El salón de clases, un espacio de conocimiento

Por Saúl Pérez Sandoval[1]

  

Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción.
Paulo Freire
Amenizar la enseñanza con la hermosa palabra, con la anécdota oportuna, y la relación de cada conocimiento con la vida.
Gabriela Mistral
Un profesor deja una huella para la eternidad; nunca puede decir cuándo se detiene su influencia.
Henry Adams

 

Antes de comenzar con estas reflexiones, quiero dar un especial agradecimiento a los profesores que se esfuerzan por hacer que los alumnos puedan aprender y cuestionar, que puedan seguir su camino en la búsqueda de la sabiduría. En mi caso, algunos profesores, de forma directa o indirecta, me han dejado múltiples enseñanzas que me han permitido darle un sentido a mi vida y construir mis propias ideas. Muchas gracias por su esfuerzo y dedicación en las clases.

 

A lo largo de nuestra vida vamos pasando por diferentes espacios o lugares, desde la familia, el círculo de amigos o algún grupo deportivo, por poner algunos ejemplos. Pero es en el salón de clases en dónde nos nutrimos y aprendemos a cuestionar nuestras prácticas y pensamientos. Aprendemos a desideologizar lo aprendido y a seguir asombrándonos cuando aprendemos algo nuevo.

 

El problema de la educación

El problema de la educación, tal y como la entendemos en nuestro país, es que tiende a hacer alumnos psicológicamente dependientes de la orientación del profesor. Tenemos alumnos más o menos activos y más o menos pasivos. Sin embargo, podemos afirmar que a la gran mayoría de ellos, a la hora de pensar por sí mismos, la tarea se les vuelve inconmensurable y casi imposible (…) Así pues, tenemos que hacer de ellos (y en el fondo no es más que recuperar el ideal ilustrado) individuos lo suficientemente críticos como para terminar siendo capaces de pasar de nuestro magisterio.
Francisco Castro

 

El salón siempre estará acompañado con un docente que será el guía del grupo, aunque no en todos los casos es así, en ocasiones nos encontramos con malas experiencias en nuestro paso por el sistema educativo, desde insultos, humillaciones y una falta de presencia del docente. Es por eso que aplica la frase coloquialmente dicha: «no cualquiera tiene la vocación para ser profesor». Si lo pensamos reflexivamente, puede haber investigadores de alto nivel que publiquen en las revistas más prestigiosas, tanto nacionales como internacionales, pero que en las clases no aporten enseñanzas y conocimientos a los alumnos, y no logren generar una conexión con ellos. Y es que ser profesor no es fácil, se necesita de tiempo para revisar todas las actividades, saber escuchar a los alumnos e intervenir cuando sea necesario. Y lo más importante, comprender a los alumnos, ya que no todos cuentan con los mismos recursos, algunos por la pandemia, principalmente, tuvieron que abandonar los estudios o tomar sus clases desde un café internet[2]; el esfuerzo que muchos realizan en cuanto a la inversión de dinero y en los traslados es muy agotador. Por ello, la importancia de saber escuchar tanto a los alumnos, como a los y las profesoras.

 

La experiencia docente

Elena Osorio, profesora de la UAM Xochimilco, en su conferencia «La experiencia de la vocación docente», argumenta que el profesor es una autoridad que emite un discurso con contenido científico, y su tarea es utilizar los medios creativos para poder enseñar esos conocimientos de la mejor manera, para que todos puedan aprender. En el caso de los niños pequeños, por ejemplo, existen los títeres, obras de teatro y un sin fin de ideas creativas para que pasen un gran momento y aprendan al mismo tiempo.

Con los de un mayor grado, como los universitarios, se puede usar la retórica, que es la forma en la cual se va a ir organizando y ordenando el discurso para cautivar[3] y adentrar al alumno a los temas, para hacer que se quede con ganas de seguir investigando una vez que termine la clase.

Elena comenta que «el sujeto llega ya significado, pero se puede resignificar a través de la voz del profesor». La empatía en el salón de clases es comprender la vivencia del otro, por eso la comunicación entre profesor-alumno es vital para poder crear un espacio de diálogo y escucha que permita que ambos puedan comprender sus situaciones y aprender a partir de sus experiencias personales.

Tal es la importancia del docente en nuestro paso por la vida, que el filósofo y escritor Albert Camus le dedicó una carta a su profesor de la infancia, el señor Germain, después de ganar el premio Nobel de literatura.

 

 

19 de noviembre de 1957.

Querido señor Germain:

Esperé a que se apagara un poco el ruido que me ha rodeado todos estos días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza y su ejemplo, no hubiese sucedido nada de esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso en ello continúan siempre vivos en uno de sus pequeños escolares, que, pese a los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido. Lo abrazo con todas mis fuerzas.

Albert Camus

 

Francisco Castro en su artículo “¿por qué enseñar filosofía hoy?”, nos habla de la importancia que tiene el profesor de filosofía, y yo agregaría el profesor en general, para hacer que los alumnos puedan pensar por su propia cuenta; en donde el profesor solo sea un guía en su camino, que le permita construir y debatir sus ideas.

Para finalizar, Francisco manda un mensaje a los profesores. «Tendremos que enseñarles que se sientan felices buscando. Porque el verdadero buscador, sólo busca por el placer de buscar, no por el de encontrar. El verdadero buscador viaja con quien le abre caminos, no con quien le lleva de la mano». (Castro, 2000, p.156).

Reflexión final

Ser profesor implica una responsabilidad social, es posicionarse desde un saber en el cual se emite un discurso durante las clases. Por lo tanto, lo ideal sería fomentar la participación y el pensamiento crítico en el espacio educativo. Así como la importancia de la atención y escucha en el salón de clases. Es entender al otro desde nuestra posición de alumno o de docente.

Termino con una frase de Elena Osorio que nos invita a pensar en la importancia de ser un profesor que deje una huella en la vida de los alumnos: «quizá la palabra de alguien al que admiramos sea para toda la vida».

 

 

 

Bibliografía.

Castro, F. (2000). ¿Por qué enseñar filosofía hoy? Revista de Teoría y Didáctica de las Ciencias Sociales, (005), 147-156. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1313408

Osorio, E. (noviembre de 2021). “La experiencia de la vocación docente”. En G. Nava (Moderador), [Sesión de Conferencia], Invención de la mente A.C. (IMAC), CDMX, México. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=_0lmiG9CSfM

 

 

[1] Escritor, Investigador y Alumno de la Licenciatura en Psicología en la Universidad Autónoma Metropolitana,

Unidad Xochimilco. Correo electrónico: [saulpersa9@gmail.com].

[2] Para quien esté interesado en leer más sobre el tema, les dejo mi artículo titulado “La brecha de desigualdad social en el sistema educativo mexicano durante la pandemia por el covid-19”. En el que hablo sobre la desigualdad social en el ámbito educativo, a partir de la pandemia, y la importancia de la filosofía (pensamiento crítico) en la educación mexicana. [https://notaalpie.izt.uam.mx/index.php/nota_al_pie/article/view/79]

[3] La serie de Merlí sirve perfectamente como ejemplo, el profesor maneja los temas de forma interesante, relacionándolos con la experiencia cotidiana del alumno. Una vez finalizada la clase, ellos pueden seguir reflexionando sobre el mismo.

Publicado en Infancia y Educación y etiquetado .

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *