Por Bianka Verduzco
El contexto de pandemia que se vive a nivel mundial ha dejado ver aquellos secretos familiares que tanto incomodan, y no es de extrañarse que la violencia en los hogares se haya hecho aún más notable. Así, el aumento de violaciones a menores, las llamadas para denunciar violencia doméstica no son otra cosa que violencia contras las mujeres por el hecho de ser mujer. Es en este contexto donde aumenta la vulnerabilidad de las mujeres al tener que mantenerse las 24 horas del día con su agresor, en mi caso, por defender a mi madre de los abusos y maltratos de mi padre me terminaron despojando de mi hogar, por ejemplo.
Frente a esto, las mismas mujeres han respondido creando redes de apoyo, desde líneas telefónicas para denunciar agresiones o recibir apoyo psicológico, hasta la creación de marchas virtuales en apoyo a alguna causa. Otras redes que han estado presentes son las redes de acompañamiento de aborto seguro, a las que acuden miles de mujeres en busca de información para realizarse un aborto seguro. Estas redes están integradas por mujeres organizadas en colectivas, que de forma anónima o no, otorgan información y acompañamiento virtual a las mujeres que buscan practicarse un aborto seguro en casa.
Si bien el tema del aborto y la violencia son los ejes transversales más recurrentes para las mujeres durante la contingencia, parece ser que el coronavirus sólo vino a traer lo peor de el sexo masculino. Incluso, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador declara que el 90 % de las llamadas de las mujeres que denuncian violencia en el hogar son falsas no queda duda de que en México vivimos en un Estado donde impera la misoginia y el machismo.
En cuanto al tema del aborto, éste es un tópico que ha permanecido en un debate constante, en el estado de Baja California, por ejemplo, se vive un contexto legal restrictivo, ya que el Código penal estatal promulga que aborto es en cualquier momento de la preñez. Dicha ley perjudica la vida de las mujeres y su derecho a decidir sobre su propio cuerpo, pues en Baja California puedes estar hasta 5 años en prisión acusada del delito de aborto, convirtiendo a este estado en el segundo con más mujeres encarceladas bajo dicha acusación.
En este contexto restrictivo, las mujeres tenían dos opciones, aquellas con VISA pueden cruzar al “otro lado” para practicarse un aborto en alguna clínica de San Diego, mientras que las que no cuentan con ella pueden utilizar protocolos para abortar de forma segura en casa con el apoyo de alguna red de acompañamiento. Pero la pandemia trajo consigo histeria, desabasto de alimentos y artículos de higiene, el cierre de la frontera y el confinamiento de las mujeres, reduciendo aún más las opciones o complicando la toma de decisiones al respecto.
Aunado a esto, la ONU, en uno de sus informes, expresó que la mayoría de las mujeres no tendrían acceso a anticonceptivos durante el confinamiento, provocando a nivel mundial por lo menos 15 millones de embarazos no deseados. Ante esta problemática, las colectivas de aborto seguro se miran abarrotadas, pricipalmente entre los meses de abril y mayo de 2020. Mientras las acompañantes pueden verse saturadas de casos de mujeres que buscan la opción de abortar de forma segura y rápida en casa, éste es un servicio que el sistema de salud pública les está negando ya sea por las leyes o por el alto número de contagiados que se atienden en diversos hospitales.
Es por ello que, ahora más que nunca, las redes de acompañamiento son necesarias, esas mujeres anónimas dan una opción, el acceso a un servicio -que debiera ser un derecho humano, pero estamos ante un contexto de neoliberalismo y mercantilización- que el Estado está negando. Por ello, la necesidad de analizar una posible separación entre el aborto y la ley es imperante. Pues, sin duda, en este contexto de pandemia son aún más visibles las necesidades de las mujeres, lo que nos permite observar cómo el aborto es un tema social, político y de salud pública, del que mujeres, de manera autónoma y autorganizadas, se están haciendo cargo, sin que el Estado les dé ningún reconocimiento.
La contingencia es un recordatorio de la fragilidad del orden social, las desigualdades son más visibles, las violencias más severas, y el Estado hace oídos sordos, pero algo que está mostrando es que las mujeres abortan aún en pandemia, sin necesidad de acudir al hospital, siguiendo un protocolo de aborto seguro en casa, con el uso de pastillas de misoprostol. Las mujeres demuestran que sin importar el contexto y la ley que las atraviesa las mujeres abortamos y abortaremos.
Si necesitas abortar puedes escribir a las página Bloodys y Projects en Facebook, entre otras, aquí se brinda información y acompañamiento a mujeres que deseen interrumpir su embarazo.
Referencias
https://www.eluniversal.com.mx/nacion/falsas-90-de-llamadas-911-por-violencia-contra-mujeres-amlo
https://news.un.org/es/story/2020/04/1473572
https://criminalizacionporaborto.gire.org.mx/assets/pdf/Maternidad_o_castigo.pdf