Víctimas o sobrevivientes: las mujeres en los slashers

Por Mijal Montelongo Huberman[1]

Una representación social, concepto propuesto por Serge Moscovici en 1961, es un conjunto de elementos (información, opiniones, creencias) con los que las personas establecen relaciones. Moscovici argumenta que las representaciones son el producto de ciertos grupos sociales, que surgen y se transmiten a través de procesos comunicativos, y que son impuestas sobre los individuos (Moliner, 2020). Se ha planteado que los medios masivos son agentes socializadores del público al que están dirigidos y que funcionan como “educadores” de la población, señalando las pautas de conducta deseables e indeseables (Gutiérrez et al., 2004). En ese sentido, en una película, se pueden proyectar consensos de manifestaciones culturales, éticas, morales o religiosas (Maldonado, 2021), por lo tanto, el cine puede ser considerado como una fuente y un difusor de representaciones sociales (Maldonado, 2021).

Cada género y subgénero del cine transmite las representaciones sociales de diferentes maneras. Un ejemplo de esta transmisión son las películas de los subgéneros de terror y horror conocidas como slashers, en donde se muestran representaciones de mujeres jóvenes. Estas películas están definidas (entre otras cosas) como películas que contienen escenas de violencia dirigida principalmente hacia mujeres (Cowan y O’Brien, 1990).

El cine slasher apareció después del cambio contracultural que Estados Unidos experimentó en las décadas de los sesenta y setenta. En esos años se difundieron diversos movimientos contraculturales, incluyendo el feminismo, y se asentaron conductas como el liberalismo sexual de los jóvenes y el consumo de drogas. Esos movimientos contribuyeron a que se radicalizara el conservadurismo de dicho país debido a que temas esenciales para la construcción moral estadounidense (the American way of life), como lo son el matrimonio, el patriotismo y el trabajo, quedaron relegados frente al hedonismo que expresaban las generaciones jóvenes (González, 2011).

Este cambio dio paso a que hubiera representaciones de jóvenes en las que se materializa esa contracultura, ya que el surgimiento de una representación social coincide con una situación novedosa o un fenómeno desconocido (Moliner, 2020). Ahora, una de las funciones de la comunicación de masas es la función moralizante que expone las desviaciones de la conducta (Gutiérrez et al., 2004). Así pues, en particular, las películas slashers resultan ser un ejemplo de la difusión de la moral estadounidense.

Estas películas muestran dos representaciones de mujeres: las víctimas y las final girls (Clover, 1992). Las víctimas son numerosas, jóvenes o adolescentes, y principalmente mujeres; son personajes poco desarrollados y considerados desagradables. Por su parte, las final girls suelen ser una joven que se da cuenta de todo el horror que ha ocurrido y del peligro inminente, se enfrenta al asesino cara a cara y se convierte en la última sobreviviente (Granadillo, 2020).

A partir de este contexto, examinaré las diferencias entre las representaciones que se les atribuyen a ambos tipos de mujeres en las películas slasher. Para esto, consideraré la formación de las representaciones sociales en estas películas con base en cinco criterios de análisis y en dos procesos que Moscovici define como objetivación y anclaje.

La objetivación se refiere a la manera en que un fenómeno nuevo se simplifica, esquematiza y visualiza (Moliner, 2020), y analizaré cómo se materializa en los criterios de vestimenta, personalidad, consumo de alcohol y drogas, y práctica de relaciones sexuales. El anclaje explica cómo un fenómeno nuevo se asimila en categorías y formas ya familiares pertenecientes a un sistema preexistente del pensamiento (Moliner, 2020) y examinaré su materialización en la actividad que realizaban las mujeres antes de ser atacadas.

El corpus de películas que elegí para analizar incluye a las más conocidas y representativas del subgénero slasher:

  • Halloween de John Carpenter (1978)
  • Friday the 13th de Sean S. Cunningham (1980)
  • Prom Night de Paul Lynch (1980)
  • Slumber Party Massacre de Amy Holden Jones (1982)
  • A Nightmare on Elm Street de Wes Craven (1984)
  • Scream de Wes Craven (1996)

En la siguiente tabla muestro las diferentes características que presentan las mujeres de los slashers que seleccioné.

 

Ahora, haré observaciones particulares sobre cada criterio de análisis.

  • Vestimenta

Hay una diferencia interesante en la vestimenta de las víctimas y final girls en dos películas: en Halloween, las víctimas usan pantalones y la final girl, una falda; en Scream, la final girl usa pantalón y la víctima principal usa más faldas. Esta diferencia puede deberse a las fechas en las que fueron realizadas las películas. Los pantalones se hicieron más populares entre las mujeres en las décadas de 1960 y 1970 en Estados Unidos a raíz de la segunda ola del feminismo, y Halloween se estrenó en 1978. Por lo tanto, el uso de faldas era visto como conservador y el uso de pantalones como novedoso e, incluso, que transgredía a las normas morales. En cambio, Scream salió al público en 1996 cuando el uso de pantalones era algo más común y el uso de faldas era visto como más liberal y hasta provocativo.

  • Personalidad

Will Herberg (1964) menciona que un estadounidense debería tener ciertas características y las final girls cumplen con ellas. En primer lugar, estas mujeres son, de alguna manera, independientes y autosuficientes. Por ejemplo, en Halloween y Friday the 13th se da a entender que las final girls trabajan mucho. El hecho de no asustarse fácilmente y de ser las primeras en darse cuenta cuando está pasando algo extraño podría considerarse relacionado con la autosuficiencia, debido a que dan a entender que ellas pueden cuidarse a sí mismas.

En segundo lugar, ellas son personas generosas y filantrópicas. Algunos ejemplos de esto son que la final girl de Halloween es una niñera y se ve que disfruta y planea el tiempo que pasa con los niños, y la de A Nightmare on Elm Street se queda con su amiga cuando ésta tiene miedo y le da prioridad sobre su novio. En general, las final girls se preocupan por sus amigas y sus familiares. Por otro lado, las víctimas se interesan menos por las personas que las rodean y, en algunos casos, sólo piensan en ellas mismas, como en Halloween y Slumber Party Massacre.

  • Consumo de alcohol y drogas

De acuerdo con las observaciones hechas de este criterio de análisis, concluyo que las víctimas son personas que consumen alcohol, fuman cigarros y marihuana. Además, incitan a las final girls a realizar estas actividades, como ocurre en Halloween y Scream. En cambio, la final girl es alguien que no muestra interés en tomar ni fumar.

  • Práctica de relaciones sexuales

Otro tema recurrente en los slashers es el de las relaciones sexuales. Las víctimas usualmente tienen novio y está implícito que han tenido o tienen relaciones sexuales antes o durante la película. Mientras que algunas de las final girls tienen novio, pero nunca muestran ningún interés por tener relaciones sexuales, excepto en Scream. Si bien en Friday the 13th todas las mujeres fuman marihuana y toman alcohol, la final girl es la única que no participa en algo sexual: ni en el strip Monopoly, ni teniendo relaciones.

  • Actividad realizada antes de ser atacadas

La mayoría de las víctimas son atacadas y asesinadas después de haber tenido relaciones sexuales con sus novios (Halloween, Friday the 13th, A Nightmare on Elm Street, Prom Night) o cuando iban a tener relaciones con ellos (Halloween, Slumber Party Massacre, Prom Night). Otras víctimas son asesinadas después de pedir o ir por cerveza (Halloween, Scream) o después de fumar marihuana (Prom Night).

Las otras muertes ocurrieron después de que una víctima se maquilló, otra sonrió cuando le coquetearon, una tercera regresó a la escuela por un libro olvidado, y una más huyó del asesino, como pasa en Prom Night y Slumber Party Massacre. En Prom Night, también matan a una chica cuando intenta huir del asesino, pero había llevado marihuana a la fiesta. Hay dos casos donde asesinan a mujeres que ayudan a otras personas (en Friday the 13th y en Slumber Party Massacre), pero previamente habían propuesto jugar strip Monopoly y habían bebido vino, respectivamente.

Las final girls, en cambio, son atacadas cuando se dan cuenta de que algo extraño está ocurriendo (A Nightmare on Elm Street, Scream, Slumber Party Massacre), cuando se preocupan por sus amigas y van a buscarlas (Halloween, Friday the 13th) o cuando van a ayudar a los demás (Prom Night). Al darse cuenta de lo que está pasando, toman decisiones prácticas y sensatas para escapar o esconderse del asesino, piden ayuda y hasta pelean contra él. También se preocupan por las otras personas que se encuentran en la misma situación y las ayudan.  

En ese sentido, de acuerdo con las diferencias en los criterios analizados entre los dos tipos de mujeres, las final girls concentran atributos que el conservadurismo estadounidense aprueba: presentan una vestimenta más conservadora de acuerdo a su época, dan prioridad a los estudios, no muestran interés en los chicos ni en las fiestas, son personas agradables y no muestra interés en tomar ni fumar. Adicionalmente, se les atribuye una imagen virginal que no tiene interés alguno por tener relaciones extramaritales.

En el caso de las víctimas, presentan características contrarias a la moral estadounidense: su ropa no es conservadora para su época, no les interesa la escuela, les gusta ir a fiestas y estar con chicos, consumen alcohol, fuman cigarros y marihuana. Además, practican una libertad sexual propia de los jóvenes de las décadas de 1960 y 1970.

Así pues, con estos cuatro criterios de análisis se simplifican y manifiestan las diferencias en las características y las prácticas entre una final girl y una víctima. Al tener diferenciados estos dos tipos de mujeres, se concreta la objetivación de sus representaciones sociales y se procede al anclaje.

Dado que la moral conservadora está en contra del consumo de alcohol y drogas y de las prácticas sexuales fuera del matrimonio, las personas que realizaban estas actividades en las películas eran castigadas con la muerte. Por lo tanto, las muertes de las víctimas en los slashers pueden considerarse parte del proceso de anclaje de la representación social de ellas.

Las final girls sobreviven debido a que concentran las normas morales que la sociedad estadounidense buscaba preservar y cumplen con las características que Herberg menciona que debería tener un estadounidense (González, 2011). Su autosuficiencia se ve en lo ingeniosas y prácticas que son al enfrentarse con los asesinos; en la mayoría de los casos no cuentan con la ayuda de nadie para matarlos ―esto es muy evidente en A Nightmare on Elm Street. Otra característica que presentan es que son personas filantrópicas. Cuando sucede que las final girls se preocupan por sus amigos, intentan ayudarlos y son atacadas, el mensaje moral puede ser que si ayudas o te preocupas por alguien, te va a ir bien al final (vas a sobrevivir). De esta manera, ocurre el proceso de anclaje para la representación social de las final girls.

De esta forma, podemos observar que las películas slashers fueron un medio a través del cual la moral conservadora estadounidense difundió representaciones sociales de los movimientos contraculturales de Estados Unidos en las décadas de 1960 y 1970, en particular respecto a las mujeres. Así, los slashers funcionan como un ejemplo de la forma en que se “educa” a la población por medio del cine al mostrar lo que les pasa a las mujeres que cumplen o no cumplen con los ideales de la moral estadounidense: son sobrevivientes o son víctimas.

 

 

 

Fuentes citadas:

Cowan, G., y O’Brien, M. (1990). Gender and survival vs. death in slasher films: A content analysis. Sex Roles23, 187-196.

Clover, C. (1992). Men, women, and chainsaws: Gender in the Modern Horror Film. New Jersey, EE. UU. Princeton University Press.

González Peña, J.L. (2011). Metáfora de la sangre: el cine slasher, una manifestación de la moral conservadora de la sociedad estadounidense. Tesis de licenciatura, UNAM. 121 pp.

Granadillo Novoa, D. (2020). Narrativas posmodernas en el cine slasher 1978-1984. Tesis de licenciatura, UNAM. 115 pp.

Gutiérrez Bandera, I., Ordaz Ponce, M.A., y Sánchez García, M.I. (2004). Representación social de la mujer en el cine de 1950 a 1999. Tesis de licenciatura, UNAM. 168 pp.

Herberg, W. (1964). Católicos, protestantes y judíos. D.F., México. Libreros Mexicanos Unidos.

Maldonado Espinosa, G.M. (2021). Ver morir y la banalidad de los cuerpos. Representación social y estereotipos de la violencia en el cine de Beat Takeshi. Tesis de maestría, UNAM. 196 pp.

Moliner, P. (2020). On Serge Moscovici’s 95th anniversary: The theory of social representations-history, postulates and dissemination. RUDN Journal of Psychology and Pedagogics17(3), 542-553.

 

 

 

[1] Nací el 25 de agosto de 1996 en la Ciudad de México. Crecí en Tampico, Tamaulipas, hasta que regresé a la Ciudad de México a estudiar la carrera de Biología y la maestría en Ecología en la UNAM. También me he formado como traductora de textos literarios y técnico-científicos. Publiqué una traducción de La bruja de Shirley Jackson en la revista Taller Igitur. Tengo cuentos y microficciones publicados en los blogs de Especulativas y Cósmica Fanzine. Uno de mis cuentos se encuentra en Siniestras. Antología de cuentos de mujeres que incomodan. Siempre estoy acompañada de libros, perros y gatos.

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