Como polvo en el viento

Por Aníbal Fernando Bonilla[1]

La migración es un fenómeno de directa repercusión en el acontecer humano, con impacto determinante en la esfera sociológica. Existen períodos marcados como las guerras y crisis en diferentes órdenes donde dicho fenómeno se hace mayormente presente, por ejemplo, en la fase constitutiva de las naciones latinoamericanas, la diáspora fue sufrida por los próceres e intelectuales que repensaron el concepto patrio en el siglo XIX.

Del desplazamiento poblacional escribe Leonardo Padura Fuentes (1955) en Como polvo en el viento (Tusquets Editores, 2020). Este autor —reconocido por su aporte en la novela negra e histórica— interioriza en un aspecto cardinal y recurrente de la historia de su natal Cuba: el exilio. ¿Qué retrata Padura en Como polvo en el viento? Las ilusiones, anhelos, desesperanzas y agobios de un grupo de amigas y amigos que fueron afianzando sus lazos fraternos a partir de la época universitaria.

Desde los 70 del siglo XX hasta los inicios del XXI, la trama asume dicotomías del ser cubano; su esencia en el contexto político descrito sin reparos. La realidad aflora de manera exponencial según el vértigo del tiempo que no da tregua, sin que medien mayores adjetivaciones. Lo que prima es una exposición textual transparente que muestra las huellas de la isla, lacerada por una utopía quebrantada en donde:

esa misma gente de Cuba, trabajadora y humilde, tenía acceso a una salud pública plena y de calidad, pero en la farmacia más cercana casi nunca había aspirinas, a pesar de lo cual la gente bailaba, cantaba y luego hacía trabajo voluntario, coreaba consignas revolucionarias contra el criminal bloqueo norteamericano, […] mientras más o menos esa misma gente se iba en balsas hacia Estados Unidos o como fuera hacia donde fuera o se quedaban en Cuba viviendo de algo que Ramsés llamaba «el invento», y no es que fueran inventores con patentes ni nada por el estilo” (p. 535).

Sin duda, las tensiones sociales tienen una vasta radiografía en esta gruesa obra.

En medio de un panorama incierto, se fortalece la relación del Clan. Varias de las etapas del sistema socialista son resumidas entre la preliminar convicción ciudadana hasta la desazón y agotamiento existencial. Las carencias de tipo económico, ético, emocional van de la mano con las urgencias por la sobrevivencia. El tono narrativo en tercera persona, fuera de la relatoría, detalla las peripecias de los casi treinta personajes, la mayoría profesionales paridos por la revolución, que, aunque conscientes del sacrificio por militancia propia o por inducción del régimen, sienten desaliento ante un mañana nubloso: “los años, la vida y la historia habían erosionado demasiadas cosas, devastándolas. Incluso la memoria sufría de una disolución generalizada que también envolvía las imágenes de posibles futuros” (p. 562).

Los esfuerzos —muchas veces vanos— van más allá del componente material, ya que el sentido de subsistencia no justifica los enormes renunciamientos que Darío, Horacio, Elisa, Fabio, Liuba, Clara, Bernardo, Marcos, Ramsés, Irving, entre otros personajes, deben hacer en perspectiva de una “victoria final” que no se dimensiona en horizonte alguno.  

Según Elena Martínez Carro, esta novela:

ha conseguido un aplauso unánime de la crítica literaria por el original planteamiento del éxodo cubano y el retrato de sus personajes, verdaderos y realistas, integrados en diversos países y sociedades, y con una profundidad psicológica inigualable que se manifiesta especialmente en los retratos femeninos […] Las voces de las protagonistas en Como polvo en el viento dejan de ser locales para ser las voces de toda mujer (p. 93).

 

 La Habana, como escenario altivo y decadente se erige vital. “Decrépita y pretenciosa, atractiva y repulsiva, amable y agresiva, exótica y propia” (p. 257), en donde aquellos jóvenes —que luego se convertirán en adultos mayores— sobrellevan cargas pasadas (y pesadas) en un cíclico proceso cuya directriz ideológica es irrebatible. Ante las adversidades señaladas (sueldos paupérrimos, escasez de alimentos, apagones eléctricos, deficiente transporte público, ascendente corrupción burocrática, pobreza visible) queda una opción personal: la emigración. Entonces, los protagonistas se dispersan por Estados Unidos, España, Francia, Puerto Rico, Argentina… Ellos, como otros, “se largaron de Cuba porque no resistían más vivir en un país que ni Dios sabe cuándo se va a arreglar y de donde la gente se va hasta por las ventanas porque allá están empeñados en arreglar las cosas con las mismas soluciones que nunca funcionaron…” (p. 526). Sin embargo, aunque salen físicamente de su país, permanece en sus adentros el sentimiento de cubanía como nostalgia indeleble.  

 

 

 

Bibliografía

Martínez Carro, E. (2023). Como polvo en el viento de Leonardo Padura: el exilio cubano y su voz femenina. Revista Letral, Nº 30, pp. 74-94.

Padura, L. (2021). Como polvo en el viento. Tusquets Editores, S.A. Tercera edición. Colombia.

Seoane, A. (2020, septiembre, 30). Leonardo Padura: “La emigración cubana de hoy no es política, nace de un cansancio histórico”. El Cultural. Recuperado de: https://elcultural.com/leonardo-padura-la-emigracion-cubana-de-hoy-no-es-politica-nace-de-un-cansancio-historico

Zanón, C. (2020, septiembre 11). Diáspora cubana. El País. Recuperado de: https://elpais.com/cultura/2020/09/09/babelia/1599665433_072030.html

 

 

 

[1] Aníbal Fernando Bonilla (Otavalo, Ecuador, 1976). Máster en Estudios Avanzados en Literatura Española y Latinoamericana, y Máster en Escritura Creativa por la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR). Licenciado en Comunicación Social. Ha publicado, entre otros, los poemarios Gozo de madrugada (2014), Tránsito y fulgor del barro (2018),  Íntimos fragmentos (2019), y la recopilación de artículos de opinión en Tesitura inacabada (2022). Finalista del Premio Nacional de Poesía Paralelo Cero 2018, y del III Premio Internacional de Poesía de Fuente Vaqueros 2023. Columnista de diario El Telégrafo entre 2010 y 2016. Actualmente es articulista de El Mercurio, de Cuenca, y colaborador en varias revistas digitales. Ha participado en eventos de carácter literario, cultural y político en España, Nicaragua, Argentina, Uruguay, Cuba, Bolivia y  Colombia, como el XV Encuentro de Poetas Iberoamericanos en Salamanca (2012), el XIII Encuentro Internacional “Poetas y Narradores De las Dos Orillas” en Punta del Este (2014), el VI Encuentro de Jóvenes Escritores de Iberoamérica y el Caribe en La Habana (2016), el III Encuentro Internacional de Poesía en la Ciudad de los Anillos en Santa Cruz de la Sierra (2016), o el XI Festival Iberoamericano de Poesía en Fusagasugá (2023).

 

 

 

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