Breve exposición sobre la Fenomenología de Husserl y de Merleau-Ponty

Por Francisco Octavio Valadez Tapia*

Mientras la primera acepción de fenomenología consignada en el Diccionario de la lengua española la define como “teoría de los fenómenos o de lo que aparece” (Real Academia Española [RAE], 2021), la tercera acepción del mismo diccionario la presenta como el “método desarrollado por Edmund Husserl que, partiendo de la descripción de las entidades y cosas presentes a la intuición intelectual, logra captar la esencia pura de dichas entidades, trascendente a la misma consciencia” (RAE, 2021).

De lo anterior, se puede identificar que la corriente fenomenológica creada por Husserl (1859-1938) es epistemológica y se centra en recuperar la intuición reflexiva con el propósito de describir la experiencia vivida tal cual como se conforma en la conciencia. Implica una continua búsqueda epistemológica, así como un compromiso con la descripción y la explicación de la organización básica del mundo vivido a partir de la experiencia consciente. Así mismo, la corriente husserliana consiste en un enfoque descriptivo que propone recuperar lo propio de la consciencia en sí misma, cuyo principio no remite a la teoría ni a la historia, sino la descripción de la manifestación del ser humano en el mundo y la manifestación del mundo para el ser humano.

La fenomenología husserliana, en cuanto teoría del lenguaje (Husserl, 2008), es descriptiva y su intención es evidenciar la experiencia original a través de la intuición. La corroboración del fenómeno o de la experiencia vivida se conforma por medio de la inmediata percepción o la clara intuición, es decir, tal como se presumió u observó su significado en la conciencia, ya que para Husserl los procesos están en lo profundo de la conciencia del sujeto que conoce, o dentro del yo,[1] en el cual hay un reflejo de sí mismo.

Abreviando, el interés de la fenomenología trascendental planteada por Husserl es epistemológico y se centra en responder cómo se conoce o qué se conoce en cuanto persona, cosa o fenómeno. Investiga la experiencia para develar la conciencia a través de la reducción fenomenológica, una manera de comprenderse a uno mismo y al mundo frente a los datos diversos y variados de lo real.

Por otro lado, Maurice Merleau-Ponty (1908-1961) se interroga sobre la fenomenología en su Phénoménologie de la perception (Merleau-Ponty, 1945),[2] siendo el propósito de tal cuestionamiento que sus interlocutores accedan a la ruta de pensamiento que el mismo filósofo francés ha elegido: la fenomenología, corriente de pensamiento recobrada del ya mencionado filósofo alemán Edmund Husserl (1989), quien definió la fenomenología como “un método y una actitud intelectual: la actitud intelectual específicamente filosófica; el método específicamente filosófico” (p. 24). Se trata tanto de una ciencia como de un método que, atendiendo a las interrogantes desde dónde observamos y qué ruta seguimos para observar, posibilita al ser humano conocerse y conocer las cosas objetiva y concretamente, pues la fenomenología en particular y la filosofía en general tienen la tarea, siguiendo a Merleau-Ponty (1945), de develar los enigmas del mundo y de la razón.

La auténtica filosofía enseña a observar el mundo –y a quienes en este se encuentran– con profundidad, con base en un método filosófico específico que permite deliberar acerca de los límites del saber. “La interrogación filosófica «qué sé yo», «es no sólo ‘qué es saber’ y ‘quién soy yo’, sino, en último término, ‘qué hay’ y ‘hasta qué es el hay’»” (Merleau-Ponty cit. por Reguera, 1982, p. 183). La adscripción a una filosofía de este tipo indica el itinerario que Merleau-Ponty dispuso perfilar como preponderante para sus investigaciones: una epistemología, “heredada seguramente de su exhaustivo conocimiento de Husserl, y la ontológica, que comparte con sus preferidos filósofos Bergson, Heidegger, Sartre, Spinoza, Descartes…” (Reguera, 1982, p. 183).

 

Ahora bien, más que plantear conceptos rígidos, el quehacer de quien hace filosofía –señala Merleau-Ponty– debe ser de búsqueda, de apuntalar que aún hay cosas por expresar y por observar, que la filosofía tiene un sitio innegable, que la razón no se restringe a una actitud natural. “La percepción natural no es una ciencia, no plantea las cosas sobre las que se relaciona, no las aleja para observarlas, vive con ellas, es ‘opinión’ o ‘fe originaria’ que nos une a un mundo como a nuestra patria, el ser de lo percibido es el ser predicativo hacia el cual se polariza nuestra existencia total” (Merleau-Ponty, 1945, pp. 371-372).[3]

En definitiva, la fenomenología de Merleau-Ponty implica tener presente que la comprensión de algo o del ser no significa arribar a una verdad absoluta, sino que es situarse a nivel del ser y en cierta forma observar las cosas desde su perspectiva. Acceder al sendero de los conocimientos es, desde la fenomenología de la percepción de Merleau-Ponty (1945), observar los cuerpos y la existencia desde sus más variadas facetas sin dejar de lado el trabajo de la inteligencia.

 

 

Bibliografía.

Husserl, E. (1989). La idea de la fenomenología. Fondo de Cultura Económica.

——– (2008). La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental. Prometeo Libros.

Merleau-Ponty, M. (1945). Phénoménologie de la perception. Gallimard.

Real Academia Española (2021 [2014]). Fenomenología. En: Diccionario de la lengua española, 23ª ed. [versión 23.4 en línea]. https://dle.rae.es/fenomenología?m=form

Reguera, I. (1982). Introducción a la filosofía de Maurice Merleau-Ponty. Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, núm. 3, pp. 181-208.

Sandoval, E. (2020, 22 de octubre). Hermenéutica y fenomenología [clase vía Google Meet], Plantel San Lorenzo Tezonco, Universidad Autónoma de la Ciudad de México, México.

* Licenciado en Ciencia Política y Administración Urbana por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). Licenciado en Comunicación y Cultura por la UACM. Maestro en Ciencias Sociales, con Especialidad en Estudios Políticos, por la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). Doctorando del Posgrado en Estudios de la Ciudad de la UACM. Estudiante de la Licenciatura en Filosofía e Historia de las Ideas de la UACM. Correo electrónico: maestroactor@yahoo.com.mx

[1] De acuerdo con Edgar Sandoval (2020): “hay que diferenciar entre un yo puro y un yo empírico. No es que se deje de trabajar con el yo en la fenomenología. En fenomenología se atiende a un yo puro, no a un yo empírico”.

[2] El prefacio de Phénoménologie de la perception comienza así: “¿Qué es la fenomenología? Puede parecer extraño que todavía tengamos que hacer esta pregunta medio siglo después del primer trabajo de Husserl. Sin embargo, está lejos de resolverse” (Merleau-Ponty, 1945, p. I). El texto en francés dice: “Qu’est-ce que la phénoménologie? Il peut paraltre étrange qu’on ait encore à poser cette question un demi-siècle après les premiers travaux de Husserl. Elle est pourtant loin d’être résolue. La traducción es de quien aquí escribe.

[3] El texto en francés dice: “La perception naturelle n’est pas une science, elle ne pose pas les choses sur lesquelles elle porte, elle ne les éloigne pas pour les observer, elle vit avec elles, elle est «l’opinion» ou la «foi originaire» qui nous lie à un monde comme à notre patrie, l’être du perçu est l’être antéprédicatif vers lequel notre existence totale est polarisée”. La traducción es de quien aquí escribe.

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