Espacios neurales: la de-construcción humana

Por Verónica Ethel Rocha Martínez

En este artículo se propone una categoría de análisis que permite comprender la importancia de los procesos cognitivos en la mente, se consideran así la totalidad de capacidades a partir de las cuáles el ser humano interactúa e interpreta su realidad.

Los espacios neurales son eventos complejos que ocurren en la mente humana a partir de los cuales el ser humano se reconoce y da sentido a su vida. Se hace necesario en el marco de la investigación del cerebro en acción y los avances en neuro tecnologías distinguir la relevancia de estos espacios en la vida cotidiana de las personas pues acontecen constantemente para dotar de comprensión y sentido a quien constantemente recrea su trayectoria.

En efecto, es a partir de una historia única, capacidades, interpretaciones, coyunturas, reflexiones, desacuerdos, afirmaciones, contradicciones, apreciaciones, emociones, de un bagaje cultural, político, ético que nuestros actos acontecen en el espacio tiempo. Se trata de tipificar a todos estos procesos como espacios o momentos a partir de los cuales se genera la identidad, es decir, la forma en que un sujeto se reconoce y diferencia de otros.

Consideremos por un instante lo que en este momento somos, lo que podemos decir de nosotros mismos… en un breve espacio de tiempo la respuesta a esta interrogante surge en un relato interno; he aquí un proceso complejo de toma de sentido que constituye un espacio neural.

Por otro lado, llamamos cognición, de acuerdo a la definición de Neisser de 1967 (Citado en Lupon, Torrens y Quevedo, 2012) a una serie de procesos a partir de los cuales la información del entorno se transforma, esto es, se sintetiza, elabora, utiliza, almacena o recuerda. Para Jean Piaget la forma en que el ser humano transforma sus estructuras cognitivas le llevó a entender cómo se reorganiza la información a partir de procesos que se hacen más complejos conforme un ser humano se desarrolla.

El ser, el no ser, la autorreflexión y aquello que de los otros se dice, constituyen un diálogo íntimo a partir del cual advertimos nuestras inconsistencias, desafíos, desacuerdos, alegrías y penas, capacidades e incapacidades para afrontar la vida; por tanto, el posicionamiento ante estos sucesos nos lleva invariablemente a momentos de comprensión, reconocimiento y acción.

No solo procesamos información, ésta es una de las múltiples funciones de nuestra mente; el relato de lo que somos y pensamos de nosotros mismos, nuestros miedos, las ideas morales, políticas y juicios forman una red compleja de sentido que nos deconstruye una y otra vez.

Lo que un ser humano hace cuando se cuestiona desde la postura de una persona flexible es dudar constantemente de las categorías a partir de las cuales comprende el mundo, nuestro devenir es ese, reflexionar e interrogar la praxis y sus consecuencias.

Todos estos también son espacios neurales y son tan necesarios como el agua o el alimento, pero se encuentran en riesgo ante la posibilidad de una transgresión neural cuya finalidad sea exhibir la intimidad de estos relatos. Tal acto es inhumano y representa un riesgo, dado que la idea de exhibir a las personas y juzgarlas u hostigarlas por aquello que piensan debe ser considerado un acto punible, pues deviene en graves consecuencias en la convivencia social.

Tal escenario implica también la privación de la libertad, ya que particularmente afecta el libre pensamiento y albedrío. Otra de las consecuencias es que causa daño moral y éste es irreparable, conlleva la pérdida de derechos y, por tanto, la imposibilidad de una vida digna y plena.

Si el relato neural de una persona se convirtiera en un producto intangible al alcance de cualquier persona, empresa u organización, el destino de la humanidad correría peligro, pues este poder sobre otro ser humano, vulnerado, indefenso, sin capacidad para librarse de este hackeo, podría significar bajo argumentos supremacistas la vuelta del fascismo, de la tortura, del exterminio de seres humanos por el simple hecho de no corresponder a una ideología hegemónica.

Es un derecho vivir libre de transgresión neural y no existe justificación para este tipo de ejercicio de poder, quien lo comete realiza un acto de barbarie en una época capaz de deslumbrarnos con su magia tecnológica. Tal paradoja, nos insta a pensar en la distancia entre lo que la mente humana genera y la capacidad moral mermada de quien tiene el poder tecnológico para someter a otros a partir de neurosensores, neurotrasmisores, chips neurales, o cualquier otro aditamento.

La transgresión neural implica también necesariamente la ausencia de capacidades morales en los profesionales de la salud que sin consentimiento expreso de las personas implanten en ellas tecnologías de este tipo; aunado a ello, ante escenarios de extremo machismo, de corrupción, de mecenazgos, estos actos pueden constituir venganzas misóginas y gremiales.

Y debido a que podrían dirigirse a las mujeres y a sus familias se hace necesario y urgente posicionar la perspectiva de género en la enseñanza y en la práctica profesional.

Ser humano implica asumir reflexivamente cada aporte tecnológico para, con veracidad y de manera responsable, establecer el daño que podría causarnos, no debemos soslayar que debido a la precariedad en algunas regiones del planeta, la prueba de chips neurales en personas podría ya estar sucediendo.

La coerción es una de las causas por las cuales estos actos podrían callarse, las cuestiones constitucionales que estos avances implican deben abrir un diálogo respetuoso en torno a los neuroderechos.

Por otro lado, el fanatismo religioso que no se ha erradicado en las sociedades nos condena a un mundo desigual, en contraste las sociedades requieren avances constitucionales progresistas que abran a debate temas tan delicados como el aquí expuesto, es por ello que quienes podrían exhibir y someter a otros a este tipo de daño se ubican en las corrientes políticas de supremacía y con ello condenan a la humanidad a un retroceso.

 

 

 

Referencias.

Lupon, M; Torrents, A. y Quevedo, Ll. (2012) Tema 4. Procesos cognitivos básicos. En Apuntes de psicología en atención visual. [Tesis] Universitát Politecnica de Catalunya

 

 

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