Y gracias a la mujer el mexicano se aceptó

Por Manuela Herazo Martínez[1]

En el presente ensayo se pretende abordar y analizar de forma breve una de las obras base de la cuentística mexicana, La culpa es de los tlaxcaltecas, no de forma integral sino concentrándose en uno de sus aspectos literarios, la narración, partiendo de su representación como uno de los textos primordiales al hablar de la novela moderna mexicana.

En ese sentido, el objeto de este trabajo es demostrar la construcción de la idea de aceptación del mestizaje a través de los tiempos narrativos. Para ello es que se analizarán fragmentos del propio cuento desarrollando el breve estudio a través de dos ideas específicas: la alternancia de un tiempo diegético que va proponiendo la idea del mestizaje, de la mezcla; y por otro lado la concepción del personaje principal como ese puente o símbolo de enlace entre la temporalidad.

Hablar de estas estrategias narrativas que se alejan de la linealidad, ya sea horizontal o vertical, y evocar más bien un recorrido similar al de un sube y baja, es justo uno de tantos elementos que irrumpieron en la narrativa tradicional, bajo los cuales los representantes de la novela moderna concibieron una nueva forma de contar historias, alejando el foco de la Historia socio-cultural concediéndole un papel circunstancial, y dirigiendo el reflector a la construcción individual de personajes complejos.

Bajo esa tesitura es importante referirse, también de forma breve, a la autora del cuento materia de este ensayo.

Elena Garro nace el 11 de diciembre de 1916 en Puebla, Puebla, y fallece el 22 de agosto de 1998 en Cuernavaca, Morelos; es una de las escritoras más importantes de la Literatura mexicana, justo por lo novedoso no solo de las historias que construye, sino por la forma en que decidió contarlas, provocando que los lectores salieran de esa zona de confort que la tradicional narrativa revolucionaria y postrevolucionaria habían fomentado durante años.

Es interesante incluso la referencia que Diana del Ángel hace de la propia Elena Garro “La envergadura de su labor literaria es tal que algunos escritores afirman que, después de Sor Juana Inés de la Cruz, es la mejor escritora de México”.

La mezcla de tiempos en la diégesis sugiere la conveniencia de una idea general del mestizaje

De forma estructural, la historia es presentada a través de tres encuentros entre Laura (quien estaría representando la evidencia del presente) y su primo-marido (quien es la evidencia del pasado).

Sobre estos encuentros, aunque en apariencia se presentan en orden, es fundamental notar cómo no existe una línea que divida formal y materialmente el encuentro entre el tiempo pasado y el presente, siempre hay un desdibujamiento o una especie de visión difusa

Cuando pasó un coche lleno de turistas, ella se fue al pueblo a buscar un mecánico y yo me quedé en la mitad del puente blanco que atraviesa el lago […] Luego la luz se partió en varios pedazos hasta convertirse en miles de puntitos y empezó a girar hasta que se quedó fija como un retrato. El tiempo había dado la vuelta completa. […] Así llegué en el lago de Cuitzeo hasta la otra niña que fui (Garro 4-5).

En este fragmento se advierte cómo el tiempo pasado irrumpe en el presente, no hay ni siquiera un cambio en el que Laura traspase un portal o que indique una transición clara de un tiempo a otro, estos simplemente se mezclan para mostrar cómo el personaje de Laura se encontraba en un tiempo y de inmediato el pasado sale a su encuentro “Antes de que pudiera evitarlo lo tuve frente a mis ojos. Se detuvo, se cogió de la portezuela del coche y me miró” (Garro 7).

Incluso en esta última cita, el tiempo se sigue presentando tan difuso que el lector podría percibir como si ese encuentro ocurre en el presente, no obstante, es justo unas líneas más adelante cuando se advierte que Laura ha regresado al pasado, que su primo-marido pertenece a ese pasado que se encuentra con el presente.

Con este desdibujamiento temporal narrativo, es que se aprecia una fluidez en el discurso, pues aún sin identificar exactamente en qué tiempos están transcurriendo los eventos, no se muestra una narración accidentada, lo que hace presuponer que todo ocurre aún en un mismo espacio temporal.

Esta idea de fluidez en el encuentro entre el pasado y el presente, es justo lo que permite admitir con naturalidad la idea de mezclas, con lo que puede también advertirse que a través de la incorporación de un elemento narrativo novedoso en la literatura, pareciera que la autora pretende demostrar la conveniencia en aceptar la idea del mestizaje como algo que, igual que su narrativa, se incorporó de forma natural en la vida del mexicano, siendo su origen histórico y hasta maravilloso, sin concentrarse en el origen de esa mezcla de razas, sino en el resultado cultural que trajo como consecuencia.

Laura como el símbolo que representa la reconciliación entre el pasado y el presente

El personaje de Laura no solo representa la voz que va contando esos encuentros entre el pasado y el presente, erigiéndose como el testigo de los acontecimientos, sino que, al mostrar la naturalidad de la mezcla de los tiempos, como analogía de la propia naturalidad del mestizaje, permite pensar en la existencia de un vínculo tanto entre los extremos temporales, como entre las razas: la indígena conquistada y la blanca conquistadora.

Otro de los aspectos importantes con esta nueva propuesta narrativa de Elena Garro, es pensar en esta atracción constante entre el pasado y el presente, en esa necesidad de encuentros constantes hasta dejar saldada la culpa que aqueja al presente con el pasado, y que siempre los había mantenido separados.

A lo largo de todo el cuento, el personaje de Laura comparte esa sensación de culpa histórica por su constante huida del pasado, por visualizarse a sí misma como una traidora ente el abandono constante a su primo-marido y en esta huida pensar en la actitud del mexicano de renegar de su raíz, de su origen mestizo; por ello es que parte de la importancia del personaje de Laura consiste en estos regresos constantes que hace al pasado, pues al percibir su traición como el abandono a su primo-marido, busca el perdón precisamente regresando al pasado, regresando al lado del indio “Te estaba esperando- contesté” (Garro 42), en esta espera consciente que se da precisamente en el tercer encuentro, y aunque huye de nueva cuenta, lo hace con la consciencia de que ambos tiempos están por unirse definitivamente.

Estas idas y venidas de Laura entre el pasado y el presente, sin advertir una línea divisoria, son lo que permite pensar en la función del personaje como el vínculo o puente entre ambos tiempos, y así, al final, conformar un mismo tiempo, esa unión que representa la reconciliación y aceptación con el pasado, precisamente por esta superposición entre ambos tiempos, donde se mezclan más entre sí, incorporando elementos del pasado en el presente, como ocurre con los coyotes que llegan del pasado:

—Malditos animales, los hubieras visto hoy en la tarde— dijo

[…]

—Si nunca los temió, ¿por qué había de temerlos esta noche— preguntó Laura molesta (Garro 49)

Esta nueva incursión del pasado en el presente, pero en la que una vez más hay una mezcla en la que no se distingue uno de otro, representa también la idea de aceptación con lo que ocurrió, dejando de percibirse como una traidora y reconciliando lo que es con lo que fue, es decir, la aceptación de su pasado, de sus raíces con aquello en lo que se convirtió.

A través de los argumentos expuestos a lo largo de este trabajo, se ha hecho énfasis en lo novedoso de la narración propuesta por Elena Garro en este cuento; pues estando acostumbrados a una tradición literaria en la que se respetaba y seguía determinada estructura lineal a la hora de contar una historia con un principio, un desarrollo y un final perfectamente identificable, estos escritores rompen con ese tradicionalismo narrativo.

En este juego de espacios, construcción de personajes y niveles narrativos, lo primero que llama la atención en este cuento es la técnica de formación de éste, con el intercambio constante de voces. Pero lo más importante para el presente ensayo es el paseo narrativo-temporal de la historia donde se juega con el presente y el pasado mezclándolos constantemente sin identificar con exactitud la presencia de analepsis, como podría fácilmente percibirse en otras narraciones.

Esta misma técnica narrativa es la que provoca el entusiasmo y la incertidumbre en el lector para poner un especial interés en aquello de lo que la escritora quiere hablarnos: la aceptación del mestizaje como un proceso natural en la construcción de la identidad mexicana, y con esta aceptación, la propia reconciliación con el pasado; de ahí este juego constante en la historia del personaje principal, Laura, que se encuentra justo entre el pasado y el presente, pero no atravesándolo de forma horizontal, sino en una circularidad temporal que insiste tanto en la regresión al pasado pero borrando los límites, mezclando ambos tiempos y concluyendo en lo inevitable: la unión de tiempos (reconciliación con el pasado) y la unión de las razas (aceptación del mestizaje).

Así pues, puede concluirse que a esta innovadora forma de narrar historias por parte de Elena Garro puede agregársele el hecho de llamar la atención sobre temas específicos que habían sido abordados desde la masculinidad. Pero que, en este punto, invitan además a la reflexión y necesidad de aceptación del origen de la identidad cultural, alejándose del discurso misógino y evidenciando la absoluta inocencia histórica de la mujer al asumir la responsabilidad social del pueblo mexicano.

 

 

 

Bibliografía.

Del Ángel, Diana. “Elena Garro”. Enciclopedia de la literatura en México. Fundación para las letras mexicanas. 05 dic 2017. Web. 04 jun 2022 ( http://www.elem.mx/autor/datos/421)

Garro, Elena. “La culpa es de los tlaxcaltecas”. Cuentos completos. Ciudad de México: Penguin Random House, 2016. Ebook.

Pimentel, Luz Aurora. El relato en perspectiva, estudio de teoría narrativa. Distrito Federal: Siglo XXI Editores, 1998. Impreso.

 

 

[1] Manuela Herazo Martínez. Abogada y escritora, en mi amor a las letras he descubierto nuevos géneros comenzando un romance apasionado con la ciencia ficción. He colaborado y publicado algunos ensayos y cuentos en diversos espacios digitales como Especulativas, Círculo literario de mujeres, Lunáticas, Trepanación e Iguales revista. Mi primer poemario “Retazos” se encuentra disponible en Amazon. Y mi más reciente publicación es el cuento “Tancredi” en la antología de cuentos de ciencia ficción “Nosotras” organizada por la colectiva Especulativas. Tengo espacios de difusión de lectura en voz alta en twitter e Instagram, así como un podcast “Los Tecolotes de Teté”. También soy integrante del Comité de Matriarcadia, organizadoras del Primer Premio Nacional para Mujeres Cuentistas de Ciencia Ficción 2022 “Imaginarias Premio”.

 

 

Publicado en Literatura y etiquetado , , .

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *