Entre redes sociales y tararear el amor romántico

Por Ruth Alcántara

Intento 136, es así como Ma reanuda su investigación, y es que ha dado con el grupo muestra que le servirá para indagar acerca de un elemento social que está aniquilando a mujeres estereotipadas por su manera de amar. Ya años atrás algunas autoras han desenmarañado la trama romántica del amor, que por sus características nocivas invade la mente de quien lo hace propio. En tal estudio, Ma deja claro cómo el amor romántico invade poco a poco las mentes de lxs enamorados. En lo sucesivo, Ma describe sus fases.

Fase uno, un ofrecimiento incipiente de silueta perfecta, ya sea como un ramo de flores, corazones o cromáticos globos de colores que flotan por el aire sostenidos por el frágil hilo del “amor”.

Fase dos, de reacomodo. Donde el amor romántico escala a otras aspiraciones ideales, como tener el marido más guapo, una casa de ensueño o la tradicional familia feliz. Ma descubre, simultáneamente, cómo bajo efectos amorosos y alucinógenos muta a otras variantes peligrosas donde los roles tradicionales transforman las identidades en ‹‹mujer-ama de casa››, ‹‹hombre-proveedor››.

Fase tres, que Ma denomina como ‹‹El despertar de las monstruosidades románticas››, en la cual, tras haber cultivado sin límites ni control este crónico “amor”, corre a toda velocidad atropellando todo lo que encuentra a su paso, y que es promovido por películas, telenovelas, canciones, etcétera.

En este informe, Ma muestra, a partir de canciones propuestas por Tere, cómo el romantivirus se ha instalado sutilmente en nuestra sociedad, haciendo responsables exclusivas a las mujeres de ejecutar sin medida el verbo amar, deteriorando sustantivamente la calidad de vida de éstas. Es necesario dar el crédito de esta investigación al grupo de amigas que en un intento por transformar su realidad, construyen reflexiones a partir sus saberes.

Aquí se presenta el resumen ejecutivo de Ma, utilizando como metodología la narrativa literaria que pretende sumergirse en el iceberg de lo subterráneo y sacar a la luz la máquina simbólica de la violencia que sostiene al amor romántico.

 

Llegó el día en que Hilda iba de rapel por el risco, si bien era un día de mucho sol no era algo que le afectara, sus amigas la esperaban abajo. El rapel era la prueba de iniciación para reafirmar su fuerza en el grupo, en éste había reglas claras como no quejarse de los hombres, disponer de tiempo para vivir al máximo la experiencia, y evitar el impulso de contestar cada mensaje del celular, en especial los provenientes de la pareja e hijxs. La consigna del Programa Intensivo de Autocuidado (el PIAC), elaborado por Tere y sus amigas, era compartir los saberes de todas y ponerles fin a las monstruosidades románticas causadas dentro el grupo de amigas.

Ya en un tiempo habían experimentado muchos casos de depresión, los más graves de suicidio y feminicidio, otras se sumergían en episodios de amargura hacia la vida misma ¿Por qué se sentían tan infelices si dentro del ideal lo tenían todo, pareja, hijxs, trabajo, casa? 

En menos de un mes, Tere, una chica popular que estaba en más de 50 grupos de Whatsapp, después de haber escuchado 2000 audios de sus amigas cuyo relato era la infidelidad de sus novios o esposos; 850,000 mensajes donde las que eran mamás no salían sin el permiso de sus maridos o que el trabajo de cuidados lo realizaban exclusivamente ellas; y otros tantos, eran los menos, de amigas que se habían involucrado con tipos casados, estos últimos narrados en diferentes cafeterías de ciudad Romanticón, quería hacer algo. No solo estaba en juego la saturación de su celular o su tiempo, sino la carga mental que significaba pensar en el sufrimiento de sus amigas. 

Así, Tere y sus amigas ponen en marcha un plan para desintoxicar al grupo de la droga del amor romántico, ese amor que se dispersa como gas rosa cegando a las mujeres en una adicción profunda. Una desventaja de las mujeres respecto de los varones es amar excesivamente, algunas capturas de pantalla de los mensajes enviados a los maridos o novios por las amigas de Tere muestra cómo el veneno de la ansiedad carcome la mente rumiante después de enviar, por ejemplo, mensajes como “Te quiero” o “¿con quién vas a salir?”, y el hombre en cuestión no responde o deja en visto mostrando su indiferencia, una flor roja abierta en el pecho. Era urgente poner en acción el plan de Tere, un programa muy ingenioso basado en reflexionar algunas canciones del momento, esas que nos hacen sentir mariposas en la panza.

Tere, que desde niña tenía en su cuarto vinilos de diferentes cantantes, se auxilió de canciones populares que hablan de amor, observando sobre todo lo que ofrecen las letras. Era necesario para ello emprender un viaje interior —¿al corazón? mejor a la mente— y preguntarse qué es lo que significa sentirse sola, ser para otrxs y comprender siempre a lxs demás.

¿Sola igual a incompleta? Ya en su familia a Hilda le han dicho que si no se casa pronto se convertirá en una mujer quedada. Lágrimas de orfandad inundan de miedo al abandono, adoptar la moralina de la sociedad, apurarse y no ser señaladas como solteronas, farsas románticas monstruosas desplazando otros amores de verdad. Canciones como la de Rosana ‹‹Si tú no estás aquí me sobra el aire, no quiero estar así, si tú no estás la gente se hace nadie››; Amaral y su tararear repetitivo en la canción Sin ti no soy nada; sufrimos el amor romántico ‹‹juntos caminar hacia el altar directo hacia la muerte›› de Belanova en la canción Rosa pastel. El maltrato como una faena espinosa que viven las parejas lo muestra en un fragmento María José ‹‹adelante corazón, no pares más, que la vida sin dolor no sabe igual››; y la idea encarnada en el cuerpo de que debemos aguantar todo por amor incluso el maltrato y la infidelidad, encima cargar con la culpa y preguntarnos desesperadamente ¿Qué fue lo que hicimos mal? Confundidas, incapaces de separarnos de un hombre violento, ‹‹Siempre caigo rendida cuando tú me llamas›› de Alejandra Guzmán.

Lupita se levanta muy temprano, así haya terminado el trabajo con su familia, ya mensajeando con sus amigas en el celular, las deja porque su marido e hijxs son su prioridad, una cancioncita para muestra: ‹‹Que por un beso puedo conquistar el cielo y dejar mi vida atrás››, Por Besarte de Lu. Tiene sin faltar un solo día las tres comidas listas, aún cansada, se esfuerza por tener a tiempo todo para los chicxs; mamás que trasladan su miseria a la escuela reforzando su rol de cuidadoras, el festival del día de las madres, el malabarismo de los extremos y la ausencia del autocuidado. Así las mujeres desdeñadas a una posición como compradoras de afectos a partir del trabajo doméstico y de cuidados. Resuena sin parar el 10 de mayo, Denisse de Calafe no nos va a dejar mentir cuando dice ‹‹A ti mi guerrera invencible, a ti luchador incansable›› – escrita y cantada está – luchador en masculino.

Un silencio que aprueba, un sí repetitivo de las mujeres que reafirma el poder masculino, una mujer que comprende, una línea confusa que se fractura con el abuso en el constante  considerar de las mujeres, complacer un asunto siniestro en el tráfico de los afectos ‹‹te amé con aciertos y errores›› de Edith Márquez, Estúpida Romántica, ‹‹fui culpable, víctima y verdugo fui de todo menos yo›› … ‹‹y me callé pues en silencio me veía importante›› Pero me fui de Edith Marquéz. ‹‹El hombre que yo amo…tiene la palabra de mil hombres juntos››, El Hombre que yo Amo, Miriam Hernández. ‹‹No pedirte más amor si estas de prisa. Te comprenderé›› Contrabando, Jenny Rivera. Incapaces de decir No y en las circunstancias más adversas, dentro de la relación, las mujeres aceptamos las condiciones más crueles, perder y anularse es una constante.

Tere propone un viaje con sus amigas, comparte sus reflexiones a partir de las canciones, y ahí están, al pie de la Montaña, viendo bajar a Hilda, reafirmando sus fuerzas que creían extintas. Hilda entrega la experiencia de la soltería donde el amor propio, lxs amigxs, la familia, los proyectos, son otros tipos de amor. Lupita regala la experiencia de ya no esperar, renunció al infinito trabajo de comidas y cenas, lo distribuyó entre lxs miembros de su familia, sabe que el cansancio la vence a las 7 de la noche, así se los ha dejado claro; realizar actividades con sus amigas es una prioridad. El celular de Tere ya no se satura de sufrimientos, la mayoría de ellas va a terapia, otras se divorciaron, algunas asisten a círculos de lectura feministas donde en el centro de la vida también están incluidas ellas.

 

 

 

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