Yaredh Marín Vázquez (1987, Ciudad de México). Aprendiz de persona repleta de contradicciones. Mujer materialidad de carne política. Exploradora de la maternidad con una cómplice genial. Amante de la música y la escritura. Enamorada de las letras. Antropóloga según los títulos.
I
11 de septiembre de 2018
Mirar tus ojos cansados, profundos, llenos de ternura.
Recibir tu mirada de vuelta.
Mirarme en tus ojos y perderme en la espesura de tu barba,
hierba revuelta por el viento.
El contorno de mi silueta en tus ojos. El contorno de tus ojos en mi piel.
Tus manos grandes, pesadas, suaves, tiernas.
Tus manos sobre mis manos sobre mi respiración.
Tu abrazo me acorazona del mundo.
Descanso sublime,
profundo.
Quedo desarmada no tengo ante qué armarme.
Pies de coloso griego tallado en piedra. Pies impasibles ante el tiempo.
A tu lado planto los míos. Me enraízo firme fiera amorosa.
Sumergida en ti una corriente eléctrica recorre mis vertebras.
Me hundo en ti, en tu hierba espesa movida por el viento.
El tiempo y su cadencia se me mete por los poros.
Tus besos me cobijan, cielo estrellado sobre la tierra.
¿Qué es esta necedad de seguir sin estar juntos?
Humo y viento responden: lo están.
II
19 de junio de 2019
Azul
Palidece el silencio ante tu sonrisa
Azul
Palidezco yo ante tu recuerdo
Azul
Tu delgadez y tu mirada, temblores en mi aliento
Azul
¿Cómo se construye la distancia?
Azul
Bebo de tu ausencia
Azul
Tus raíces expandidas en mis pulmones
Azul
Río que suena sin llevar agua
Azul
Imagina que te beso y por un instante me fundo en ti
Azul
Hilvano fantasías y recuerdos
(¿acaso no son lo mismo?)
para construir nuestra historia
Azul
Abrázame, abrásame… se fuego y lluvia en mi
Azul
Nada como el siempre, nada como el nunca
III
8 de enero 2020
Gratia éter catalizador.
Cuerpo leuk del sendero que tránsito hacia mis propios adentros.
Viajera de mi propia intimidad.
Intentio benévola Sea contigo la fuerza fecunda que a mi acción corresponde.[1]
Gratia éter catalizador
G e r m i n o e n m í. G e r m i n o e n m í. G e r m i n o e n m í.
Orare frente a mi propio cuerpo. A gritos me llamo,
vocifero para convocarme.
Sacer ego
Fuerza fecunda. Rumpere de piedra y miedo.
Gratia éter catalizador de mi propio yo.
Te honro.
Presencia heurística en mí.
Cuerpo leuk. Cuerpo luna. Frío que alumbra.
La gracia mare contigo.
IV
28 de julio de 2021
Cuerpo salado que acaricia con fuerza la piel de las rocas.
Vapor, nube y lluvia, ciclicidad in-finita.
¿En qué te conviertes este año?
En vapor, en nube, en lluvia…
Que el mar, útero del mundo, te abrace.
Seas en compañía de peces y algas.
Seas en compañía de arena y espuma.
Seas en compañía de cielo y estrellas.
Las notas más dulces suenen en tus oídos,
como sal para la sazón de tu alegría.
La espuma de las olas te enjuague el corazón
y le saque brillo a tu sonrisa.
V
22 de septiembre de 2021
A veces se nos olvida que el mundo duele.
Andamos montadas sobre nuestras carnes,
sobre nuestros huesos.
Parece que los pasos que damos ni siquiera tocarán el suelo,
qué la mugre no nos ensucia.
A veces se nos olvida que el mundo duele.
Se nos olvida que huele a sangre, a mierda.
Perdemos el olfato como un acto de sobrevivencia.
Porque si no, daríamos cuenta que el olor fétido no es tan lejano,
qué viene debajo de la cama.
A veces se nos olvida que el mundo duele.
Miramos como quien no mira.
No queremos mirar a la otra,
no queremos mirar al otro,
no queremos mirar al otre.
No sabemos qué hacer con el dolor ajeno, ni con el propio…
A veces se nos olvida que el mundo duele.
Anestesiamos el gusto, porque lamer una y otra vez heridas que no sanan…
Violencia, pobreza, persecución, silencios, lágrimas.
¿Qué se hace con todo eso?
A veces se nos olvida que el mundo duele.
Ponemos un ruido blanco, blanco, blanco, blanco…
No se escucha nada, no se escucha a nadie,
no pasa nada, nada.
¿Podrían culparnos por querer escapar del dolor?
Pienso en el cobicho como metáfora del dolor…
Como necesidad de distancia, que al mismo tiempo
se manifiesta en necesidad del tacto.
Una fiebre invade el cuerpo,
¡quémalo todo! ¡quémalo todo! ¡quémalo todo! T O D O …
Perder el olor, perder el sabor, perder el dolor….
A veces se nos olvida que el mundo duele.
Será más apropiado decir
queremos olvidar que el mundo duele.
Duele, duele encabronadamente, duele hasta la cuenca de los ojos.
¡Qué duela todo! Qué te queme por dentro.
Qué nos recuerde que olvidar que duele es un privilegio.
Que duela, que duela todo entonces.
Que se queme la fantasía del individuo que solo lo puede todo.
[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Leyes_de_Newton en referencia la tercera ley de newton