Por Jorge Yáñez Lagos[1]
En Origen y meta de la historia, publicado por Karl Jaspers en 1949, el autor introdujo en dicha obra el concepto de «era axial», referido al período 800 y 200 a.C. En dicho tiempo, Occidente, China y la India ofrecen al mundo un conjunto de movimientos intelectuales y espirituales orientados a la «salvación», pero con un alto componente reflexivo y la consecuente oposición y fractura que aún nos parecen propias de una cultura abierta. Jaspers deriva sobre un mundo en el que por primera vez comienzan a producirse combates espirituales por el intento de persuasión. En tal caso, se hace referencia a fenómenos que lindan en el caos espiritual y que, en paralelo, inician en la conformación de partidos. Así, se manifiestan experiencias de orden social que permiten disenso, pero que también apuntan hacia reconfiguración de fines compartidos (Svensson, 2019).
Asimismo, Manfred Svensson señala cómo la religión tribal y la arcaica son reemplazadas por el salto hacia «formulaciones axiales», hecho descrito en el libro La religión en la evolución humana. Desde el paleolítico a la era axial, del sociólogo estadounidense Robert Bellah. En gran medida, aquí se altera la unidad previa entre el rey y la divinidad, estableciendo que la individualidad dependerá de la forma específica que tenga el pacto de un determinado pueblo con la divinidad.
Bajo esta lógica, surge la teología política en rescate de la «escatología» como la gran idea política. Inicialmente, MarioLeer más