«Baki: el hijo del ogro»

El cuerpo como una máquina de espejos y sombras

Por Omar Cruz [1]

 

«Que desgracia es para un hombre envejecer sin haber conocido
la belleza y fuerza de la que su cuerpo es capaz.»
Sócrates

 

El cuerpo es un elemento narrativo que de manera histórica se ha utilizado para embellecer y dar forma a aquellas imágenes que pueden parecer difusas en un texto literario: sea éste poético, de teatro, ficción u otro que se derrame en el vaso que llena la literatura y nos lleva a una elevación más precisa y nos permite engullir de manera estética todo trabajo literario.

Cuando el cuerpo es utilizado en la literatura hay partes de éste que sobresalen de tal forma que se requiera muchas veces dar algunas pistas o detalles de lo que estamos viendo para que las imágenes que nos puedan surgir al momento de la lectura llenen correctamente el espacio en ese momento y dejen en el lector un impacto brutal y hermoso, que colisione directamente con el manjar literario que se está degustando.

Así es, creo yo, el anime/manga «Baki: el hijo del ogro» del artista japonés Keisuke Itagaki. Una serie que por su exquisitez narrativa, sus elementos y hechos históricos bien podría estar a la altura de un cuento japonés sobre la guerra de los samurái o, incluso, una novela negra del siglo veinte en este lado del globo terráqueo. Baki nos cuenta con precisión la historia de un cumulo importante de hombres que se decantaron por llevar su cuerpo y un determinado arte marcial a niveles en los que parece imposible para un humano corriente. La historia nos condensa en cada capítulo la figura del cuerpo y explota la voz omnisciente de la narrativa de forma bastante notable, tanto así que los diálogos, sean estos en el aire o para definir un hecho, se vuelven parte del tiempo y espacio que el autor logra evolucionar en el momento que su obra está en el punto de ebullición más significativo.

[El cuerpo en la morgue]

Cuando hablamos de llevar el cuerpo a una expresión de semidios, hemos de pensar que la evolución de éste tiene que ser exhaustiva, entrenamiento constante, concentración absoluta y dedicación diaria a seguir este objetivo y para ello el autor nos muestra los regímenes a los que sus personajes son sometidos con tal de cumplir su propósito. Es aquí cuando surge el viaje a la morgue en el que Keisuke Itagaki desprende metáforas filosóficasLeer más