Il mendicante
Le ossa mendiche
la vita un mazzo di carte
sul marciapiede di sputi e briciole
mai un asso vincente.
Qualche moneta
la sua vita vale
Leer másIl mendicante
Le ossa mendiche
la vita un mazzo di carte
sul marciapiede di sputi e briciole
mai un asso vincente.
Qualche moneta
la sua vita vale
Leer másLaura Altamura (1975). Es doctora en Derecho. Actualmente vive con su familia a pocos pasos de Udine, donde dedica su tiempo libre al cuidado y apoyo de gatos callejeros. Ha escrito de forma intermitente desde su infancia, publica en revistas y participa en concursos literarios, logrando a menudo menciones honoríficas o premios. A partir de 2020 comenzó a publicar de forma independiente o con editoriales. Tiene colecciones de poesía y libros para niños, novelas. “Versi Spettinati” (In Prosa Edizioni) es su último poemario. Su novela social sobre bullying y discapacidad, “Connessioni sommerse”, recibió el premio reconocimiento “El Libro del Año 2023” por la Asociación Área de Cultura. Su mayor pasión es la poesía, en rima o en versos libres, donde trata argumentos sociales, denunciando las cuestiones críticas de hoy, a veces en modo abstracto y metafísico, a veces íntimo y profunda y, en algunos casos, incluso usando una manera cáustica y cortante en la observación de una humanidad que entra en desorden. Para ella, el bolígrafo es una herramienta para conectarse con los mil mundos que existen dentro y fuera de nosotros. Más información en https://lauraaltamura.wordpress.com/
El mendigo
Los huesos mendigantes
la vida es una baraja de cartas
en la acera de saliva y migajas
nunca un as ganador.
Pocas monedas
su vida no vale
ni una mirada más
un manojo de trapos escurridos.
Pocos amores
rápidos, sucios, alcohólicos.
Amargos,
excepto uno.
Una foto amarillenta
en el bolsillo – cabina íntima y vacía –
descompuesta
por el peso de una cara de leche.
Desde el parqueo del centro comercial
un gritillo alegre «papá»
lo distrae,
recoge un flashback y se solidifica,
suspendido en el aire,
luego se desliza entre los carros de supermercado,
en el frío de treinta años perdidos
dejados atrás
de tímidos secretos.
Pasajes anónimos a las rejas
de la escuela los días de los recitales.
La mirada cose el dobladillo de los recuerdos
más allá de la acera
de colillas y desperdicios
y luces navideñas de la Navidad ajena.
Amores solo uno.
Creciendo, nunca los ha tenido.
Denegados.
Peregrinar
Vengo a decirte
que
en el paso ilimitado
del peregrinar
entre adoquinadas opacas
y oscuras tintas de oraciones,
sigo buscando el “Lugar
del eterno descanso”.
Mientras tanto, en el camino
me agaché para recoger
los musgos de noviembre,
y los coloqué ahí
entre los ojos del silencio
y la boca del Kyrie Eleison.
Vengo a decirte que el camino
es espeso,
y aunque si las heladas piernas de piedra
se impregnen de notas terrosas
de avenidas arboladas otoñales
cuando se excava para hibernar,
tú ya no puedes protegerme.
Pero me las arreglo, ¿sabes?
Por esto,
vengo a decirte que me dejes ir,
que me sostiene el buen soplo
que tú no puedes ver,
de lento ir y seguro devenir,
me sostiene el abrazo invisible sin límites.
Tú no me detengas
entre objetos y resistencias,
preguntas y opiniones,
juicios y culpas,
entre ideas de cuerpo y estigma.
Vengo a decirte que, si sueltas mi mano,
pronto estaré en el patio
inefable y podré descansar,
y luego,
finalmente,
asomarme y susurrarte, «no tengas miedo».
Il mendicante
Le ossa mendiche
la vita un mazzo di carte
sul marciapiede di sputi e briciole
mai un asso vincente.
Qualche moneta
la sua vita vale
Leer másPor Victoria Marín Fallas[1]
El amor no es todo lo que hay, pero debería serlo en un sentido amplio. Yolanda Bertozzi Barrantes entiende esto y lo pone en práctica, no solo en el ejercicio de escribir, sino también en su trato con los otros. Su importante labor comunitaria, enfocada en la organización de mujeres y en la realización de proyectos de desarrollo en América Latina, inspira a convertir la vida en un viaje consciente, a transformarnos en acto.
Nació en San José, Costa Rica. Estudió en el Colegio Superior de Señoritas. Posteriormente, se graduó con honores en teología (Universidad Bíblica) y derecho (Universidad Latina). Además, se especializó en violencia de género.
Se desempeñó como profesora, investigadora, abogada litigante, consultora, promotora de derechos, educadora popular y activista social. Ha sido pionera en la atención de la violencia de género desde la Defensoría de la Mujer, del Ministerio de Justicia y de la implementación de la perspectiva de género en el Poder Judicial.
Ha participado en diferentes talleres literarios como Poiesis, Voces de la prosa nacional y Namai. Forma parte de la Asociación Costarricense de Escritoras e integra su Junta Directiva. Es miembro del Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica. Es fundadora de la Colectiva Feministas en Resistencia y actualmente preside la AsLeer más
Por Leila Bohórques
UNT- IIF UNSE leilabohorquez@gmail.com
Selecciono tres obras de la artista tucumana Myriam C. Holgado, cuya producción está fechada en el período pautado durante su exilio en México. Para su estudio recurro al análisis iconográfico e iconológico de Erwin Panofsky, el cual es el estudio detallado y riguroso en la lectura de imágenes, un método constructivista donde los saberes que se desprenden de esas lecturas permiten conjugar conceptos y material teórico de calidad científica. Poner en práctica el método favorece el desarrollo de los contenidos actitudinales referentes a las manifestaciones del patrimonio artístico y cultural de la región en particular. En este trabajo, reúno la trama de un documental relacionado al exilio junto al contenido teórico histórico en transposición al propio análisis de las obras.
Metodología
El Método de lectura de imagen que propongo aquí será desarrollado según el planteo del historiador y crítico de arte, Erwin Panofsky. La palabra Iconología es de origen griego (eikon, imagen) y (logia, discurso), se ocupa junto con la iconografía de la descripción y de la interpretación de las imágenes representadas en las obras de arte. La utilización del método iconográfico se remonta al siglo XVI, teniendo un amplio desarrollo en el siglo XVIII a través del estudio del patrimonio figurativo de origen sacro, dando lugar a repertorios y manuales. A principio del siglo XX la iconografía se enriquece con el aporte de la iconología (estudiada ya por Césare Ripa en el s. XVI).Vale la pena proporcionar una lista de autores de la corriente metodológica y sus modificaciones en orden cronológico: Wilhelm Worringer (1908) – Aby Warburg (1912) – Erwin Panofsky (1939) – Ernst Gombrich (1972).
Panofsky[1] divide en tres partes el análisis de la obra, cada una con tres niveles de significación:
1- El objeto a interpretar
2- El acto de interpretación.
3- El bagaje para la interpretación.
Marco histórico
El objetivo principal para este proyecto es definir el contexto político, cultural y social en la provincia de Tucumán en la periodización pautada. Comenzando la revisión primaria desde lo sucedido durante el Operativo Tucumán (agosto de 1966), cuyo decreto dictatorial fue responsable del cierre de 11 ingenios de un total de 27 fábricas destinadas a la producción sucro-alcoholera. El onganiato[2] representativo del Estado, burocrático y autoritario, reprimía duramente a finales de los años sesenta para remarcar una imagen de orden y disciplina social. De esta manera se evidenciaban los síntomas de una fragmentación que venía creciendo entre distintos sectores de la población provincial. Debido a la censura de las actividades relacionadas a las militancias partidarias, estos quiebres repercutían en las políticas educativa, social y económica locales. Fue una década que se extendió tumultuosa durante los tucumanazos, habiéndose repetido estas puebladas con similares características en otras provincias del país. Los “azos” estuvieron en consonancia global junto a la cadena de protestas colectivas estudiantiles, principalmente universitarias, y posteriormente sindicales del mayo francés. Por otro lado, ya seLeer más
Por Víctor Salmerón
Los derrotados, los vencidos militar y psicológicamente, casi siempre y en todas partes han sufrido la misma suerte: la esclavización, el desplazamiento, la pérdida de identidad, la imposición cultural y la subyugación política. Por el hecho de perder son esclavizados y obligados a trabajar para los vencedores, como piedras que estorban en el camino hacia el éxito son apartados violentamente de sus tierras y obligados a abandonar sus hogares, lo que se traduce en una pérdida acelerada de su identidad y arraigo cultural. Además, son obligados a adoptar la cultura, la religión y las costumbres de los vencedores; lo que implica la prohibición de sus prácticas culturales y la imposición de nuevas formas de vida. Así, estos quedan bajo el absoluto control político y administrativo de los vencedores. Eso fue lo que le ocurrió al territorio que hoy se le conoce como El Salvador y al resto de los pueblos mesoamericanos. Fueron subsumidos y asimilados por un vientre siniestro y desconocido. A pesar de lo difícil, amargo y doloroso que puede ser digerir nuestra propia historia, pues demanda de una boca, dientes y estómago saludables, creemos que la adopción de una perspectiva histórica crítica y equilibrada, que supere las concepciones dogmáticas o ideológicas, posibilitará a la sociedad salvadoreña reconciliarse con su pasado, evitando el avergonzamiento de sus raíces y construyendo así una identidad que abrace tanto los aspectos positivos como los desafíos de su historia. Lo que con este escrito se pretende es, principalmente, fomentar una comprensión equilibrada de la historia salvadoreña, superando así concepciones dogmáticas o ideológicas, para promover la reconciliación y construir una identidad nacional más positiva y enriquecedora.
En medio del bullicio y ruido maquinal, una voz bien estructurada y lograda me susurra que una tarea fundamental y urgente en el presente para El Salvador, y para la mayoría de los países latinoamericanos, es desmitificar el pasado. Observar con ojos críticos la historia ya no es un lujo reservado para eruditos de gruesos espejuelos y ociosos de la historia, sino una necesidad apremiante para comprender con mayor precisión ciertas actitudes y comportamientos en nuestra sociedad. En los dLeer más
Por Jorge Yáñez Lagos[1]
En Chile, consecutivamente al resultado electoral del plebiscito constitucional de septiembre de 2022, el divulgador Pedro Cayuqueo señaló en una entrevista televisiva en CNN Chile que: «la plurinacionalidad quedó un poco golpeada como idea, pero hay que insistir en ello en el futuro. En la batalla cultural hay que continuar promoviendo esta idea»[2]. En paralelo, el político Eduardo Artés cuestionó la noción de «nación única e indivisible» en la propuesta constitucional de 2023, porque desde su visión un Estado también puede ser plurinacional, dando como ejemplo histórico a la República Federal de Yugoslavia[3].
Pese al aborrecimiento que generó el vocablo «plurinacionalidad», las intenciones de Pedro Cayuqueo —entre otros(as)— no se detendrán en promover un Estado abigarrado o plurinacional en Chile. Por lo mismo, a pesar del rechazo contundente a la propuesta constitucional de 2022, igualmente se hace necesario comprender las nociones de nación y plurinacionalidad.
En un inicio, el reconocido abogado y diplomático José Rodríguez Elizondo define que «el Estado es la nación jurídicamente organizada»[4]. De esto se desprende que, el nacimiento del Estado moderno se produjo en Europa occidental y corresponde a condiciones estructurales y culturales particulares. De esta forma, el Estado surge de un proceso largo de modernización política y que se impuso de manera progresiva, con el propósito de resolver la crisis de la sociedad feudal (Roth Deubel, 2002).
En este contexto, para el historiador británico Eric Hobsbawm (2012), la nación como entidad política y social primaria Leer más
Por Diego Medina
Hace poco Aldo Vicencio dijo algo que no ha dejado de resonar en mi cabeza: “Israel es descendiente directo de la Alemania Nazi”. Desde luego no queremos decir que la creación del Estado de Israel sea una reparación histórica justa tras el holocausto, nada más alejado de eso. Por el contrario, nos parece obvio que el sionismo ha aprendido, interiorizado e instrumenta las prácticas más terribles que en su momento el Reich de Hitler esgrimió contra el pueblo judío, pero esta vez el sionismo hace lo propio contra el pueblo palestino.
Los líderes mundiales respaldan el “derecho a defenderse” de un ladrón, pero sus pueblos rechazan el genocidio, en los foros la mentira respaldada por el poder triunfa, la verdad grita en las calles, pero la verdad sin poder sólo es “apología al terrorismo”. El crimen cuaja, Israel, que suscribió la convención de Ginebra, bombardea hospitales, escuelas, casas, termina con periodistas, arresta a extranjeros que documentan la violencia arbitraria contra los palestinos, asesina a tres israelíes por error, los cuales habían sido secuestrados por Hamás, secuestrados que fueron el casus belli de Israel para bombardear la Franja de Gaza.
Todo a los ojos del mundo, y aunque las naciones occidentales prohíben las manifestaciones de apoyo a Palestina, por considerarlas antisemitas (mira que hay que ser audaz para ser tan cínico), los hechos son grabados, viralizados. Las personas ven los hechos, no creen las palabras de Tel Aviv, Res non verba. Por su parte la Cruz Roja, la Media Luna, la ONU (cuyo secretario fue extorsionado por Israel), Human Rights Watch, Médicos sin Fronteras, periodistas, urgen a detenerLeer más
Por Jorge Yáñez Lagos[1]
En Origen y meta de la historia, publicado por Karl Jaspers en 1949, el autor introdujo en dicha obra el concepto de «era axial», referido al período 800 y 200 a.C. En dicho tiempo, Occidente, China y la India ofrecen al mundo un conjunto de movimientos intelectuales y espirituales orientados a la «salvación», pero con un alto componente reflexivo y la consecuente oposición y fractura que aún nos parecen propias de una cultura abierta. Jaspers deriva sobre un mundo en el que por primera vez comienzan a producirse combates espirituales por el intento de persuasión. En tal caso, se hace referencia a fenómenos que lindan en el caos espiritual y que, en paralelo, inician en la conformación de partidos. Así, se manifiestan experiencias de orden social que permiten disenso, pero que también apuntan hacia reconfiguración de fines compartidos (Svensson, 2019).
Asimismo, Manfred Svensson señala cómo la religión tribal y la arcaica son reemplazadas por el salto hacia «formulaciones axiales», hecho descrito en el libro La religión en la evolución humana. Desde el paleolítico a la era axial, del sociólogo estadounidense Robert Bellah. En gran medida, aquí se altera la unidad previa entre el rey y la divinidad, estableciendo que la individualidad dependerá de la forma específica que tenga el pacto de un determinado pueblo con la divinidad.
Bajo esta lógica, surge la teología política en rescate de la «escatología» como la gran idea política. Inicialmente, MarioLeer más
Por Jorge Yáñez Lagos[1]
El sociólogo ruso Pitirim A. Sorokin en su obra Sociedad, Cultura y Personalidad, señala que en los incesantes cambios sociales “los períodos de modificación ordenada y legal son sustituidos por épocas de desorden y sacudidas revolucionarias. Ambas formas coexisten hasta cierto punto: aun dentro del cambio ordenado existe un elemento de desorden, y viceversa” (Sorokin, 1962, pág. 764). Desde esta lógica, la historia de los Estados, naciones y otros grupos mayores, ha transcurrido de tiempo en tiempo por períodos de tensión y crisis violenta. Incluso, algunas veces, dichos cuerpos sociales se han desintegrado.
El diagnóstico de Sorokin basado en una investigación sistemática (y hasta el momento única) realizada por él, analizó las más importantes perturbaciones internas (revoluciones, motines, revueltas, estallidos y luchas civiles) registradas en la historia de Grecia y Roma antiguas, Bizancio, Italia, España, Francia, Alemania, Austria, Inglaterra, Países Bajos, Rusia, Polonia, Lituania, etc., abarcando un período extendido desde el siglo VI a. de J.C. hasta el 1925 de la era cristiana. El estudio de Sorokin arrojó el impresionante número de 1.622 disturbios internos de carácter importante.
Desde un punto de vista histórico, la revolución y la guerra al interior de las naciones no son amenazas nuevas. En específico, las revoluciones son consecuencia de una combinación de máximos en el precio de los alimentos, una población joven, una clase media creciente, una ideología perturbadora, un régimen viejo y corrupto, y un orden internacional debilitante, entre otras características (Ferguson, 2012).
De ahí que, según lo detallado por Niall Ferguson (2012), él argumenta que en dos pasajes raramente citados de La riqueza de las naciones, Adam Smith describía lo que él denominó «el estado estacionario». Todo esto hace referencia a la situación de un país anteriormente rico que había dejado de crecer. En concreto, este estado se identifica por dos características: 1) los salarios de la gente miserablemente bajos y 2) la presencia de una élite corrupta y monopolista de explotar el orden jurídico y la administración en su propio beneficio.Leer más
Por Jorge Yáñez Lagos[1]
«El huevo de la serpiente no eclosiona si alguien no lo incuba», señala Rafael Narbona, escritor, profesor de filosofía y crítico literario de origen español. Hace 46 años, el cineasta sueco Ingmar Bergman dirigió la película El huevo de la serpiente, cuya trama se ambienta en los convulsos años 20 de la República de Weimar en Alemania. Específicamente, dicho film se entorna en un ambiente caótico como resultado de una guerra perdida, las luchas políticas, la hiperinflación y la preparación de un golpe de Estado por parte de Adolf Hitler.
Ahora bien, se ha dicho que el fascismo y el nacionalsocialismo accedieron al poder como consecuencia de la crisis económica de 1929. Sin embargo, esto no habría sido posible si sus ideas no hubieran gozado de cierta aceptación antes del cataclismo de Wall Street. A partir de esto, los artículos del periodista sevillano Manuel Chaves Nogales permiten comprender la Alemania nazi y cómo el totalitarismo es una desgracia que se gesta poco a poco (Narbona, 2023).
Así pues, para Rafael Narbona, una dictadura no sólo puede abastecerse de terror, sino que también necesita cierto apoyo popular. Por ello, parafraseando a Chaves Nogales, Narbona señala que la base social del nazismo estaba compuesta por maestros de artes y oficios, quienes se reunían en tabernas para expresar su descontento por la deriva de Alemania después de la Primera Guerra Mundial (Narbona, 2023).
Por otro lado, el sociólogo estadounidense Barrington Moore (2000) plantea en su obra Los orígenes sociales de la dictadura y de la democracia, que el fascismo se implementó como una revolución capitalista y reaccionaria desde arriba. No obstante, para Barrington Moore (2000), el origen social de los regímenes y movimientos de derechas en Europa y Asia se facilitó mediante una particular coalición fatídica: una elite rural fuerte y una burguesía débil.Leer más
Por Jorge Yáñez Lagos[1]
Los socialistas en los Estados Unidos están estancados ¿Cómo nos convertimos en dueños de nuestro propio destino?, señala inicialmente en su artículo titulado La Izquierda en el purgatorio el escritor político Bhaskar Sunkara, publicado en la revista socialista Jacobin. Desde la perspectiva de Dante, según el autor, el purgatorio fue algún lugar físico: una montaña que el penitente debía escalar para aproximarse al Paraíso, con obstáculos que debían superarse para abordar los pecados pasados. Pese a eso, Sunkara reflexiona que:
“La izquierda, sin embargo, no siempre está tan dispuesta a emprender este camino. Cuando fracasamos en nuestros esfuerzos por alcanzar las tierras prometidas, a menudo nos contentamos con culpar al poder incalculable de nuestros oponentes o al laberinto intratable del sistema. Nuestras propias fechorías rara vez se identifican, y mucho menos se rectifican[2]”.
En este sentido, Sunkara advierte que ante un inminente retorno de Donald Trump a la Casa Blanca en 2024, una subcultura para miles de activistas, pero demasiado desorganizada e impotente hace difícil un programa político nacional. De ahí que el identitarismo socava significativamente el rol de los partidos políticos en la vida democrática. De hecho, lo anterior se puede narrar por Mark Lilla en El regreso liberal, cuando en la página web del Partido Demócrata en los Estados Unidos no incluía un programa unificado, sino que, 17 programas distintos disgregados en 17 identidades que convivían en el seno del partido (Svensson, 2022).
En otras palabras, el identitarismo genera dificultades. Después de todo, una de sus consecuenciaLeer más