Entre la emancipación y la Barbarie

Notas para una Educación para la emancipación y superación de la barbarie en Theodor Adorno

 

Por José Miguel Hernández Valtierra[1]

 
“Que Auschwitz no se repita”
-Theodor Adorno-
“La desmemoria es el mejor abono para el sin sentido”
J.A Pérez Tapias.

 

La emancipación humana es una de las más preciadas utopías del género y solo será convencionalmente alcanzable gracias a la labor educativa acompañada del pensamiento crítico que reflexiona y se piensa a sí mismo.

La ilustración trajo consigo los más puros ideales que la buena voluntad del género humano podría plantearse al superar una época oscura. Se encontraba en un momento de tensión, se había abandonado todo criterio de verdad propuesto por el antiguo pensamiento medieval, no obstante, el miedo frente a la incertidumbre llevó a que de esta tensión comenzara un proceso de desmitificación y búsqueda de certezas al que llamamos “ilustración”, que como promesa adjunta trajo con Kant y su premisa ilustrada “Sapere Aude”(2014) la invitación a todo ser humano para comenzar este proceso de Emancipación, entendido como “alcanzar la mayoría de edad”.

Adorno y Horkheimer (Adorno & Horkheimer, 1998) señalaron que este proyecto se ha dado muerte así mismo. La razón y la cultura que prometían el paraíso en la tierra terminaron mitificándose y deslustrándose de modo tal que la única forma de mantener este estado romántico de la libertad fue por medio de la educación autoritaria, acompañada por una razón unidimensional y progresista, cuyo monumento del fracaso, privación de la libertad, desorientación moral y barbarie es Auschwitz (Rivas, 2013), y que lamentablemente se reproduce en las aulas y tiene una connotación social.

En ese sentido, una educación para la emancipación debe partir de una conciencia crítica, es decir, de una razón que se juzga a sí misma y trata de involucrar elementos humanos que la racionalidad instrumental había desplazado del “horizonte de lo racional”, así como de una conciencia Anamnética, que Adorno expone como “principio de Vergüenza” (1998, p.113). Para evitar que estos eventos atroces de la primera mitad del siglo XX no se repitan, la propuesta de Adorno es la de una “pedagogía negativa” (1984), es decir, que parta de varias relecturas de la historia para denunciar, sí los hechos violentos y a quienes los hicieron, pero al mismo tiempo para concientizar a las generaciones futuras de la fragilidad de nuestra condición, ya que todos somos potencialmente “Bárbaros”, aun cuando creamos que actuamos en virtud del “bien común” (Adorno,1998, p.105).

Todos somos potencialmente Bárbaros porque vivimos en este sistema fundado en la lógica de la reproductividad, efectividad, el exitismo y la búsqueda del reconocimiento, atributos que de forma inconsciente todos buscamos a tal punto que renunciamos al pensamiento humanista-dignificante (Horkheimer & Adorno, 1998, p.76) y nos denigramos por un poco de este artificio sistemático, dejando de lado el pensamiento individual para encajar este engranaje impersonal e incluso me atrevería a decir en esta fábrica de muerte  sistemática. Muerte que difícilmente se volverá a mirar con compasión y empatía.

Adorno dice que la Barbarie es el uso de la fuerza física sin ser guiada por una razón humanizaste, y que la violencia puede identificarse con la barbarie cuando aun existiendo este tipo de racionalidad cuando a esto se le agrega coerción o sometimiento (1998, p.105). La confianza que Adorno tienen en el Psicoanálisis sale a relucir cuando habla de la teoría de la sublimación, cómo esta educación para la emancipación  y abolición de la barbarie debe encausar esta fuerza destructiva —Necrofilia— a una fuerza  socialmente constructiva  y antropógena —Biofílica— ( Rivas, 2016) Teniendo en cuenta que debe aplicarse comenzando con los más pequeños.

La lectura de ambos apartados pareciese que nos dejan un mal sabor de boca y una tremenda cefalea, al finalizar el ensayo “Educación para la emancipación”, donde esta mayoría de edad o autonomía en un mundo donde nos han hecho estúpidamente dependientes y este mundo utópico donde la barbarie se encausa hacia el rechazo de sí misma parecieran imposibles, quizá el único modo de apelar a este pesimismo justificado es 1. Reconocer la naturaleza de la educación como elemento emancipador y utópico 2. Apelar a la aporía de la esperanza —no metafísica— (Fromm,1970, pp. 21-26). Es decir, si podemos sumarnos a este proyecto de una educación “para la contradicción y la resistencia”, nosotros como educadores debemos tener fe en la formación de nuestros estudiantes (Pérez, 2014) antes que someterlos a “ser entidades emancipadas”, lo cual simplemente reproducirá la mitificación de este proyecto. Visible en estos tiempos nada optimistas en donde las fábricas de muerte y fosas clandestinas son de nueva cuenta testimonios de esta capacidad de olvido activa, pero la situación puede mejorar si los educadores no sumamos engranes a esta máquina de muerte, verdugos y capos, a estos campos de exterminio, si tenemos esperanza en lo inesperable, en lo desconocido.

 

 

 

Bibliografía.

Adorno, T. W. (1984). Dialéctica negativa, Taurus, Madrid.

—————— (1998). Educación para la emancipación, Moratá, Madrid.

Fromm, E. (1970). La revolución de la esperanza, FCE, México.

Horkheimer, M. Adorno, T. W. (1998). Dialéctica de la Ilustración. Fragmentos filosóficos, Trotta, Madrid.

Kant, I (2004). Filosofía de la historia. Qué es la Ilustración, Terramar, Buenos Aires.

Rivas García, R. M. (2008), “Metáfora y mentira. Aproximación al concepto de cultura en Nietzsche”, Intersticios. Año: 12, no. 28, Enero-Junio, Universidad Intercontinental, México, pp. 17-30.  

————————-(2013). Ensayos críticos sobre la posmodernidad. La crisis del sentido de la vida y la historia, Universidad Intercontinental, México

————————-(2016). “Erich Fromm: Bases para una antropología paradójica y una ética negativa”, En-Claves del pensamiento. Año: VII, no. 14, Julio-Diciembre, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, México, pp. 103-122. 

Pérez Tapias, J. A (2004). “La educación entre la memoria y la esperanza”, Educere: Revista Venezolana de Educación. Año: 8, no. 27, Octubre-Diciembre, Venezuela,.

 

[1] Licenciado en Filosofía por el Instituto Cultural Leonés (seminario Diocesano de León) en la ciudad de León, Guanajuato; Mex. Candidato al grado de Maestro en el Programa (PNC- CONACyT) Desarrollo Docente en la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guanajuato. Jm.hernandezvaltierra@ugto.mx

 

 

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