas puede encontrarse en los años de la guerra, en particular en la introducción de la investigación de operaciones (IO) y en las técnicas de análisis económico. Por ende, entre las primeras clases de análisis de políticas públicas se encuentra aquella que tuvo lugar en la formulación de políticas económicas y de defensa” (Parsons, 2007:54).[1]

También es en Estados Unidos donde nace el interés por estudiar la fase de implementación de la política pública, cuando expertos en la materia observaron que las políticas para resolver los viejos y patentes problemas sociales de la pobreza, la desigualdad, la discriminación y el desempleo habían fracasado. Es decir que las reformas de los años sesenta del siglo XX se habían quedado en promesas incumplidas. Es en 1970 que renace la etapaLeer más

Nación, nacionalismo y plurinacionalidad en Chile

Por Jorge Yáñez Lagos[1]

En Chile, consecutivamente al resultado electoral del plebiscito constitucional de septiembre de 2022, el divulgador Pedro Cayuqueo señaló en una entrevista televisiva en CNN Chile que: «la plurinacionalidad quedó un poco golpeada como idea, pero hay que insistir en ello en el futuro. En la batalla cultural hay que continuar promoviendo esta idea»[2]. En paralelo, el político Eduardo Artés cuestionó la noción de «nación única e indivisible» en la propuesta constitucional de 2023, porque desde su visión un Estado también puede ser plurinacional, dando como ejemplo histórico a la República Federal de Yugoslavia[3].

Pese al aborrecimiento que generó el vocablo «plurinacionalidad», las intenciones de Pedro Cayuqueo —entre otros(as)— no se detendrán en promover un Estado abigarrado o plurinacional en Chile. Por lo mismo, a pesar del rechazo contundente a la propuesta constitucional de 2022, igualmente se hace necesario comprender las nociones de nación y plurinacionalidad.

En un inicio, el reconocido abogado y diplomático José Rodríguez Elizondo define que «el Estado es la nación jurídicamente organizada»[4]. De esto se desprende que, el nacimiento del Estado moderno se produjo en Europa occidental y corresponde a condiciones estructurales y culturales particulares. De esta forma, el Estado surge de un proceso largo de modernización política y que se impuso de manera progresiva, con el propósito de resolver la crisis de la sociedad feudal (Roth Deubel, 2002).

En este contexto, para el historiador británico Eric Hobsbawm (2012), la nación como entidad política y social primaria Leer más

El Lebensraum israelita

Por Diego Medina

Hace poco Aldo Vicencio dijo algo que no ha dejado de resonar en mi cabeza: “Israel es descendiente directo de la Alemania Nazi”. Desde luego no queremos decir que la creación del Estado de Israel sea una reparación histórica justa tras el holocausto, nada más alejado de eso. Por el contrario, nos parece obvio que el sionismo ha aprendido, interiorizado e instrumenta las prácticas más terribles que en su momento el Reich de Hitler esgrimió contra el pueblo judío, pero esta vez el sionismo hace lo propio contra el pueblo palestino.

Los líderes mundiales respaldan el “derecho a defenderse” de un ladrón, pero sus pueblos rechazan el genocidio, en los foros la mentira respaldada por el poder triunfa, la verdad grita en las calles, pero la verdad sin poder sólo es “apología al terrorismo”. El crimen cuaja, Israel, que suscribió la convención de Ginebra, bombardea hospitales, escuelas, casas, termina con periodistas, arresta a extranjeros que documentan la violencia arbitraria contra los palestinos, asesina a tres israelíes por error, los cuales habían sido secuestrados por Hamás, secuestrados que fueron el casus belli de Israel para bombardear la Franja de Gaza.

Todo a los ojos del mundo, y aunque las naciones occidentales prohíben las manifestaciones de apoyo a Palestina, por considerarlas antisemitas (mira que hay que ser audaz para ser tan cínico), los hechos son grabados, viralizados. Las personas ven los hechos, no creen las palabras de Tel Aviv, Res non verba. Por su parte la Cruz Roja, la Media Luna, la ONU (cuyo secretario fue extorsionado por Israel), Human Rights Watch, Médicos sin Fronteras, periodistas, urgen a detenerLeer más

Escatologías y utopías de las planificaciones globales en Chile

Por Jorge Yáñez Lagos[1]

En Origen y meta de la historia, publicado por Karl Jaspers en 1949, el autor introdujo en dicha obra el concepto de «era axial», referido al período 800 y 200 a.C. En dicho tiempo, Occidente, China y la India ofrecen al mundo un conjunto de movimientos intelectuales y espirituales orientados a la «salvación», pero con un alto componente reflexivo y la consecuente oposición y fractura que aún nos parecen propias de una cultura abierta. Jaspers deriva sobre un mundo en el que por primera vez comienzan a producirse combates espirituales por el intento de persuasión. En tal caso, se hace referencia a fenómenos que lindan en el caos espiritual y que, en paralelo, inician en la conformación de partidos. Así, se manifiestan experiencias de orden social que permiten disenso, pero que también apuntan hacia reconfiguración de fines compartidos (Svensson, 2019).

Asimismo, Manfred Svensson señala cómo la religión tribal y la arcaica son reemplazadas por el salto hacia «formulaciones axiales», hecho descrito en el libro La religión en la evolución humana. Desde el paleolítico a la era axial, del sociólogo estadounidense Robert Bellah. En gran medida, aquí se altera la unidad previa entre el rey y la divinidad, estableciendo que la individualidad dependerá de la forma específica que tenga el pacto de un determinado pueblo con la divinidad.

Bajo esta lógica, surge la teología política en rescate de la «escatología» como la gran idea política. Inicialmente, MarioLeer más

La eterna crisis chilena

Por Jorge Yáñez Lagos[1]

El sociólogo ruso Pitirim A. Sorokin en su obra Sociedad, Cultura y Personalidad, señala que en los incesantes cambios sociales “los períodos de modificación ordenada y legal son sustituidos por épocas de desorden y sacudidas revolucionarias. Ambas formas coexisten hasta cierto punto: aun dentro del cambio ordenado existe un elemento de desorden, y viceversa” (Sorokin, 1962, pág. 764). Desde esta lógica, la historia de los Estados, naciones y otros grupos mayores, ha transcurrido de tiempo en tiempo por períodos de tensión y crisis violenta. Incluso, algunas veces, dichos cuerpos sociales se han desintegrado.

El diagnóstico de Sorokin basado en una investigación sistemática (y hasta el momento única) realizada por él, analizó las más importantes perturbaciones internas (revoluciones, motines, revueltas, estallidos y luchas civiles) registradas en la historia de Grecia y Roma antiguas, Bizancio, Italia, España, Francia, Alemania, Austria, Inglaterra, Países Bajos, Rusia, Polonia, Lituania, etc., abarcando un período extendido desde el siglo VI a. de J.C. hasta el 1925 de la era cristiana. El estudio de Sorokin arrojó el impresionante número de 1.622 disturbios internos de carácter importante.

Desde un punto de vista histórico, la revolución y la guerra al interior de las naciones no son amenazas nuevas. En específico, las revoluciones son consecuencia de una combinación de máximos en el precio de los alimentos, una población joven, una clase media creciente, una ideología perturbadora, un régimen viejo y corrupto, y un orden internacional debilitante, entre otras características (Ferguson, 2012).

De ahí que, según lo detallado por Niall Ferguson (2012), él argumenta que en dos pasajes raramente citados de La riqueza de las naciones, Adam Smith describía lo que él denominó «el estado estacionario». Todo esto hace referencia a la situación de un país anteriormente rico que había dejado de crecer. En concreto, este estado se identifica por dos características: 1) los salarios de la gente miserablemente bajos y 2) la presencia de una élite corrupta y monopolista de explotar el orden jurídico y la administración en su propio beneficio.Leer más

El vínculo entre ciudadanía urbana y representaciones sociales

Por María de Jesús López Salazar*

Atender en el actual siglo XXI el tema de la ciudadanía urbana se presenta como una cuestión de la mayor relevancia, pues partiendo de su revisión es posible comprender las formas en que la propia ciudadanía percibe, vislumbra y valora los asuntos políticos, sociales y culturales de su país. «La ciudadanía urbana valoriza el compromiso local, directo, de cada uno de los habitantes, la responsabilidad de los prestatarios de servicios con relación a sus usuarios, pero genera el temor de que el Estado no se deshaga así de sus deberes».[1]

Lo anterior conlleva a introducirse en la investigación de las opiniones, las actitudes, la toma de decisiones, los procesos de socialización, las interacciones y prácticas de reciprocidad social. Para analizar tales aspectos se necesita adoptar un marco teórico, «una generalización separada de los particulares, una abstracción separada de un caso concreto»,[2] que sitúe al actor social como centro de las deliberaciones, en las cuales se reconozca que los patrones sociales son «producto de la negociación individual y consecuencia de la opción individual».[3]

Respecto de lo antes descrito, conviene recordar que hay varios marcos teóricos que pueden resultar útiles, tres de ellos son la teoría de las identidades de –entre otros– Gilberto Giménez, la teoría estructuralista constructivista de Pierre Bourdieu y su concepto de habitus, así como la teoría de las representaciones sociales de SergeLeer más