Las acciones colectivas conflictivas por la seguridad urbana en la metrópoli de la Ciudad de México

Por María de Jesús López Salazar

Jazmin Yatziri Martínez Jiménez 

y Vanessa Lizbeth Martínez Espinoza

 

La intención de este texto es señalar algunas de las características de las acciones colectivas conflictivas[1] o movimientos sociales alrededor de la seguridad urbana en la metrópolis de la Ciudad de México. El análisis del conflicto por la seguridad urbana puede llevarse a cabo tanto en los procesos de su transformación en un servicio público –o privado–, como en sus rasgos inmateriales, no físicos, que la transforman en un bien económico o en un bien de identidad colectiva.

De este modo, en el análisis de los conflictos por la seguridad urbana pueden ubicarse procesos de búsqueda de identidad colectiva,[2] de legitimidad o de pertenencia; asimismo, liderazgos, ideologías y asuntos políticos, que, en suma, pueden estar –y esto es lo que quien aquí escribe sostiene– estructurando procesos de cambio político en o con la transformación del régimen político mexicano contemporáneo.

 

  1. La certidumbre urbana en controversia

Las controversias por el otorgamiento de la seguridad urbana[3] pueden asociarse igualmente con una caída de la participación ciudadana en áreas que carecen de elementos para proporcionar certidumbre urbana,[4] que en ocasiones generan un tipo de prácticas informales. De esta forma, lo que parece una estrategia política en torno al otorgamiento de la seguridad urbana puede entenderse en otros dos diferentes sentidos.

Primero, se prioriza el otorgamiento de seguridad urbana en la ciudad central de la Ciudad de México. Esto puede relacionarse con el crecimiento electoral que ha registrado la votación por los partidos de izquierda durante los últimos años en dicha área. Segundo, se llevan a cabo acciones paliativas en las áreas con un otorgamiento de seguridad urbana deficiente, con el objetivo de construir redes clientelares. Se trata de una disputa entre actores sociales con intereses concretos y que parecen omitir la realización de un diagnóstico sobre las necesidades de la población. En otras palabras, se atiende con más elementos de seguridad urbana y con el mejoramiento de la infraestructura urbana, como mecanismos para promover clientelas políticas.

Empero, posiblemente la acción que articula la práctica informal con un resultado político puede encontrarseLeer más

Miedo urbano y ciudadanía en el espacio urbano de la Ciudad de México

Por María de Jesús López Salazar[1] y Maribel Nataly López Salazar[2]

 

Este sentimiento de seguridad era la posesión más apreciada para millones de personas, el ideal común de la vida.

Stefan Zweig. El mundo del ayer

 

El presente artículo tiene por objetivo reflexionar sobre determinadas problemáticas que históricamente se han venido generando debido a las articulaciones[3] entre miedo urbano[4], ciudadanía y espacio urbano. Se trata de tres conceptos que se hallan sumamente relacionados a partir de una concepción de poder que en la ciencia política refiere a la capacidad para llevar a cabo actos que promueven fuerzas en el espacio vital de una persona (Delahanty Matuk, 1996); o, de manera precisa, como constitución del dato “a través del enunciado, de hacer ver y creer, de confirmar o transformar la visión del mundo y, mediante eso, la acción sobre el mundo” (Bourdieu, 2000:98).

Desde la Antigüedad se presenta el vínculo entre ciudad y ciudadanía, es decir, los ciudadanos como habitantes de las ciudades, con deberes y derechos asignados en tanto miembros de las propias ciudades, de tal forma que: “A lo largo de la historia de la humanidad,  el asunto de las ciudades se ha referido a la existencia de factores que coadyuvan en la fundación  y desarrollo de las mismas” (Espinosa Müller, 2014:76). Relación que si actualmente, debido a  los cambios del espacio público, parece más problemática y compleja que en la Antigüedad, continúa teniendo una fuerte carga simbólica, pues acceder a la ciudad es considerado por diferentes stakeholders[5] como la interpretación territorial del acceso a la ciudadanía, al estipularse que, de acuerdo con el pensador alemán Jürgen Habermas (2013:95-96):

Los ciudadanos deben poder experimentar el valor de uso de sus derechos también en la forma de seguridad social y de reconocimiento recíproco de las diferentes formas de vida culturales. La ciudadanía democrática desplegará una fuerza integradora, es decir, creará solidaridad entre extraños, si se hace valer como un mecanismo con el que seLeer más

 Mantas en contra de la inseguridad urbana en la Ciudad de México

Una muestra de intervención en lo social como dispositivo

 Por María de Jesús López Salazar y Maribel Nataly López Salazar

 Introducción

En este texto se abordan diversos aspectos de la complejidad de una muestra de intervención en lo social como dispositivo que se está dando en la Ciudad de México (CDMX), por lo menos desde la segunda década del siglo XXI: la colocación de mantas en contra de la inseguridad urbana, a través de las cuales quienes habitan la capital mexicana advierten a los ladrones que se abstengan de delinquir, si no quieren poner en riesgo su vida. «Los afectados, hartos, y con la percepción de que la inseguridad rebasó a la policía, se unen para amenazar a los delincuentes que entren a sus calles. Su método: pancartas. Las mantas son por lo regular rojas y amarillas. Se colocan en lo alto para que sean visibles y están detenidas desde ventanas o postes».[1]

De esta manera, la colocación de las mantas en contra de la inseguridad urbana en la CDMX como una forma de intervención en lo social como dispositivo requiere elementos de investigación a fondo que den cuenta de sus posibilidades para hacer frente al miedo y a la inseguridad urbana, pues cuando estos se instauran, arrebatan la seguridad plena de habitar la ciudad; en consecuencia, despojan de la libertad y del derecho a la ciudad, es decir, de la posibilidad de gozar de los espacios públicos, de tener acceso al suelo urbano, de ir y desarrollar condiciones de supervivencia en la vida cotidiana.

Así, la colocación de las mantas en contra de la inseguridad urbana en la CDMX como una forma de intervención en lo social se aborda partiendo del empleo de la noción de dispositivo propuesta por Michel Foucault como una manera de acercarse a dicha complejidad, y desde una mirada que consiente reflexionar la intervención en lo social no únicamente como el continuo de una práctica correctiva, sino también como una opción de resistencia. A la par, se abordan aspectos vinculados con la tensión entre miedo y libertad que atraviesa las prácticas de intervención en lo social que se sustentan en la modernidad, considerando que el miedo “en ciertos periodos se incrementa y en Leer más

Del imaginario sin adjetivos a su modalidad de “imaginario urbano”

Por María de Jesús López Salazar*

El concepto de imaginario, sin adjetivación alguna y en el sentido definido por Gilbert Durand como “la estructura interna de relación de imágenes” (Durand, 1960 cit. por Vela Valldecabres, 2005:73),[1] ha adquirido presencia en las ciencias sociales. Diferentes autores e investigaciones empíricas utilizan este concepto para resaltar el carácter construido de la realidad social (Fuentes Gómez y Rosado Lugo, 2008), es decir, que todo grupo social actúa a partir de instituciones que son creadas por los integrantes del propio grupo social y que tienen la capacidad de prescribir el interactuar de las personas (Berger y Luckmann, 2003). De esta manera, instituciones como lo urbano, entendido como “un estilo de vida marcado por la proliferación de urdimbres relacionales deslocalizadas y precarias” (Delgado, 1999:23), pueden ser comprendidas como órdenes simbólicos que normalizan la vida cotidiana, hasta llegar a ser supuestos como reales y legítimos por los grupos sociales que se asientan en áreas testigo de las ciudades (Duhau y Giglia, 2008).

Así, el concepto de imaginario enfatiza que no existen dinámicas naturales en las   sociedades. Las personas perciben necesidades y luego luchan por su institucionalización o, en palabras de Berger y Luckmann (2003), por una “tipificación recíproca de acciones habitualizadas por tipos de actores” (p. 74).

Durante el siglo XX diferentes disciplinas científicas emplearon el concepto de imaginario para investigar problemas diversos: Sigmund Freud, Jean Piaget, Carl Gustav Jung y Jacques Lacan en la psicología; Gaston Bachelard, Ernst Cassirer y Cornelius Castoriadis en la filosofía; Georges Duby y Jacques Le Goff en historia; Gilbert Durand y Jean Duvignaud en la antropología; y Serge Moscovici y Denise Jodelet desde la psicología social —por mencionar aLeer más