Xilote Ibarra | Artista plástico

Imagen por Xilote Ibarra, La hora del té, Capítulo II. Collage (2019)

Por Ximena Cobos Cruz 

El maíz no crece en todos lados y en cada sito emerge un grano diferente. En Romita, un poblado de Guanajuato, sí que brotó uno, un Xilote, la forma derivada del náhuatl con que se nombra el maíz tierno. A sus nueve años, Xilote Ibarra era un pipiolo que tuvo su primer contacto con el arte, su madre ha sido el apoyo desde entonces para que continúe en su camino hoy que a sus 35 años ha roto por completo el futuro que le había trazado su padre, un hombre dedicado a la mecánica de autos. Sin embargo, antes de romper las líneas aprendió a sacar provecho del oficio; mente inquieta, halló en la mecánica inspiración tanto para el diseño como para la composición, sobre todo del ensamblaje y la distribución de los elementos dentro de las transmisiones.

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Xilote Ibarra

Para Gilberto, la otra forma en que lo llaman, el arte es una serie de técnicas creativas por medio de las cuales el humano es capaz de expresar sus ideas y sentimiento. Considera que cada persona se identifica con una o varias de estas técnicas y las acopla a su tipo de trabajo y aptitudes. Escuchando a los Fuck Buttons, Groupe, The Caretaker, se inspira para trabajar en un estilo que ha forjado a través de los años, figurativo y experimental, influenciado por la estética de El Greco, la saturación de El Bosco y la composición de Max Ernst.

 Xilote experimenta con lo que tiene a la mano, ese es su sello; la recolección es trascendental para constituir su obra, caminar en la ciudad no sólo le arroja un abanico de olores, figuras arquitectónicas, sonidos, rostros, caracteres diversos, antes bien, es el semillero de donde toma objetos que serán transformados en collages vibrantes que a veces se yerguen en 3D, o esculturas nacidas de lo que otros han dejado en la basura. Su obra disruptiva aborda temas sobre la identidad, la religión, la política, pero también retrata la cotidianidad que nos acontece. Este artista también resignifica símbolos generando nuevas experiencias estéticas y visuales que responden a un contexto más cercano al receptor de la obra.

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Elixir de eterna juventud, Collage (2018)

Para este artista, rebelde y transgresor, la política debería dejarse de juegos e intervenir en la creación de proyectos culturales y artísticos, de esta manera, nos dice, la sociedad se fortalecería y mejoraría su calidad humana. Afirma que entre más ofertas culturales y artísticas existan en nuestro país, los jóvenes tienen más opciones para consumir su tiempo en actividades más provechosas y no optar por las alternativas delictivas que efervescen en cada esquina. Xilote asegura que ha llegó a esta conclusión luego de dar un taller creativo en un centro de readaptación para menores, donde pudo admirar el interés de los chicos por el arte y sus trabajos.

Sabedor de su camino, procura que cada una de sus obras comunique, que transmita y provoque emociones que inicien por los ojos del espectador. Uno de sus motores más preciados es sentir cerca a la gente que se interesa por su obra y acude a él para saber más de ésta. Hoy continúa trabajando entre paseos citadinos, chelas con los amigos o la familia, sesiones de cine de Von Trier o Pasolini y sobre todo con el ojo puesto en madurar su estilo, consolidar definitivamente su estética y no parar de experimentar y trabajar sobre nuevos soportes y formatos.  

 

 

 

          

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