Si quieres vivir, no debes conducir

“Arabia Saudita, donde manejar un vehículo era un delito para las mujeres”

Por Sofía Rangel Ramírez

¿Qué pasaría si no tuvieras permitido conducir?, ¿Cómo podrías trasladarte a distintos sitios para efectuar actividades cotidianas?, y si se presentara una emergencia, ¿qué harías?

Manal Al Sharif no solo fue detenida por el delito de manejar un automóvil, también influyó que publicara un video en Internet sobre ello y motivara a otras mujeres a no quedarse atrás. Para así representar un poco de la discriminación que sufren las mujeres día a día en Arabia Saudita.

¿Cuándo y por qué surge esta ley?

La ley que prohibía a las mujeres conducir, y originó un daño a su libertad y dignidad, fue emitida en 1932, hace más de 80 años, cuando se fundó el Estado Saudí.

La delgada línea que divide la discriminación que sufren hombres y mujeres se basa en la aplicación de la “purdah”, un conjunto de prácticas falócratas que pretenden proteger el honor de la mujer. Sin embargo, de acuerdo con el informe de Derechos Humanos de Amnistía Internacional (2009), la situación de la mujer ignora por completo la existencia de los derechos humanos debido a que impedía que ellas pudieran viajar o trabajar, salvo que poseyeran la autorización o el consentimiento de algún hombre.

De esta manera, conducir estaba estrictamente negado porque era considerado como un acto inseguro. No obstante, lo que desconcierta es que esta declaración fue proclamada por una Comisión conocida como impulsora de la virtud y auxiliar para prevenir vicios.

Por tanto, para desplazarse por la ciudad, las mujeres debían hacerlo en taxi o contratar un chófer que las transporte. Inclusive, si surgía una emergencia y no había un hombre disponible, son los niños quienes, sin ningún conocimiento previo, debían conducir los automóviles de sus padres, significando un riesgo para sus vidas.

El inicio (de los movimientos) …

Como se mencionó previamente, las mujeres de Arabia Saudita conllevan una severa segregación, a raíz de ello fue que emergió la campaña “Women2drive” (Mujeres al volante). Se trata de un movimiento pacífico en el cual las mujeres filman un video de ellas conduciendo y los hacen públicos en la web, con el objetivo de recibir el derecho a conducir. Una de las mujeres participantes fue Manal Al Sharif, quien difundió un video de ello en la plataforma YouTube.

¿Quién es Manal Al Sharif?

Manal, de 38 años, divorciada y madre de 2 hijos, estudió Ingeniería Informática y trabajó en la empresa estatal de petróleo como consultora de seguridad; de donde ella mención, el entorno también carecía de equidad: “No había igualdad entre hombres y mujeres. Nosotras no podíamos utilizar los alojamientos de la empresa, ni los autobuses de empleados, ni estudiar en el extranjero”. En la actualidad, es una activista por los derechos femeninos y se dedica a la escritura.

“Conducir es sólo una de las prohibiciones que sufrimos las mujeres saudíes. No es la más grave, pero es un símbolo porque cuando las mujeres tengamos derecho a conducir será porque el sistema de tutela se está quebrando.”

El video de Manal…

El 21 de mayo de 2011, acompañada de su hermano Muhammad Al Sharif, Manal transmitió un video en el cual se podía observar cómo ella conducía un automóvil. Inmediatamente ambos fueron detenidos por las autoridades, y aunque a las pocas horas los liberaron, la condición de ello implicó que firmaran una serie de contratos en los que Manal se comprometía a nunca más conducir. Empero, durante la madrugada del día siguiente, nuevamente fueron arrestados e interpelados; Muhammad salió al instante, pero Manal fue trasladada a una prisión de mujeres en Dammam. Permaneció cerca de dos semanas en aquel sitio hasta ser puesta en libertad con la restricción de que no podía reiterar el acto y evitar conversar con los medios acerca del tema. Poco tiempo después, desestimando el acuerdo, Manal escribió un libro titulado Daring to Drive: A Saudi Woman´s Awakening.

Todavía cabe señalar que Manal no fue la única que se enfrentó a la injusticia; Shayma Ghassaniya fue condenada a recibir diez latigazos por quebrantar la ley que las vetaba conducir libremente.

La exigencia de manejar un vehículo partió del deseo de sentirse más eficientes sin la necesidad de depender de un hombre, y así alcanzar la libertad que ellas, como seres humanos, se merecen.

“Manejé con la esperanza de liberar a las mujeres de la sociedad de Arabia Saudita. Manejé con la esperanza de que mi hijo pudiera conocer una mejor vida.”

¿Qué esperar para el futuro de las mujeres en Arabia Saudita?

El 26 de septiembre de 2017, el monarca de Arabia Saudita, Salman bin Abdelaziz, ordenó emitir permisos de conducir para las mujeres. La agencia oficial de noticias saudí informó que la orden entró en vigor en junio de 2018.

Asimismo, el monarca estableció un comité formado por los Ministerios de Interior, Hacienda, Trabajo y Desarrollo Social que estudiará cómo aplicar la directiva del rey y homologar la ley de tráfico para que incluya a las mujeres «con igualdad» respecto a los hombres.

La agencia explicó que la decisión fue tomada después de que la mayoría de los miembros de la Autoridad de los Ulemas del reino, con base a «las garantías de la ‘sharía’ (ley islámica) para evitar los problemas», accedieron a que las mujeres conduzcan.

De igual forma, la orden se basa en «las consecuencias negativas de no permitir a la mujer conducir un vehículo y las previsibles ventajas de permitirle hacerlo”, de acuerdo con La Agencia Oficial de Noticias Saudí. Siendo una pequeña mejora para las mujeres saudíes que, aun así, en el presente, continúan sujetas a un sistema de tutoría por parte del hombre.

Si bien este suceso no es reciente, no significa que deba ser olvidado. Es importante advertir sobre lo que han enfrentado las mujeres a lo largo de los años, no solo en Arabia Saudí, para poder erradicarlos; ya que esta clase de problemas se manifiestan por una falta de ética.

Se podría decir que, como ser humano, se tiene la obligación de intentar lograr un crecimiento personal que permita adquirir el compromiso con uno mismo de siempre querer mejorar. Con el fin de aprender a tomar decisiones íntimas y libres que no repercutan en una limitación para los demás.

En otras palabras, es responsabilidad propia establecer normas en el interior para reflexionar sobre lo que es correcto o incorrecto y de tal manera ser capaz de respetarse y quererse a sí mismo; porque el bien surge cuando uno es consciente de ello. Pero hasta que eso suceda, ¿por qué alguien más debe recibir el trato injusto? Esto es lo que acaece con algunos hombres desde tiempos remotos, han dudado de su potencial e, invadidos por el miedo, optan por controlar a las mujeres porque saben que ellas son aptas de dirigir el mundo del mismo modo. Por consiguiente, es fundamental comprender que de la valentía nace la bondad y del miedo la maldad.

 

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