Libertad Política como fundamento del desarrollo

Por Jorge Eduardo Yáñez Lagos[1]

Introducción

En el quehacer sociológico contemporáneo, se establece el estudio de la modernización social y los cambios socio-culturales que se suscitan en las sociedades humanas. Por ejemplo, Émile Durkheim, en su obra sociológica La división social del trabajo, se propuso analizar los diferentes fenómenos que hacían posible la integración de las sociedades simples y avanzadas.

En este contexto, en el año 1966, el sociólogo estadounidense Barrington Moore plantea en su obra Los orígenes sociales de la dictadura y de la democracia tres rutas hacia la modernización de la sociedad humana: 1) revolución burguesa (capitalismo y democracia); 2) fascismo y 3) comunismo. Por ello, durante el siglo XX, la construcción de la sociedad industrial moderna se basó en alguno de estos métodos.

Contexto general

Al respecto, para Barrington Moore (2000) los métodos de modernización escogidos país tras país difieren según sus estructuras sociales. Así pues, el autor identifica principalmente en las causas económicas (aunque no las únicas) la adopción de una ruta modernizadora particular. En concreto, para este autor, el desarrollo de la revolución burguesa-democrática[2] se caracterizó por el crecimiento continuo del poder económico de las clases urbanas comerciales e industriales; y en efecto, esto se estableció como un elemento significativo en la conformación de la democracia parlamentaria en Inglaterra.

En otras palabras, el surgimiento de la burguesía como sujeto histórico contribuyó como condición favorable para el desarrollo de la democracia. De manera que, los líderes comerciales e industriales se constituyeron en actores sociales fundamentales para el sistema político (Moore, 2000). De esta forma, se puede asociar el desarrollo económico capitalista con la expansión de la democracia. En consecuencia, el desarrollo económico expresado en los procesos de industrialización, urbanización, acumulación de riqueza y educación, favorecerían un proceso de transición a la democracia. Por tal motivo, el surgimiento de “una clase urbana vigorosa e independiente ha sido un elemento indispensable en el desarrollo de la democracia parlamentaria. Sin burguesía, no hay democracia” (Moore, 2000: 339).

Por el contrario, desde la perspectiva de Moore (2000), se podría argumentar que un elemento común de los países que escogieron el fascismo o el comunismo se caracterizó en la ausencia de una burguesía fuerte; y en particular, en la falta de comercio y relaciones entre los estratos sociales superiores rurales y urbanos. En este sentido, Moore (2000) concibió ciertas condiciones favorables para una u otra ruta modernizadora. Así, la modernización económica entendida como la extensión de las relaciones comerciales y la intromisión del mercado favorecerían o no un resultado político específico. Bajo esta lógica, se entiende que “la libertad económica es una condición necesaria de la libertad política” (Friedman, 1966 citado en Beyer, 1995: 436).

Sin embargo, el presente artículo cuestiona la indispensabilidad de la libertad económica como un elemento exclusivo para la modernización de un país. Inversamente, en este artículo se propone que la libertad política resulta más significativa para el desarrollo de los países. Por lo mismo, los factores que trascienden la configuración democrática de una sociedad sólo son susceptibles como condicionantes generales, y no como causas universales.

Siguiendo esta línea argumentativa, Amartya Sen (1998) también enuncia experiencias de desarrollo notables, concretas y diversas durante el siglo XX. “Así, la teoría del desarrollo evolucionó obedeciendo a su propia dinámica interna o en respuesta directa a observaciones empíricas” (Sen,1998: 76). A partir de esto, el economista indio reconoce una complejidad en los procesos de desarrollo que van más allá de la exclusiva dimensión económica.

Inicialmente, Amartya Sen (1998) describe un modelo de desarrollo capitalista moderno que exige un trato preferencial a los grupos empresariales, con el propósito de incrementar la capacidad productiva de un país. No obstante, según el autor, este modelo también adquiere una serie de externalidades negativas, tales como, bajas prestaciones sociales, gran desigualdad social, autoritarismo, entre otras características.

Asimismo, Sen (1998) expone la “hipótesis de Lee” que presume una relación negativa entre crecimiento económico y derechos políticos y civiles. Esto significa, como lo propuso Lee Ruan Yew (ex primer ministro de Singapur), que los derechos civiles y políticos obstaculizan el crecimiento económico. Entonces, se logra identificar una “vía dura” del desarrollo capitalista que justifica la supresión de los derechos políticos y civiles; y, por consiguiente, conduce al surgimiento de Estados autoritarios.

Pese a esto, Amartya Sen (1998) argumenta una serie de razones para refutar la “hipótesis de Lee”. De este modo, en relación a lo argumentado por Sen (1998) y por cuestiones analíticas del presente artículo, se asociaron los 25 países con mayor puntuación en el índice de libertad económica, índice de democracia (democracy index) e índice de desarrollo humano (IDH). En palabras simples, se califica a los países con mayor puntaje en el índice de democracia como los países más democráticos del mundo. Por otro lado, el índice de libertad económica califica a los países cuyas economías se encuentran menos intervenidas por el Estado, o bien, a los países más capitalistas del mundo. Al mismo tiempo, los países con mayor puntuación en el índice de desarrollo humano (IDH) se califican como los países más desarrollados.

En relación a lo anteriormente señalado, se puede visualizar en la tabla 1 que 16 de los 25 países con mayores grados de libertad económica, simultáneamente, también se encuentran entre los 25 países con mayores niveles de desarrollo humano. Sin embargo, los Emiratos Árabes Unidos[3], Taiwán, Estonia, Georgia, Chile, Lituania, Malasia, República Checa y las islas Mauricio (véase tabla 1), se constituyen como países con altos grados de libertad económica, pero con menores niveles de desarrollo humano (por debajo del ranking N°25).

Ahora bien, se podría argüir cierta correlación en la que los países con mayores libertades económicas tienden a ser más desarrollados. Empero, la hipótesis anterior aún carece de evidencia empírica. De esto se entiende la necesidad de ampliar el concepto de desarrollo como simple crecimiento del PIB per cápita, dado que no existe una medición operativa que pondera las capacidades, las libertades humanas y los diversos aspectos de la calidad de vida de las personas (Sen, 1998).

Tabla 1. Índice de libertad económica e índice de desarrollo humano (IDH).

Índice de libertad económica Índice de desarrollo humano (IDH)
(Ranking) país Puntaje, 2019 (Ranking) país Puntaje, 2019
(1) Hong Kong 90,2 (1) Noruega 0,957
(2) Singapur 89,4 (2) Irlanda 0,955
(3) Nueva Zelanda 84,4 (2) Suiza 0,955
(4) Suiza 81,9 (4) Hong Kong 0,949
(5) Australia 80,9 (4) Islandia 0,949
(6) Irlanda 80,5 (6) Alemania 0,947
(7) Reino Unido 78,9 (7) Suecia 0,945
(8) Canadá 77,7 (8) Australia 0,944
(9) Emiratos Árabes Unidos 77,6 (8) Países Bajos 0,944
(10) Taiwán 77,3 (10) Dinamarca 0,94
(11) Islandia 77,1 (11) Finlandia 0,938
(12) Estados Unidos 76,8 (11) Singapur 0,938
(13) Países Bajos 76,8 (13) Reino Unido 0,932
(14) Dinamarca 76,7 (14) Bélgica 0,931
(15) Estonia 76,6 (14) Nueva Zelanda 0,931
(16) Georgia 75,9 (16) Canadá 0,929
(17) Luxemburgo 75,9 (17) Estados Unidos 0,926
(18) Chile 75,4 (18) Austria 0,922
(19) Suecia 75,2 (19) Israel 0,919
(20) Finlandia 74,9 (19) Japón 0,919
(21) Lituania 74,2 (19) Liechtenstein 0,919
(22) Malasia 74 (22) Eslovenia 0,917
(23) República Checa 73,7 (23) Corea del Sur 0,916
(24) Alemania 73,5 (23) Luxemburgo 0,916
(25) Mauricio 73 (25) España 0,904

Fuente: Elaboración propia con base en The Heritage Foundation (2019) y UNDP (2020).

De hecho, el índice de libertad económica solamente describe cuán capitalistas son las economías de los países, de manera que no se puede establecer una correlación perfecta entre libertad económica y desarrollo humano. Por eso, países como Francia, España y Portugal poseen altos niveles de desarrollo humano, y al mismo tiempo, poseen bajos grados de libertad económica. Por ejemplo, Francia se ubica en el lugar 26° de desarrollo humano, y en contraste, se clasifica en el lugar 71°[4] de libertad económica. En cambio, países como Georgia (61° en IDH) y las islas Mauricio (66° en IDH) poseen menores niveles de desarrollo humano y altos grados de libertad económica (The Heritage Foundation, 2019 y UNDP, 2020).

Al contrario, la libertad política expresada en los derechos políticos y civiles se constituye un elemento positivo para el proceso de desarrollo de un país, inclusive, proveyendo protección frente a los desastres y a los errores del gobierno (Sen, 1998). De esta manera, Amartya Sen (1998) enfatiza que no debe despreciarse el rol de los derechos civiles y políticos en la prevención de catástrofes económicas mayores y en el desarrollo económico de una nación.

De esto se desprende que “en la terrible historia del hambre en el mundo, ningún país dotado de un gobierno democrático y una prensa más o menos libre ha sufrido hambrunas de grandes proporciones” (Sen, 1998: 85). Bajo esta noción, según Sen (1998), los territorios colonizados y gobernados por autoridades imperialistas extranjeras, las dictaduras militares de corte moderno o los regímenes de partido único, se establecieron con los mayores desastres económicos a nivel mundial.

Por otra parte, los países más democráticos igualmente tienen los mayores niveles de desarrollo humano. Por ejemplo, en la tabla 2, 19 de los 25 países con mayor puntuación en el índice de democracia, también se hallan entre los 25 países con mayores niveles de desarrollo humano. A simple vista, existe un aumento de 3 países en comparación a los países con mayores grados de libertad económica. No obstante, países democráticos que no se encuentran entre los primeros 25 con mayores niveles de desarrollo humano tales como, Costa Rica, Malta y Uruguay (véase tabla 2); de igual modo, poseen altos niveles de desarrollo humano (UNDP, 2020). En otras palabras, todos los países con alta puntuación en el índice de democracia también poseen altos niveles de desarrollo humano (sólo se excluye las islas Mauricio en África).

Por otro lado, los países que poseen a la par altos grados de libertad económica y desarrollo humano, se caracterizan por ostentar una mayor puntuación en el índice de democracia (democracy index) en comparación al índice de libertad económica. En este caso, la excepción sólo la conforman Hong Kong y Singapur (véase tabla 1 y 2).

Índice de democracia (democracy index) Índice de desarrollo humano (IDH)
(Ranking) país Puntaje, 2019 (Ranking) país Puntaje, 2019
(1) Noruega 9,87 (1) Noruega 0,957
(2) Islandia 9,58 (2) Irlanda 0,955
(3) Suecia 9,39 (2) Suiza 0,955
(4) Nueva Zelanda 9,27 (4) Hong Kong 0,949
(5) Finlandia 9,25 (4) Islandia 0,949
(6) Irlanda 9,23 (6) Alemania 0,947
(7) Dinamarca 9,21 (7) Suecia 0,945
(8) Canadá 9,18 (8) Australia 0,944
(9) Australia 9,1 (8) Países Bajos 0,944
(10) Suiza 9,03 (10) Dinamarca 0,94
(11) Países Bajos 8,89 (11) Finlandia 0,938
(12) Luxemburgo 8,81 (11) Singapur 0,938
(13) Alemania 8,68 (13) Reino Unido 0,932
(14) Reino Unido 8,53 (14) Bélgica 0,931
(15) Uruguay 8,38 (14) Nueva Zelanda 0,931
(16) Austria 8,29 (16) Canadá 0,929
(17) Mauricio 8,22 (17) Estados Unidos 0,926
(18) Malta 8,21 (18) Austria 0,922
(19) España 8,08 (19) Israel 0,919
(20) Costa Rica 8,07 (19) Japón 0,919
(21) Corea del Sur 8 (19) Liechtenstein 0,919
(22) Japón 7,99 (22) Eslovenia 0,917
(23) Chile 7,97 (23) Corea del Sur 0,916
(24) Estonia 7,97 (23) Luxemburgo 0,916
(25) Estados Unidos 7,96 (25) España 0,904

Tabla 2. Índice de democracia e índice de desarrollo humano (IDH).

Fuente: Elaboración propia con base en The Economist Intelligence Unit (2019) y UNDP (2020).

De modo que los efectos del ejercicio pleno de los derechos políticos y civiles (libertad política) van más allá de la productividad económica y el bienestar inmediato. En tal sentido, desde la perspectiva de Sen (1998), los incentivos políticos no han recibido la atención especial que merecen en las teorías del desarrollo. Así pues, “cuando todo va sobre ruedas, el papel incentivador de la democracia pasa desapercibido, mientras que cuando las cosas van mal, su función correctiva puede constituir un factor decisivo” (Sen, 1998: 87).

Reflexiones finales

Según Amartya Sen (1998), la historia del capitalismo revela una enseñanza general sobre lo que se considera necesario en el desarrollo. En este contexto, por ejemplo, la escuela económica neoclásica en su vertiente austriaca enfatiza que la sociedad debe organizarse alrededor de los mercados. De esta idea se establece que los mercados garantizan la libertad. A partir de esto, se concibe una visión de libertad fundamentada en la propiedad privada y en las posesiones. En otras palabras, la libertad económica se conforma como el principal y único cimiento del desarrollo.

Sin embargo, el propósito central de este artículo ha sido señalar lo siguiente: la libertad económica por sí sola no se constituye en una causa de desarrollo. En contraste, la combinación de ciertos factores culturales como la libertad política, entre otros, se constituyen en componentes más importantes para el desarrollo humano. Por tal razón, Sen (1998) rechaza la dicotomía entre Estado y mercado, dado que la formulación de políticas pragmáticas exitosas para el desarrollo “se ha inspirado tanto en instituciones del Estado y del mercado como en organismos que no corresponden a estas categorías, como las organizaciones comunitarias” (Sen, 1998: 87). De ahí que resulta trascendental relevar la importancia de la libertad política, por lo que sin este tipo de libertad no se concibe el desarrollo de una sociedad.

Bibliografía.

Beyer, H. (1995). Selección de escritos políticos y económicos de Milton Friedman. Obtenido el 13 de febrero de 2020 en www.cepchile.cl/dms/ archivo_1351_1567/rev60_beyer.pdf

Democracy Index (2019). Obtenido el 27 de abril de 2020 en https://www.eiu.com/topic/democracy-index

Miller, A.; Kim, J.; Roberts, M. & Tyrell, P. (2019). Index of economic freedom. 25th anniversary edition. The Heritage Foundation. Washington, DC.

Moore, B. (2000). Los orígenes sociales de la dictadura y la democracia: el señor y el campesino en la formación del mundo moderno. Barcelona. Ediciones Península.

Sen, A. (1998). Las teorías del desarrollo a principios del siglo XXI. En: Cuadernos de Economía, Vol. XVII, No. 29, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

UNDP (2020). Human Development Report 2020. The next frontier Human development and the Anthropocene. United Nations Development Programme 1 UN Plaza, New York, NY 10017 USA

  1. Sociólogo y licenciado en Sociología de la Universidad de Playa Ancha (UPLA) de nacionalidad chilena, con diplomado en Desarrollo, Pobreza y Territorio (Universidad Alberto Hurtado) y especialización en Análisis de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL). Cuenta con experiencia en el ámbito de las políticas públicas, relacionadas a la superación de la pobreza y la prevención al consumo de alcohol y otras drogas. También, posee experiencia laboral a nivel de consultoría en Colombia.
  2. Para el autor, “tiene sentido considerar la Guerra Civil Inglesa, la Revolución Francesa y la Guerra Civil Americana como estadios en el desarrollo de la revolución burguesa-democrática” (Moore, 2000: 347).
  3. Cabe recalcar, que los Emiratos Árabes Unidos posee uno de los grados de libertad económica más altos del mundo (9°). Pese a lo anterior, posee uno de los puntajes del índice de democracia más bajos a nivel mundial, siendo catalogado como un país autoritario y ubicándose en el lugar 145° de 167 países.
  4. Particularmente, el lugar 71° de Francia en el ranking del índice de libertad económica, clasifica a dicha nación con un grado de libertad económica moderadamente libre (The Heritage Foundation, 2019).

 

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