La última imagen de las salamandras

Un colapso digital que se aproxima

Por Saúl Alejandro Mireles Estrada[1]

500 años han pasado ya desde que la humanidad sufrió el mayor colapso digital de su existencia. La Historia ya no existe y la memoria se ha perdido para los pocos habitantes que quedaron varados en lejanos lugares del planeta. La información que hace cientos de años era intrascendente ahora se ha convertido en lo más preciado. Lo anterior podría ser una de las sinopsis de la más reciente película del cineasta y artista José M. Delgadillo[2], titulada “La última imagen de las salamandras”. Film que se puede denominar como dentro del género de la llamada ciencia ficción.

La película tiene una duración de 62 minutos y está realizada con material rescatado/tomado de archivos encontrados en el internet. Esta técnica muchas veces llamada de reapropiación es recurrente en la extensa obra del cineasta, ya que la podemos encontrar por ejemplo en su película “Sinfonía de lo invisible” (2020) que se ha convertido en un referente en el tema de la realización y creación de cine de manera independiente.

En “La última imagen de las salamandras” hay una continuación de esta manera de hacer cine desde una manufactura independiente que le permite al autor desarrollar las ideas que plasma en sus guiones llenos de crítica y análisis de la sociedad contemporánea. La película se narra desde la perspectiva de dos personas que ven el mundo desde nuestro presente y una que lo hace desde cientos de años en el futuro lleno deincertidumbre.

El autor cuestiona la dependencia hacia la tecnología que hemos desarrollado como sociedad en la que nos hemos creado falsas realidades, falsos perfiles y hasta vidas falsas con tal de ser aceptados dentro de una sociedad que está enferma por la necesidad de mostrarse “perfecta”. Esto se narra a través de imágenes que se han salvado del colapso. Mientras vemos videos y fotografías de diversos lugares, escuchamos las voces de los protagonistas que nos cuentan su vida como si nadie más fuera a escucharlos.

Esta narración llama la atención porque se aleja de la manera contemporánea de comunicarse en la que estamos acostumbrados a mostrar nuestras vidas por medio de una narrativa apegada a las redes sociales. Los relatos que escuchamos y las imágenes que vemos pareciera que están distanciadas de la manera superficial con la que se muestran las vidas en la actualidad.

Las imágenes son tan cotidianas y personales que pareciera que son intrascendentes pero para quien las ve desde el futuro son sorprendentes y contienen información muy valiosa porque ya son vistas desde un futuro en el que las cosas se valoran de manera diferente y no son valoradas por los “likes” y las “reacciones” que se tienen, sino por el valor personal, histórico y descriptivo que contienen.

Para Delgadillo siempre ha sido importante el rescate de la memoria, pero, sobre todo el de la Historia y la historia personal de cada individuo. Esto se debe a su formación como historiador e investigador, y en algunas entrevistas ha mostrado su inquietud por estos temas:

“Nos hacen creer que nuestras historias no son importantes, solo nos ven como objetos de consumo, entes que solo servimos para trabajar y consumir lo que se nos pone en frente. Y todo eso que se deja de lado es lo que pareciera ser invisible, por eso esa idea tan arraigada de que el cine es para soñar, para alejarse de la realidad, porque lo que pensamos, lo que sentimos, y soñamos no importa, por eso crean sueños ajenos por medio del cine, para no voltear a lo que tenemos dentro de nosotros. Por eso es necesario crear un arte en donde se deje que el espectador participe, como decía Ranciere, que el espectador sea capaz de aprehender la obra, tomando sus propias decisiones” [3]

Por supuesto que lo anterior se ve plasmado en “La última imagen de las salamandras” en la que revalora la memoria y los recuerdos de cada individuo, demostrando con esto la importancia de todo ser y de su historia personal pero que se está perdiendo por querer adaptar la realidad a lo que los algoritmos piden para ser aceptado entre los millones de personas que existimos dentro de las redes sociales.

 El autor revalora las imágenes y todo lo que podemos leer dentro de ellas cuando se crean desde una visión sincera y personal, en las que podemos ver la migración de las personas por diversas causas, por ejemplo la falta de oportunidades, la destrucción del lugar en donde naciste o la invasión de empresas que quieren explotar los recursos naturales de una comunidad.

Finalmente podemos decir que “La última imagen de las salamandras” es una excelente película en la que se experimenta con la narrativa y que hace una reflexión de nuestro tiempo, el cual está dominado por la necesidad de demostrar que somos seres felices y realizados por que eso es lo que la sociedad se auto exige, y para contrarrestar esto es necesario entender que hay otras visiones que pueden sobrevivir al caos, a la manipulación y a la enajenación que está produciendo la adicción a la tecnología y a la información sin reflexión.

El film comienza su circuito de exhibición el próximo 29 de septiembre del 2023, como parte del Festival CIMEMA México/Alemania.

 

 

 

 

[1] Escritor aficionado al cine y la literatura. Sus textos se han publicado en diversas revistas especializadas.

[2] José M. Delgadillo es un artista y cineasta independiente mexicano. Su obra se ha exhibido en más de quince países y consta con más de treinta cortometrajes y tres largometrajes que se desenvuelven entre el llamado videoarte y cine experimental, recibiendo por ellos diversos premios en México y Europa.

[3] JOSÉ M. DELGADILLO: UNA SINFONÍA DE IMÁGENES FRENTE A TODO AQUELLO QUE PARECE INVISIBLE. En https://www.fellinia.com.ar/entrevista-al-artista-audiovisual-mexicano-jose-m-delgadillo/

 

 

 

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