Un texto queer raro, sobre Week-end en Zipolite de Armando Gutiérrez

Por Diego Medina

 

Decir solamente que una obra es interesante, pero no atreverse a decir que es bella, nos obliga a reflexionar lo que entendemos por arte. Habría que recordar que lo bello sólo es lo terrible que podemos soportar, como diría Rilke, y que no todo el arte goza de tal monstruosidad. Mas no por eso deja de tener valor artístico. Dicho en cristiano: el alma del arte no es la belleza. Una verdad difícil de tragar por muchos puristas y, sobre todo, por aficionados al arte en cualquiera de sus expresiones.

 

Cuando leí Week-end en Zipolite y otros poemas póstumos me quedó claro que no estaba ante una obra que desbordara belleza, sino ante una propuesta interesante. Sabedor de sus recursos escriturales, Armando Gutiérrez Victoria, cuenta la historia de la muerte de A.G.V. a través de una serie de poemas que pueden dividirse en tres secciones. La primera parte titulada “A propósito de la vida y obra de A.G.V.”  gira en torno al descensus ad inferos de A.G.V. y se hace una semblanza del occiso a través de una serie de poemas que llevan títulos como “Esquela del domingo” y “De un Arcángel que está leyendo esto”.

 

En la segunda parte, titulada “Poemas póstumos y otroLeer más

Una poética en expansión

Hablemos de Mi nombre no es Ícaro de Eriko Stark

Por Diego Medina

 

Cada día me convenzo más de que la vanguardia de la poesía mexicana está en la poesía arropada bajo las seis franjas del arcoíris. Y en la poesía de Balam Rodrigo. Hace un año se publicaba El hombre que no se parecía a un caballo de Eriko Stark, un poemario que sorprendió a muchos, ya que su Divino poemario (2019) no había nacido bajo una buena estrella. Muchos pensamos entonces que Eriko había encontrado su forma de decir las cosas, el color de su voz y no estábamos equivocados.

 

Hoy nos convoca el nuevo libro de Stark Mi nombre no es Ícaro, publicado por la editorial Amatliöque. Nos encontramos ante una poética consolidada, elementos que funcionan como la huella digital de su literatura, altas y bajas propias de esa determinada manera de escribir y estrategias escriturales ya conocidas por sus lectores. Sin embargo, los temas abordados por Eriko gozan de buena salud, pues si bien la experiencia homosexual empapa las páginas de este nuevo engendro poético, encontramos también reflexiones concienzudas sobre la naturaleza de nuestra ciudad y nuestro pueblo. Desde una perspectiva queer, claro está.

 

Antes de hablar de las virtudes literarias de esta nueva entrega, me gustaría señalar algo que me pareció chocante. Primero, una de las secciones titulada “Tepito tenía el corazón” me parece más bien un ensayo dividido en versos. Pudo haber funcionado mejor como un poema en prosa. No entiendo por qué nuestro autor dividió este texto que claramente funciona si se lee a renglón seguido. Incluso me habría parecido más inLeer más

Una lengua peligrosa

Cosas que hay que decir sobre Todo era por ser fuego de Roberta Marrero

 

Por Diego Medina

 

Con cariño para Sergio Caballero, quien tuvo a bien facilitarme su ejemplar de esta obra

 

¿Cómo se habla de la diferencia? Es decir, ¿cómo se habla de aquello que no es visible a nuestros sentidos ni sensible a nuestras intuiciones? Durante mucho tiempo, hasta ayer todavía, se vivía como si la experiencia trans no tuviera nada que decirnos del mundo. Se daba por sentado que las y los trans eran una raza de humanos averiados, susceptibles del odio y de la lástima. Pero esto ha ido cambiando poco a poco y cada “Maricón, trava, puto, cáscara amarga, joto, loca, palomo, cojo, travesti, bujarrón, marica, fuego, sida, medio hombre, media mujer” ha ido reconociendo en su voz una manera diferente/nueva de decir muchos mundos.

 

Una de esas voces habló por última vez el 7 de mayo de 2024 para dejarnos un mensaje desde las entrañas de la experiencia trans: “Los amo a todos”. Roberta Marrero se suicidó en su departamento de Madrid y dejó una nota con este mensaje a sus deudos y a sus fans, pues la escritora también había sido DJ, actriz y artista plástica. El libro que hoy nos convoca fue publicado en 2022, pero el sendero de sus palabras se nos revela como un testamento de paz y lucha para los dolientes del mundo, para lxs heridxs, para los marginadxs y, desde luego, una confesión de plenitud ante la vida. No había nada a lo que Roberta le tuviera miedo. Excepto tal vez a la falta de amor: “Me pregunto, dónde está la tumba de nuestro amor […]  Una cosa es segura. Es una tumba sin flores”.

 

No quisiera dedicar estas páginas a hablar in memoriam de, me parece que la tarea ha sido muy bien abordada por amigos y periodistas. Por el contrario, quisiera compartir mi asombro ante algunas de las líneas que más me han conmovido en lo que va del año. Hay momentos en que los poemas de Marrero pecan de “simplicidad”, de, digámoslo así, ir desnudos o estar crudos, así como la repetición de temas e imágenes a lo largo del poemario —serán frecuentes las referencias a Santa Teresa, a Lemebel, al derrumbamiento de la dicotomía hombre-mujer, el culto a la diosa femenina, etc—. No obstante, la lengua de Marrero vibra como reflejo de la autenticidad desde la que escribía nuestra autora.

 

No son pocos los poemas que relucen como diamantes en la pedrería de una noche trans, destacan “Proletariado del amor”, “Navajas”, “Desde el silencio” y “Cuerpo trans”. La poesía de Marrero orbita lo político y lo privado con la lucidez de quien ha vivido la victoria de ser ella misma: “Uso la palabra travesti porque es más pictórica, más poética, más salvaje, menos médica, menos complaciente. / Suena a lumpen, a peligro, a furtiva, a una estrella del Music Hall / ¿Quién quiere ser solo una cosa cuando puedes ser miles?”

 

Sin embargo, hay espacio en esta entereza para las contradicciones, materia del ser humano, la complejidad, el oxímoron, lo edgy, la antítesis, es una fuente barroca de la que abreva nuestra autora, con la sensualidad suicida de quien no tiene nada que perder en esto del deseo y del amor, por ejemplo: “Quisiera tu flecha en mi corazón, quisiera hacer el amor pero las proscritas solo tenemos la soga al cuello, nunca nos besan”  o “Gracias por la violencia, por la arrogancia, por tu opinión, realmente la necesitaba como un chuchillo necesita una pistola”.

 

La “militancia” de sus versos, por otra parte, no se reduce a la experiencia política —aunque “las travestis hasta dormidas son políticas”, como ella misma expresa en otro verso—, sino que hay una militancia por y desde la ternura. No desde la lente cursi de lo romántico, sino desde la perspectiva trans, una perspectiva que clama por la igualdad desde la herida: “Una vida como la tuya querido lector lectora cis”. La poesía de Marrero nos abre una ventana a un mundo diferente, que había permanecido invisible para quienes no sospechaban que detrás de la experiencia trans hay un jardín y una tormenta. Como lo dice la propia Roberta: “Soy una cosa visible a través de otra”. A todo esto, ¿cuál es el peligro detrás de la poesía de Roberta? Pues que después de leerla nos dé curiosidad de leer a más poetxs trans. El de no poder volver a ver las cosas de igual manera y de que el horizonte se nos haga más ancho. Es decir, lo peligroso de Roberta es que nos deja con ganas de más.

 

Antes de hablar de nimiedades, materiales, costos y demás, es importante hablar de la portada; una fotografía de la primera comunión de Roberta —antes de transicionar, desde luego— sirve como portada. Un detalle no menor en un poemario que poetiza la identidad, la transición, lo invisible y lo político de una, también, artista plástica. El precio de este libro ronda entre los $400 y los $800 pesos en compras en línea. Nuestra calificación para esta libro —que es de mis favoritos del año— es de 4.6/5.

 

En Poder Descanse Roberta Marrero

 

 

La visibilización trans en disputa: los casos de Razzia Santillán y Camila Aurora

Por Diego Medina

 

Hablar de lo que uno vivió exige hablar más allá de filias y fobias, pues no se puede ser honesto consigo mismo si no se trata de recordar las cosas tal y como fueron. Aunque desde luego esto no quiere decir que uno esté en busca del santo grial de la imparcialidad. Sino que recordar es un ejercicio de reconstrucción, un buscar alfileres con las luces apagadas. La memoria también es un ejercicio de olvido. Quizá no todos somos conscientes de que, así como nos esforzamos por recordar, también nos esforzamos por olvidar ciertas cosas.

 

Hoy en día hay dos casos paradigmáticos del activismo trans en México, específicamente en CDMX. Por un lado, Razzia Santillán, fundadora de la extinta Tianguis sexosidisidente y del actual Clan Mariposas Negras, el cual mantiene una protesta económica en la llamada CINETERFA. Razzia Santillán ha sido perseguida, hostigada y ahora enfrenta una demanda que las autoridades culturales han iniciado para exigirle a Razzia una suma de 200, 000 pesos en concepto por daño a las instalaciones de la CINETERFA. La información respecto al caso se puede profundizar en las redes sociales del Clan de Mariposas Negras, así como en la docena de artículos que se han escrito sobre este atropellamiento. Sin embargo, Razzia no está sola, ha recibido el apoyo de algunxs figuras relevantes de la comunidad LGBTTTIQ como Fabián Chairez, VIHVE Libre, Casa de las Muñecas Tiresias, Museo de Arte Transfemenino, Luisa Almaguer, Kenya Cuevas, entre otras.

 

A pesar del apoyo que el trabajo de Razzia recibe, las autoridades insisten en su demanda. Los motivos apelan más a la política que a la justicia. No olvidemos que el próximo año se “celebra” el Mundial de Fútbol en nuestra ciudad. Así, el acoso a Razzia se debe entender bajo la lógica de la limpieza social. El Estado nunca estuvo interesado en reponer el daño que Razzia sufrió, no sólo al ser expulsada de los baños de mujeres, por no ser una “mujer de verdad”, sino por la exposición tránsfoba a la que ha sido expuesta, la cual sólo crece día con día. ¿Cuándo va a parar el acoso?, ¿cuándo Razzia muera? ¿cuándo se desarticule la resistencia trans’ ¿cuándo se retire el tianguis de protesta económica? No, el acoso que visibiliza Razzia no sólo es el que vivió aquel 2023, sino la guerra civil que el Estado ha declarado contra la sexodisidencia, en especial contra el colectivo trans, cuya esperanza de vida ronda los 35 años.

 

La lucha de Razzia visibiliza un odio sistemático, que encuentra sus ecos en, por ejemplo, una policía negándole la entrada al vagón exclusivo a una mujer trans. Hecho ante el que una multitud de activistas se organizó para manifestarse en contra de dicho acto de discriminación. Entre las convocantes estuvo Camila Aurora, directora del cortometraje Johanne Sacreblu (2025), parodia de la multiodiada Emilia Pérez (2024). La directora de cine se volvió referente de la comunidad trans por su respuesta satírica a la cinta cliché de Jaques Audiard. Fuera de las valoraciones que podamos hacer al trabajo de Camila Aurora —su único mérito fue ser más vomitiva que la propia Emilia Pérez—, este personaje guarda mucho más en común con “el manitas” de lo que su público se imagina.

Camila Aurora fue una de las protagonistas de la decadencia de La Tianguis Sexodisidente. Fue ella quien se encargó de expulsar a Razzia Santillán y a otras de las fundadoras de esta iniciativa. Ella negoció con los dealers locales para culminar la transformación de La Tianguis Sexodisidente en un punto de tolerancia. Fuera de los estigmas que giran en torno al consumo, lo cierto es que Camila Aurora y su círculo prefirieron unirse al narco de la CDMX, en detrimento de su propio colectivo. Desde luego, no hablamos de las ligas mayores, sino de un acuerdo por el espacio que había en la Glorieta de Insurgentes.

 

Es cierto que en La Tianguis había consumo, prostitución, violencia entre vendedorxs —no en pocas veces se llegó a los golpes—, envidias, resentimientos, celos, abusos afectivos, etc. Pero lo que hizo Camila Aurora fue vender cualquier posibilidad de futuro de La Tianguis. No escribo en contra del colectivo 420 aunque los hombres —no todos los hombres, pero siempre un hombre— que llegaban a fumar a este espacio solían ser egoístas, violentos, homófobos y lo que en chilango llamaríamos “faltosos”. En todo caso, la traición vino de Camila Aurora. Aprovechó los resentimientos que había contra Razzia y otras compañeras para expulsarlas, incluso amenazándolas de muerte si volvían.

El orgullo gay, el pride y en general la historia no tienen memoria. Por eso, ahora que Camila Aurora cuestiona la identidad de una manifestante que no tiene cispassing —apariencia de cis— es oportuno recordar que esta mujer, igual que “el manitas”, llegó a tener la visibilidad que tiene gracias a sus negocios alrededor de las drogas. Su visibilización trans se debe a la anulación de otros activismos y otras identidades. Camila Aurora es una persona peligrosa que ha conseguido visibilidad gracias a que su trabajo se hizo viral, pero no es, ni por asomo, una persona que represente la lucha trans. De hecho, Camila Aurora tiene mucha transfobia interiorizada.

 

Hoy Razzia recibe el escarnio público, promovido desde el gobierno, mientras Camila Aurora se presenta como una mujer trans fuerte, crítica, creativa y rostro de la lucha trans. La memoria es un ejercicio de reconstrucción y de olvido, ¿qué tanto de olvido y memoria hay en la historia de Camila Aurora y en la historia de Razzia Santillán? Por mi parte, espero que el estado desista de su acoso contra Razzia Santillán, que haga una reparación de daño y que Camila, bueno, la verdad siempre sale a flote.

 

 

 

El voluptuoso duelo en “Jirones del deseo” de Rubén Fischer

Por Diego Medina

 

Hace algunos meses llegó a mis manos Jirones del deseo, un poemario editado por la Editorial CCH Vallejo, de la UNAM; un libro raro, queer, musical y melódico-melancólico, en el sentido griego de la palabra, Melos: dulce, Cólicos: dolor, autoría de Rubén Fischer, quien labora como docente en dicha institución educativa. Antes de comentar algunos aspectos clave del libro, es necesaria una reflexión sobre el papel de la UNAM en la promoción de la cultura y, en específico, de la literatura.

 

Durante mucho tiempo la máxima casa de estudios —lo escribo en minúsculas muy a propósito— fue un faro de conciencia, esperanza y lucha, un motor de movilidad social y templo del pensamiento crítico. En sus imprentas se editaron libros clave de la literatura nacional, incluso hoy la revista y el concurso Punto de Partida conservan algo de aquella aureola de prestigio, producto de su audacia para publicar autores noveles, pues si bien hay esfuerzos como Vindictas o Piso 16, la verdad es que la Universidad Nacional Autónoma de México ha declinado este protagonismo en la vida cultural del país. Una tragedia.

 

Por eso me entusiasmó este poemario, porque apuesta por autores VIVOS, sin embargo, el sentimiento final fue más bien agridulce, pues si bien se nota el entusiasmo y apoyo de las autoridades involucradas por reconocer el trabajo de Fischer y materializarlo en un libro físico, también es cierto que los materiales, el diseño y el cuidado editorial deja mucho que desear de parte de la máxima casa de estudios. Un empastado más bien descuidado, un lomo pegado con bordes irregulares producto de un mal secado del pegamento y un formato que le otorga más bien apariencia de devocionario que de poemario. Esta obra merece mucho más respeto y amor que el que la modesta Editorial CCH Vallejo le pudo dar. No se tome esto como un reclamo grosero para los invoLeer más

De los escombros de mis padres de Ricardo Locia

Por Diego Medina

 

 La poesía gay tiene varios tópicos por todos conocidos, por ejemplo, el clóset, el enamoramiento de un heterosexual, la homofobia, la autoafirmación identitaria, los marineros, los toreros y los futbolistas; estos últimos tres forman parte de la idealización de los cuerpos masculinos, oxímoron entre aquello que se nos impone y rechazamos y aquello que deseamos. En este poemario de Locia la figura sobre la cual gravita la metáfora de la homosexualidad es justo la del toro, ¿quién es el homosexual, el toro o aquel que clava las banderillas en nuestro lomo? La respuesta es abierta, somos ambos, porque nos batimos en duelo todas las noches contra tales supuestos.

 

Sin embargo, la poética de Locia escapa a la semántica de lo erótico y encuentra sus motivos en sus orígenes familiares, entre un padre violento y un enfrentarse a la masculinidad desde su saberse homosexual. Ganador del XI Premio Estatal de Cuento, Poesía y Ensayo Literario Joven “Juventud que transforma 2024”, en la categoría de Poesía, esta publicación auspiciada por la Secretaría de Cultura del Estado de Guerrero y Ediciones SER, hay que decirlo desde ya, nos queda a deber en el formato de la publicación, pues fue diseñada como una plaquette engrapada y aunque el tiraje consta de 500 ejemplares, la verdad es que esperaríamos un mejor cuidado editorial para un ganador de un concurso de tal importancia, esto desde luego no es culpa del autor, en todo caso es una denuncia y exigencia para que la instituciones culturales se tomen en serio la publicación de sus jóvenes escritores.

 

Las carencias de la plaquette, sin embargo, se ven compensadas por la calidad del diseño; la portada a cargo de Karina Maldonado sí que es un reflejo del reLeer más

Con R de reality. Entre el éxito del morbo y la soledad

Por Diego Medina

 

En memoria de Jesús Laiza e Isaí López, ¡JUSTICIA!

 

Esta novela póstuma de Luis Zapata Quiroz me ha dejado un sabor agridulce después de terminarla. El libro sigue la historia de Ramón Villafuerte, un presentadore de televisión que organiza un reality show en el cual reúne a un grupo de enfermos terminales para competir por un premio millonario, la premisa es fácil: aquel que muera primero gana, desde luego, el premio será entregado a los familiares o beneficiarios del difunto.

 

Una idea que, aunque suene tentadora, se nos antoja imposible de este lado de las páginas, pero no por ello inverosímil, de hecho, Luis Zapata Quiroz logra jugar con el “tradicional” humor del mexicano ante la muerte, el morbo de la modernidad, la malicia cuir y los realitys, así como con la crisis existencial del protagonista, elementos que tejen una novela divertidísima e irónica, sobre las relaciones personales, las corporalidades, los fenómenos massmedia, el éxito profesional y el fracaso amoroso.

 

Ramón Villafuerte alcanza el éxito profesional mientras su vida personal se dirige hacia el fracaso y para cuando se da cuenta de eso ya es demasiado tarde. Las historias de los participantes del reality “Muérete y gana, que se intercalan con la historia de Ramón, rayan en el patetismo, por eso es fácil empatizar con ellos, pero son hasta cierto punto predecibles. No así Leer más

Carta abierta a la presidenta Claudia Sheinbaum

Por Diego Medina

Yo deseaba un corazón capaz de luchar a través de todo el universo
Simone Weil

 

La capacidad de empatía es infinita, el corazón no tiene límites para extender su mano, su voz y su fraternidad a los oprimidos del mundo, ya sea que hablemos de las madres buscadoras, de los crímenes de odio o del genocidio en Gaza, nuestros corazones dividen el amor para multiplicarlo, porque la empatía, la solidaridad, la sed de justicia y la fraternidad en el fondo son expresiones del amor a la vida.

 

Podemos fingir que lo que sucede en Gaza no nos afecta, que no nos importa, pero en el fondo sabemos que sí, que cada que cae una bomba, que cada que una bala atraviesa la cabeza de un niño huérfano en Palestina, esa bala, esa bomba, también cae en nuestros corazones. No se trata de geopolítica, no se trata de comercio exterior, ni siquiera de modelos políticos, se trata de algo más elemental, la capacidad de empatía.

 

Hoy le escribo a usted, presidenta Claudia Sheinbaum, desde la modestia de mi habitación de alquiler, desde mi modesto corazón, porque cuando se le ha preguntado si romperá relaciones con Israel, usted se ha limitado a seguir fórmulas políticas, a sacar la carta de la no intervención, a jugar el juego dLeer más

A 10 años de Operación al cuerpo enfermo de Sergio Loo

Por Diego Medina

 

[…] la muerte es la verdadera afirmadora: solo dice sí. Ante la eternidad
Rilke

 

Sergio Carrillo Loo fue un poeta chilango nacido el 14 de abril de 1982 a quien el cáncer nos arrebató prematuramente el 28 de enero de 2014, su carrera, aunque breve, lo consolidó como un referente de la poesía mexicana de finales de los dosmiles y principios de los domisldiez. Participó en diversas antologías, escribió guiones para cortometrajes y para la película Yo soy la felicidad de este mundo (2014) de Julián Hernández, incursionó en la narrativa con House: retratos desarmables (2011) y Narvarte pesadilla (2017, edición póstuma). Entre su obra poética destacan Sus brazos labios en mi boca rodando (2007), Guía Roji (2012) y, desde luego, Operación al cuerpo enfermo (2015, de publicación también póstuma).

 

Sergio se ha convertido, sin embargo, en un poeta de culto, en parte por su talento y sus escritos que encabalgan los géneros literarios y porque lo rodea la leyenda del poeta que escribió del cáncer que lo mató, dicha obra es Operación al cuerpo enfermo, la cual fue publicada por la Universidad Autónoma de Nuevo León y Editorial Sexto Piso el año posterior a su muerte gracias al trabajo de familiares y amigos. Este libro se reeditó en 2023 bajo el sello de Editorial Comisura, aunque se trata de una versión de tapa blanda, sin el diseño de la primera versión y en general de una calidad inferior, no obstante, merece una oportunidad ya que los ejemplares de la primera edición se agotaron. Aunque puede encontrarse la versión electrónica en Poesía Mexa [ Aquí].

 

Este libro destaca por poner en crisis los géneros literarios, por ejemplo, en la edición de 2015 forma parte de la colección de Poesía, mientras que la ficha para su compra en la edición de 2023 nos habla de narradores y autobiografía ficcionada. Esta discrepancia en la clasificación del género literario se debe a que el libro integra elementos asociados a la poesía, otros de la narrativa y otros más bien experimentales, pero si ubicamos este libro dentro del proyecto escritural de Sergio Loo, lo indicado sería clasificarlo como poesía, ya que anteriormente el autor había experimentado con la hibridación de discursos, la metatextualidaLeer más

Crónica de una leyenda urbana: Por desobedecer a sus padres de Ana Clavel

Por Diego Medina

 

De caminar a oscuras por calles heladas hasta el amanecer

Te quedó una larga historia, una vida rota y todo por hacer
Hablas de poetas muertos y escribes canciones para olvidar
Que has sido ángel sin techo, bala por derecho y reina de bar

Dorian

 

Hace algunos años (2020) se reeditó La ciencia de la tristeza de Darío Galicia, de la cual hablamos brevemente aquí en Enpoli, en mi opinión este fue un suceso que marcó el fin de una época que ahora me parece lejana y resplandeciente —no pretendo ser objetivo—, la época de los dosmildiez fue una época de una efervescencia literaria como no se había visto desde la generación de medio siglo, repito que no pretendo ser objetivo. Una época en la que jóvenes poetas salieron a las calles, famélicos, con los corazones psicotrópicos y el deseo inmarcesible de cambiar el mundo o al menos de arrebatarle un poquito de utopía al futuro.

 

Jóvenes que inundaron los micrófonos abiertos, que reventaron la escena del poetry slam, que marcharon en el #Yosoy132, por Ayotzinapa, que fundaron editoriales independientes a granel, que fueron a las últimas MegaPedas de Ciudad Universitaria, una época en la que levantabas una piedra y aparecían cinco o seis poetas y cuya biblia fue Los detectives salvajes, además de los evangelios apócrifos que cada uno canonizaba para sí mismo. Pero eso sí: NUNCA OCTAVIO PAZ. Una escena literaria de jóvenes que se vio sacudida por el sismo del 19 de septiembre de 2017 y por el #Metoo, sin mencionar que muchos fueron víctimas de la edad, esa terrible enfermedad que a muchos les curó eso de la poesía y la utopía.

 

Luego, llegó el 2020 y la consabida pandemia que echó por los aires lo que quedaba de la poesía joven mexicana, poco antes, el 30 de diciembre de 2019 Darío Galicia había fallecido, la noticia medio se viralizó en los círculos literarios y se empezó a hablar de Los detectives salvajes y de Leer más