Por Alonso Mancilla
Los pueblos y las comunidades han sobrevivido a lo largo de la historia humana a la destrucción, tanto de las bombas como de la violencia en las calles; en las sociedades latinoamericanas hemos sido despojados y despojadas de nuestras identidades, no solo una vez con la Conquista, sino muchas veces, y esto sucede cada vez que se busca otra forma de ver el mundo. Nos arrebatan nuestra identidad, no obstante, construimos otras, más solidarias, y nos hacemos comunidades en espacios y lugares que jamás habíamos pensado, esto, precisamente, ocurre con el deporte: pues une lo más diverso de la sociedad.
En ese sentido, la sociedad mexicana como las latinoamericanas, están inmersas en la desposesión histórica que ha producido diferentes tipos de violencias, desde los robos, los enfrentamientos entre grupos del narcotráfico y sus consecuencias “colaterales”, consumo de sustancias psicoactivas, alcoholismo, utilización de lenguaje inapropiado, intimidación a la comunidad y, por supuesto, la opresión que sufren las mujeres. Todo, consecuencia de la cotidianidad capitalista en la que vivimos —y morimos—. Es precisamente por ello que este artículo parte de la idea de “sistematizar el deporte de la Calistenia como una experiencia pedagógica de transformación social”, pues, hoy en día, necesitamos poner un deporte tan practicado, pero tan criminalizado como es la Calistenia, como un agente transformador que interviene en la comunidad.Leer más