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Micropoesía en la literatura chimbotana del siglo XXI

Por Juan Martínez Reyes

La praxis literaria en cualquier país siempre está evolucionando, en movimiento continuo. Así, dentro del proceso literario poético en Chimbote, Perú, hemos podido constatar esos cambios significativos en el siglo XXI. Nos referimos a una nueva tendencia en la escritura poética, la micropoesía, en un mundo donde el tiempo es efímero y valioso.

Debemos entender en primera instancia ¿qué es micropoesía?, para hacer un deslinde con las especies líricas que podrían fungir como micropoemas, por ejemplo, el haiku. En este breve trabajo investigativo, iremos develando y explicando las diferencias que posee esta nueva tendencia literaria frente a los géneros poéticos mínimos de la tradición.

Podemos definir, a grandes rasgos, que “La micropoesía es aquella manifestación estética a través de las palabras que se caracteriza por su brevedad y mensaje directo y llano. Por lo general, estáLeer más

Rosalba López López | Poemas

Rosalba López López (1996) es originaria de la comunidad de San Pablo Tlalchichilpa, municipio de San Felipe del Progreso, Estado de México. Licenciada en Historia del Arte por la UNAM ENES Morelia. Sus raíces son mazahuas y están profundamente arraigadas al campo. Escribe sobre sus ancestras, la infancia y la vida cotidiana, como un ejercicio de memoria y autoconocimiento. Sus poemas están dispersos en medios electrónicos como Suplemento Literario Chirimbolo, Revista Poetómanos, Revista Raíces, Nu Jñiñi Jñatjo, Granuja Revista, Fémina Fanzine, Las que amamos femzine, Agua subterránea: mujeres de periferia; y de forma impresa en la Antología del Quinto Encuentro de Poetas del Cupatitzio (Uruapan, 2019), Sembramos palabras Mujeres poetas en Michoacán (Morelia, 2020), Los brotes de la palabra (Santa Ana California, 2021) y Segunda Antología Poética Eráxamani (Chilchota, 2022). Actualmente explora su camino como realizadora audiovisual.

 

 

 

Hiel

Callados y descalzos

cenamos sobre vidrios rotos

esquivas nuestras miradas   

evitan romper el silencio. 

 

Sacudo las migajas de pan dulce 

con que una legión de hormigas 

ha empezado a construir su imperio,

migajas que una mosca relame 

en la negrura de sus delgadas patas.

 

Mientras duermes la casa se expande,

la escalera se hace más larga, Leer más

15 Letras de tango escritas por mujeres

13. Tácito

Marisa Vázquez (Buenos Aires)

Por Miguel García

Hace algunos años, tuve una conversación con Marisa Vázquez. Como intérprete de tango, le tocó vivir el viejo prejuicio de preferencia por los artistas masculinos, en menoscabo del trabajo de cantantes femeninas. Transcribo algunas de sus palabras que nos dan luz acerca de su manera de vivir y entender esta situación:

Si bien el tango nos ha maltratado durante mucho tiempo de todas las formas posibles (cito: «Fea», «Contramarca», «Tomo y obligo», «Mi papito», «Esta noche me emborracho», etc.), también hay que reconocerle que para esa época era muy significativo que un hombre llorara y sufriera abiertamente por una mujer, y el tango tiene mucho de eso, las letras de desamor —que componen en gran parte la obra— no son más que eso: un hombre que cuenta cómo sufre por una mujer. esto como para darle un manto de piedad. Pero lo cierto es que el tango se ha ensañado con las mujeres, no sólo desde las letras, sino desde las mismas circunstancias que lo rodean y componen: hasta el día de hoy, cuando buscan un cantante para una orquesta, un espectáculo, una salida a Europa, tiene que ser hombre porque «el tango es macho», dice una vieja y misógina frase.

Asimismo, habló de su proceso como letrista:

Yo comienzo a escribir mis tangos con la necesidad de contar mis historias y las cosas que pasan en una Buenos Aires hoy, y obviamente lo hago desde mi femineidad, soy una mujer. No lo hago con la intención de reivindicar a mi género, aunque pueda ir implícito, lo hago simplemente por contar la historia desde mi lugar, el único que tengo; es decir, desde otro lado de la historia, desde mi propia naturaleza de mujer. Siempre digo que en «Esta noche me emborracho», cuando el poeta dice flaca, fea, fané, descangallada, etc., quizás la mina de la historia pensó «gordo, pelado y con problemas de próstata»; la cuestión es que el tiempo les debe haber pasado a los dos. Así como esa historia hay miles de historias de mujeres que quieren ser contadas, que esperan ser contadas. Yo particularmente lo hago por mi propia necesidad de expresarme; si no escribiera letras y músicas, ya me habría matado.

Lo que intento decir es que es hora de que el tango escuche y diga a la otra parte, a esa mina que si la fajan (como en «Mi papito»), hace la denuncia en la comisaría y vas en cana, a esa «Fea» que ahora no se suicida porque sabe que la belleza está en otro lado. Mis tangos son acá y ahora, mi vida es eso, soy una mujer, una hembra, y desde ese lugar escribo, mis tangos tienen netbook y minas que tienen sexo sin amor, que tienen amor desesperado, bronca y barrio, amigos, sueños y pesadillas, protesta, y todo lo que tenemos las mujeres, nada más, así simplemente.

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