Sin queso de cabra, por favor

Por Chess

 

Autobiografía, Enero 2020

-Tiene sangre en los pulmones, no para de convulsionar, tenemos que inducirle el coma ¿qué desea que hagamos?

Ayudar a otros, a veces desconocidos, es algo que hace para sentirse útil y solidaria, para hacernos creer que le importa la humanidad. Sabe que decidir entre la sala de terapia intensiva y un ataúd no es fácil.

Mexicana clasemediera, jugaba en la calle de atrás a los patines y la bicicleta. En algún momento decidió que la tierra y la pelota eran más divertidas que las zapatillas y el leotardo.

Asistió a escuelas públicas donde conoció los colores de la piel y las palabras piojosa, busto, cooperativa, sin olvidar el festival de las madres, el cambio de escolta y las casas de sus amigas. Se raspaba las rodillas en el patio de cemento, defendía a los débiles, jaloneaba a los niños que corrían más rápido que ella jugando a policías y ladrones. Competitiva y berrinchuda, pronto aprendió que a todos les toca un lugar en el salón de clases y, más tarde, en la vida.

Falsificó credenciales para entrar a la secundaria, fue gremlin y perdió el suéter con las tres cintas blancas del brazo izquierdo. Sí, también hizo buches con flúor.

Adora los mapas con calles y, por muchos años, su libro favorito fue la guía Roji. Conductora temeraria, desde los 16 calcula el rendimiento de la gasolina, pasa los topes en primera, segunda o cuarta.

Le gusta caminar rápido (que le pregunten a sus amigas si no). Comer pastelitos y tomar café o té (según la hora), es su deporte favorito.

Desistió de la ingeniería para irse a la fotografía, actividad que conoció desde el enfoque técnico y de la cual aprendió que es un gran medio para conocer muchos lugares y personas. Fotógrafa, emprendedora, estudiante, amiga y bailarina por afición son sus descriptores en una síntesis informativa y no por eso menos acertada y lejos de los sentidos.

Aprendió que los amigos son indispensables y cree que cuidarse entre todos debería ser el enfoque con el que se desarrollaran las sociedades. Sabe que los humanos somos contradictorios e injustos.

Ser urbanita, puta, cínica y corrupta es su marca registrada.

Habla fuerte (mucho) y no siempre mide las consecuencias de su franqueza. Cuestionada por su entorno por la forma de mirar, reclamar y entender su mundo, no ha aportado niños ni artículos académicos; es soltera por contestona y madrugadora.

Ella se llama así misma Chess, un diminutivo que se recuerda fácilmente y le quita peso al nombre viejo y griego que sus padres tanto buscaron.

Chess es la tía de las ensaladas.

 

 

 

Publicado en Obras literarias y etiquetado .

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