Por Mayra Escamilla[1]
¿Alguna vez ha recibido en su contra palabras injuriosas que se le han quedado grabadas en la memoria y, que al escucharlas, aún guardan las reminiscencias de momentos incómodos, dolorosos o bochornosos? ¿Desea poder escuchar o leer esas palabras sin que le despierten sensaciones desagradables o incluso de tristeza? Entonces ha llegado usted a la solución al problema.
En primera, deberá proveerse de lo siguiente:
- Una hoja de papel por cada palabra injuriosa de la que quiera deshacer el efecto
- Lápiz, bolígrafo, crayola, plumón (lo que a usted le plazca para escribir)
- Una vela
Ya preparados estos objetos, asegúrese de elegir una noche serena para la realización del hechizo. La luna llena es ideal por su luz tenue y apaciguante. Si usted elige una noche lluviosa, con rayos y relámpagos, es posible que el hechizo tenga un efecto diferente al buscado, por lo que de hacerlo, es responsabilidad completamente suya y la que suscribe no se hace responsable.
Escriba en la hoja de papel la palabra injuriosa en tamaño grande. Por ejemplo, si la llamaron “tacaña” justo cuando usted se acababa de quedar sin empleo y confundieron su austeridad con racanería, esa es la palabra que deberá escribir. Si la llamaron “piruja” en la escuela secundaria por besar a un chico en la soledad de los pasillos y la trabajadora social hizo un escándalo monumental e innecesario al descubrirlos y toda la comunidad estudiantil se enteró y magnificó el evento, la palabra deberá llenar la hoja. También si el chico de su afecto en la preparatoria dijo que usted le gustaba pero que era demasiado “chaparra”, escriba sin piedad esa palabra.
Tome las hojas y abrácelas. Repita muchas veces cada una de ellas hasta que las sílabas que la conforman empiecen a perder sentido.
Tacaña-tacaña-tacaña-tacaña-tacaña-tacaña-tacaña-tacaña-tacaña-tacaña.
Piruja-piruja-piruja-piruja-piruja-piruja-piruja-piruja-piruja-piruja-piruja-piruja.
Chaparra-chaparra-chaparra-chaparra-chaparra-chaparra-chaparra.
Una vez que las palabras se han convertido en sílabas inconexas, haga un rollo con las hojas y prenda la vela. Repita lo siguiente tres veces:
“Hoy estas palabras dejan de significar lo que en su momento fueron. Las abrazo y las hago parte de mí y de mi historia. No duelen más. No me lastiman más. Hoy perdono a quienes las profirieron y les deseo la paz en sus corazones. Mi ser se abre a la luz. Soy valiosa.”
Queme las hojas. Deje que el viento se lleve las palabras. Usted está sanada.
[1] Estudio Letras Modernas Inglesas en la FFyL de la UNAM y se dedica a la docencia del inglés como lengua extranjera desde 2010. Es entusiasta del cuento de géneros especulativos, exploradora de las posibilidades en la ficción y coleccionista de anécdotas. Participó en la antología Del futuro y otros menesteres de la editorial Vocho Amarillo (2019). Y colaboró con dos relatos en la primera temporada del podcast Voces de Vocho (2021). En 2022 se unió como co-coordinadora a Especulativas, donde ha publicado algunos cuentos. Además, forma parte del Comité de Matriarcada que organiza Imaginarias. Premio Nacional para Mujeres Cuentistas de Ciencia Ficción.