Uso del cuerpo y esclavitud moderna en el contexto de la explotación sexual en México

Por Gema Castillo

Me dijeron: no busques.
 Nada se te ha perdido.
Y los vi desde lejos
ocultar lo que roban y reír.
Rosario Castellanos, El despojo

 

    Desapariciones, rutas de comercio, mecanismos de enganche e incluso ubicación de operaciones, no son un secreto en México, menos lo son para los habitantes del Estado de Tlaxcala y Puebla en los que desde hace décadas se ha gestado el corredor de trata de personas con fines de explotación sexual más conocido del país. Advierto que no es un secreto y, sin embargo, me equivoco al referirme a las víctimas, no obstante, hagamos un esfuerzo por reflexionar la propia manera de concebir el cuerpo que se incorpora en el circuito de la trata, prostitución y esclavitud.

Uso del cuerpo

Al utilizar los términos trabajo y explotación laboral, irremediablemente ha de alcanzarnos la referencia del obrero moderno avasallado por una industria. Esta manera de captar la esclavitud ha surgido por circunstancia, podemos obtener evidencia en la propia teoría política articulada desde la filosofía aristotélica, por el “contexto problemático en el cual el filósofo inscribe la cuestión, y de la conceptualización a través de la cual busca definir su naturaleza”

Si, en la antigüedad, la esclavitud merecía una suerte de justificación como parte integral del funcionamiento doméstico es debido a una noción profunda de relación entre hombre y naturaleza, lo que ahora probablemente nos parece inaceptable, vindicar la esclavitud como parte de una forma de organización de las labores. “Un hombre libre era aquél al que le pertenecía su propio cuerpo, mientras que el esclavo era un hombre que es de otro y no de sí mismo”. Un esclavo pertenecía a su amo no en sentido jurídico, sino como una parte funcional e integral de él. En términos simples, el modo de ser del esclavo no dependía de la obra que realizaba, de las tareas o labores que ejecutaba ni el apremio por ello, sino del uso permanente de su cuerpo por parte del amo mediante una relación personal entre ambos.

     La transición del esclavo al obrero ocurre con la escisión de su cuerpo, como cuerpo de uso y cuerpo de renta. Aparece la actividad laboral remunerada, mecanismo donde Arendt enfatiza “el esclavo moderno es un medio para procurarse fuerza de trabajo a buen precio para lograr rentabilidad”. Una relación de uso del cuerpo entre hombre y naturaleza se desplaza hacia una relación mercantil que exclusivamente puede tener lugar entre hombres, pero “la perversión comienza sólo cuando la relación recíproca de uso es apropiada y reificada en términos jurídicos por medio de la constitución de la esclavitud como institución social”

Esclavitud moderna 

    En este punto, interesa indagar la corrupción en el uso del cuerpo devenida de la modernidad a través de la concepción del trabajo y la esclavitud, específicamente en el comercio sexual. Óscar Montiel Torres, investigador del fenómeno de la trata de personas y explotación sexual en el Estado de Tlaxcala sostiene que “mientras se siga argumentando que la prostitución es diferente a la trata de personas con fines de explotación sexual, se seguirán perpetuando las lógicas de dominación masculina, de explotación sexual y de esclavismo” Aunque los esfuerzos de activistas que abogan por leyes de protección laboral para trabajadoras y trabajadores sexuales que garanticen la no violación de sus derechos humanos (diferenciando su trabajo de actos criminales) sigue latente, no se descarta la posibilidad de pensar otras líneas de investigación respecto al tratamiento de la prostitución así como la trata de personas con fines de explotación sexual de forma relacional, ya que aunque existan personas laborando de forma voluntaria en dicho ámbito sin la mediación de un proxeneta, como en el caso de las redes de trata, sí comparten un mismo núcleo: la reducción del cuerpo a un objeto y la normalización de la violencia. Me refiero a que, y atendiendo específicamente el caso de las mujeres y niñas que representan el 95% de las víctimas de explotación sexual en nuestro país, no porque la prostitución tenga la posibilidad de operar mediante una suerte de garantía político-jurídica, significa que esté desligada de una articulación denigrante respecto a la constitución de la Mujer, que traslada el uso del cuerpo no solo a una función productiva propia del pensamiento moderno, sino, además, a un estatuto de opresión sexual con repercusiones y antecedentes “al amparo de una cultura machista dominante”

En un espacio distinto habrá de ser atendida la extensa discusión sobre las funciones corporales para la figura de la mujer y el esclavo, así como su evolución durante la modernidad. A la vez, por el basto y penoso mercado que comprende la trata de personas, retomemos el caso particular que desde hace décadas permanece activo en los Estados de Tlaxcala y Puebla

A las mujeres las criminalizan o, en todo caso, cuando no se asumen como víctimas, son victimarias o sólo están ahí por gusto, sin cuestionar la construcción de la demanda y a quienes las prostituyen y toda la violencia que implica reclutarlas, trasladarlas y esclavizarlas para satisfacer la demanda sexual. (Montiel, P. 49)

Hablamos de un uso instrumental, violento y convencional; instrumental por el uso del cuerpo como artefacto con una función específica y mecánica; violento por las numerosas formas en que se ejercen modos de dominación y control sobre él; convencional porque su empleo como objeto de explotación sexual es un acuerdo artificial que se ha nutrido de la omisión y el consenso.

La modernidad trajo consigo la emancipación del trabajo, el abandono de un núcleo familiar y privado del cuerpo que labora, por el espacio público del trabajo productivo que permite cuestionar el tránsito del esclavo al obrero y la zozobra en que se inscribe una nueva modalidad de esclavitud moderna ¿A quién pertenece el cuerpo de la esclava y del esclavo sexual? El cuerpo hecho carne del individuo parece hacer referencia solo a la unidad física, pero su pertenencia se asemeja a un reparto asimétrico, con ella/él en último término.

 

Bibliografía

Agamben Giorgio. El uso de los cuerpos. Homo sacer, IV, 2. Trad. Rodrigo Molina-Zavalía. IHA, Buenos Aires, 2014

Arendt, Hannah. La condición humana. Paidós. Buenos Aires. 2009.

CNDH, Diagnóstico sobre la situación de trata de personas en México 2019. 

https://www.cndh.org.mx/sites/default/files/documentos/2019-07/DIAGNOSTICO-TDP-2019_0.pdf

Lozano, Ignacio y Mauro Vargas. El involucramiento de los hombres en la trata de personas con fines de explotación sexual: un estado de la cuestión. Ciudad de México: GENDES/INDESOL 2012

Montiel Torres Oscar, El ciclo vital de las mujeres en situación de prostitución y el sistema proxeneta.

Consultado 29/09/2020 http://www.scielo.org.mx/pdf/na/v31n88/0185-0636-na-31-88-31.pdf

 

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