Recomendaciones para la cuarentena extendida

Por Luis Bolio

Durante todo el tiempo que se ha mantenido la alerta sanitaria, es probable que ya hayan visto bastantes películas, documentales y series que tenían pendientes, sin embargo, sabemos que hay algunos títulos que en su momento fueron bastante sonados y que aún siguen en su lista de espera porque diversas plataformas, medios y colectivos liberaron contenido gratuito que había que aprovechar. Por eso, les traemos tres reseñas de películas para que ya por fin las saquen de su lista antes de que las bajen de los servicios de streaming.

 

Sueño En Otro Idioma (2017)

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Una película que te adentra a una historia de amor a través de una lengua indígena inventada.

En medio del boom de filmes de superhéroes y cintas mexicanas que parecen melodramas de televisa, el director Ernesto Contreras, (quién es ahora presidente del AMACC y quien en 2010 hiciera el documental seguir siendo de Café Tacvba), nos presenta una película con una apariencia sencilla pero con diversas temáticas de mucho interés actual para México y el mundo.

La historia, anudada a partir del rescate de la lengua zikril, trata de dos grandes amigos que se enemistaron hace 50 años por un aparente pleito de faldas que esconde en realidad algo mucho más delicado y profundo. Una obra que, además, nos hace cuestionarnos sobre los juicios generalizados de la sociedad y lo mucho que pesan en nuestras decisiones.

Con una fotografía llena de paisajes y contrastes, el filme que se desarrolla en alguna comunidad indígena de Veracruz (puede ser de cualquier parte), hace un cameo hacia el pasado de los personajes principales y sin tanto rebuscarse, nos enseña la vida «de antes» en una comunidad rural, sin duda, algo con lo que todos estamos muy familiarizados.

Cabe destacar que cuando vi la proyección, la chica que estaba detrás de mí no paraba de llorar; y, aunque la película es muy emotiva en todo sentido, no es la típica que se vale del lagrimómetro para gustar.

Con un realismo mágico auténtico, la cinta llega a un clímax de odio y confusión entre los personajes principales, resaltando la gran actuación de Eligio Meléndez como Don Evaristo.

El final es sublime y es el único momento en el que se traduce subtitulado lo que se dice en zikril. Sin duda, esta película nos deja muchas preguntas abiertas sobre cómo vivimos supeditados a lo que piensan los demás; a su vez, esta idea deja entrever el destierro y la incomprensión hacia las comunidades indígenas y a toda  nuestra riqueza cultural.

Como lo reiteran los premios Ariel y el público del festival de Sundance, ésta es, en efecto, la mejor película mexicana del 2017.  La pueden encontrar en Amazon Prime.

 

Roma y la nueva época del cine de oro mexicano (2018) images-14

Siguiendo con el cine mexicano, muchas veces denostado, nos encontramos con Roma. Alfonso Cuarón deja atrás las producciones hollywoodenses de croma ―ya ni recuerdo Gravity― para mostrarnos su mejor trabajo, el más mexicano y el más personal (director, guionista, fotógrafo y editor).

La película filmada magistralmente en blanco y negro, narra el año de una familia mexicana clasemediera y una de sus trabajadoras, Cleo, a principio de los años 70.

Hasta la primera mitad, la trama se desarrolla sin mucha novedad, presentado el México de entonces y a los personajes, haciéndote partícipe de cada uno, e incluso “borras”, el perro de la familia, se vuelve entrañable. Destaca una buenísima dirección de arte que, cuidando cada detalle, te transporta a la época junto con una actuación muy natural de los niños y la abuela.

Sin previo aviso, la cinta que te tiene entretenido y despreocupado, enlaza en un solo evento a los protagonistas en medio de un suceso histórico muy doloroso y trágico para el país. Las emociones dan un giro inadvertido y la desesperanza se apodera del espectador que se conmueve sin la ayuda de música incidental, comúnmente sobreexplotada sin sentido.

En este punto, la perspectiva desde quién hace las veces de antagonista, se vuelve verdaderamente interesante y te hace reflexionar, no solo el momento histórico preciso, sino sobre otros tantos muy cercanos a la actualidad; muy parecido a la frase que reza que el peor enemigo de un mexicano es otro mexicano.

En esta obra maestra, Cuarón hace recordar los bellos paisajes que legó Gabriel Figueroa en la época de oro y categóricamente cuenta sucesos de hace medio siglo, pero ¡por Dios!, algunos se sienten tan cercanos.

Ahora que en México se respiran vientos de cambio, esta cinta hecha por uno de los tres más famosos cineastas de la época ―que también nos hace pensar en los tres más grandes muralistas―, nos hace el cuestionamiento: ¿qué tenemos qué hacer para no repetir los errores que han marcado nuestra historia?, como el racismo y la violencia contra nuestra propia gente.

Por último, se debe añadir que este filme representa la punta de lanza del trabajo creativo que muchos cineastas y demás artistas están realizando en un país lleno de talento y riqueza cultural. Por eso no solo hay que verla, sino también promoverla con orgullo ya que aún se encuentra disponible en Netflix.

CLIMAX (2018) 0971496

También disponible en Netflix, la última película del director argentino radicado en Francia, Gaspar Noé, nos muestra su visión sobre una tragedia ocurrida en 1996 a un grupo de bailarines que terminando un extenuante ensayo de días en un internado, celebran con una fiesta y mucha sangría. Después de un rato el ambiente comienza a ponerse extraño y los protagonistas creen que alguien le puso LSD a dicha bebida. Lo que sigue es narrado con una genialidad provocativa por este gran director.

Cabe destacar que es una película con un par de planos secuencia bastante largos, el mayor de 45 minutos. Este thriller musical parece al principio un desorden de edición entre la escena inicial como la final, y los créditos en los que, en su momento, se menciona que “es una  película francesa, orgullosa de serlo”.

El filme, como ha sucedido recientemente en otros tantos, no cuenta con actores profesionales. El personaje principal está en manos de Sofía Boutella, que ha hecho cine más bien hollywoodense. Por otro lado, se acentúa el altísimo nivel de los bailarines, buenísimas coreografías y la perfecta sincronía de éstas con un diseño de producción meticuloso (aunque no sea tan evidente), con los extraordinarios planos cenitales y por supuesto con el desarrollo de la trama.

En la simpleza de lo que dicen los bailarines al ser entrevistados, se da cuenta de quiénes son, de dónde vienen y cuál es su manera de pensar; eso mismo provoca que cuando se llega al clímax, las palabras y los hechos caigan por su propio peso: devastador para los protagonistas y el público.

Noé declara que incluyó cosas a la película sin prepararlas porque simplemente “le iban bien” es decir, no pensó en una obra maestra y artística conceptual, pero muchos de los sucesos narrados, por sí mismos, o en voz de los personajes, tienen muchísima tela de dónde cortar si eres un espectador atento. Puede ser que encuentres un cóctel lleno de drogas, envidias, machismo, racismo, violencia y hasta incesto, todo acompañado de sampleos trepidantes a niveles erráticos.

Sin duda, una cinta galardonada en Cannes y en Sitges, no por todas las emociones que despierta, sino  por mostrarnos el cine del futuro.

*Mención especial para el soundtrack con Cerrone/Daft Punk/Thomas Bangalter/entre otros.

 

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