Nudo Mixteco: El lado rudo de las raíces

Por Sergio E. Cerecedo

 

Ángeles Cruz (2021)

Ángeles Cruz lleva una carrera larga como actriz en todo tipo de puestas en escena, desde telenovelas, hasta obras de teatro y películas, ahora nos muestra precisamente la Mixteca, esa zona de unión de cordilleras donde encontramos uno de los lugares que preservan su idioma originario y también problemas y estructuras de hace mucho tiempo, sobre lo que su autora ahonda. Ha participado desde hace unos años en proyectos como “Espiral”, de Jorge Pérez Solano, que también retrataba una población Oaxaqueña, y teniendo en su haber como directora cortos como “La carta” entre otros que exploran los ejes temáticos que llegaron hasta esta primera película de su carrera.

 

Para este proyecto, Ángeles ha comentado en varias entrevistas que el punto de partida para la estructura fue basarse en monólogos de personaje, y se nota en el trabajo de dramaturgia cómo cada rama de la historia tiene su énfasis en una idea, teniendo en común la visión de tres mujeres que por tomar caminos que son impopulares o incómodos para pueblos de formación tradicional con base en el sincretismo católico, que incorporó el santoral a las creencias, enfrentan señalamientos públicos, rechazo de sus familiares o hasta en algunos casos odios dignos de crímenes en su contra.

 

En el primer segmento vemos la vuelta de María a su pueblo que es amarga por las circunstancias, acusada de no cumplir las obligaciones hacia su mamá, ahora fallecida, la búsqueda de una vida independiente y lejos no es buen vista. A ello se suma el rechazo de su papá, por estas cuestiones también viene una confrontación con su preferencia sexual, que su papá señala como causa de la enfermedad y muerte de su madre, aunado su amor hacia otra chica con la que creció y su disyuntiva para consumarlo.

 

La segunda historia nos pone como punto de partida el regreso al pueblo por parte de Esteban, que busca a su familia después de años de haber migrado, regreso que se da en los días de una fiesta patronal distintiva de la región. Tras echarse unos tragos tocando con su compadre, enfrenta casi a manera de cruda moral un hecho que le causa disgusto y le hace ver que su realidad personal y familiar ha cambiado, a lo que demanda una asamblea en el pueblo para pelear por lo que le parece justo,  en la cual los usos y costumbres deciden de qué manera las cosas cambiarán o seguirán, el seguimiento del resultado y los hechos.

 

En la tercera historia, Toña, una comerciante, igualmente regresa a casa de su mamá por su hija para encontrarse con circunstancias difíciles, con un mal social que ella enfrentó y que ahora la niña enfrenta, que en su momento no resolvió y que pinta para dejar una fractura en la relación con ella como la que la misma Toña tiene con su madre, enfatizando la permisividad social hacia quien tiene el poder por las cualidades con las que ha nacido, en este caso, el poder y prioridad que sigue teniendo el hombre.

 

En la narrativa de las tres historias podemos ver también que esas decisiones difíciles se acrecientan por la necesidad económica contrapuestas a las convicciones propias o a los valores con los que la persona ha crecido. Vemos tres retornos en diferentes circunstancias, unos para quedarse y otros que apuntan a ser la última visita al lugar, un rompimiento con el pasado que puede marcar el presente y futuro de las personas.

 

Al sentirse dentro de estas problemáticas en mucho ayuda el reparto, encontrar caras y expresiones que representan etnias y regiones mucho tiempo excluidas del cine, mezclando actrices experimentadas con personas que no están familiarizadas con la actuación, con ello tiene un mérito importante la dirección en el sentir de este conjunto, llevando a buen puerto una decisión arriesgada, rostros conocidos del cine nacional, como Noé Hernández en un dueto actoral muy fuerte con Aída López en escenas difíciles y dolorosas, así como también el contraste de firmeza y ternura que hay en los personajes de Sonia Couoh y Eileen Yáñez. En lo personal, el segmento de ellas dos me conmueve en particular por darnos cuenta de la fortaleza de la mente más allá de los estereotipos de la fuerza física, Piedad y María, con su carácter diferente, defienden una idea de vida y se aferran a ella.

 

También ayuda mucho a esta cercanía la intuición y conocimiento que desde el guion se demuestra de los pueblos de la región explorada y de México en general, la visión común de los lugares donde todos se conocen, donde la mayoría de gente joven y con fortaleza física se ha ido y donde la organización social y política puede dejar en evidencia nuestros errores y falencias de la manera más humillante. Las raíces étnicas y sociales tienen cosas bellas, únicas, rasgos de identidad que nos generan pertenencia, pero también rigidez en conceptos, en creencias, que nos pueden dejar fuera a pesar de sentir amor y arraigo por la tierra en donde nacimos, y ese es el punto que enfatizan las tres partes.

 

Otra cosa importante de la película es el uso de las secuencias de montaje acompañadas por música que no es un adorno sino una contextualización del espacio donde se desarrolla la historia. Mientras Esteban toca el clarinete con su compadre, podemos ver imágenes demostrativas de cómo se realiza una mayordomía por parte de la comunidad en la fiesta a un santo, ofreciendo comida y bebida libre a la gente, que una persona o familia acepta donar o para la que el pueblo coopera y ofrece lo que puede. También en el entierro del papá de María, el acompañamiento de una banda de viento y su sonoridad guía la marcha y contrasta con los rostros de tristeza y soslayo de la familia de la fallecida.

 

La fotografía nos permite sentir la naturaleza del lugar, hay recorridos de las dunas arenosas del pueblo donde las texturas son muy bellas y significativas, realzando tanto la aridez como la fertilidad. En especial, me parece muy interesante la manera de iluminar las tomas nocturnas, destacando siluetas y miradas con un toque muy especial, la corrección de color destaca los tonos ocres y amarillos. Filmada en gran parte en Tlaxiaco, Oaxaca y sus comunidades, la cámara muestra la geografía de manera íntima y sin exotizar a las personas.

 

En un país donde hemos visto durante varios años ejemplos de narrativa fragmentada, historias que se entrelazan, es decir, tenemos muchos referentes de puestas en cámara y propuestas de edición, comparada con la mayoría de ellas, “Nudo Mixteco” lo hace con naturalidad. Aquí el recurso que usa es darnos dos perspectivas del mismo hecho, donde captamos la interacción de las protagonistas de las tres historias en una plática que es tan cotidiana y casual que funciona para ver cómo los momentos nos unen circunstancialmente en un momento y lugar, y nos guían a tres temas comunes en dichos núcleos sociales, quien protagoniza y tiene la palabra un día puede ser esporádico al otro.

 

En la parte sonora, las bandas de viento que podemos ver y escuchar en varios momentos de la película refuerzan el carácter y temperado de la música de esa región, siempre diegética, ya que es una película que elige afortunadamente prestar más atención al espacio, no llevar piezas instrumentales en exceso sino escuchar, a las voces, los tumultos y murmullos, y que nosotros podamos también ser parte y dejarnos llevar por los diversos momentos de la sonoridad del pueblo.

 

 

La negra Angustias: Matilde Landeta y la desmitificación de estructuras

Por Sergio E. Cerecedo

 

Con los movimientos sociales de la actualidad se han puesto en la mesa nombres que antes no se escuchaban tanto en las masas, debido a muchos factores: ignorancia, sesgos, que pertenecen al pasado, y mil y un razones más. Es ahí donde la figura de Matilde Landeta y su lucha es emulada en movimientos por la igualdad y en contra de la violencia de género, además, gracias a esa representatividad que los grupos de mujeres encontraron, el público en general, y que no está del todo consciente o al corriente de estas causas, puede saber del trabajo, figura e importancia de esta cineasta.

 

Matilde en el medio cinematográfico crece primero como continuista en El Prisionero 13 (Fernando de Fuentes, 1933) y asistente de dirección de varias películas de la época del cine de oro con directores como Ramón Peón, camino que le permitió aprender de diferentes géneros y formas de filmar. En su carrera encontramos tanto películas enmarcadas en la revolución y en las luchas armadas como dramas sobre el trabajo sexual y la vida en las ciudades (Trotacalles, 1951), y eso sí, adaptaciones literarias. Su interés por el teatro y la literatura siempre fue tal que llevó un par de novelas al cine, entre ellas está la película que hoy analizamos, devenida de la novela de Francisco Rojas González

 

Por cuestiones de género y política, Matilde estuvo relegada y censurada de la dirección durante muchos años, lo que no le impidió estar de cerca en la parte administrativa y sin dejar de escrLeer más

El secreto de Romelia

Por Sergio E. Cerecedo

 

La década de los ochenta vino con muchos cambios para la industria del cine mexicano, como la llegada del video casero, la decadencia del género de la sexycomedia y, con ello, las disyuntivas entre lo que el público quería ver, debido a la debacle de los géneros cinematográficos populares. También es la época donde más que nunca se sustituyen los productos nacionales por los extranjeros. Y es en esta época que se vive la consolidación de la comunidad estudiantil egresada de las dos primeras escuelas de cine públicas en el país: el CUEC ahora ENAC, y el Centro de Capacitación Cinematográfica.

 

De esta última encontramos entre las directoras formadas ahí a Busi Cortés (1950-2024), quien rueda su ópera prima en una década con dificultades para las propuestas autorales. Además de su larga carrera como documentalista y directora de programas de televisión, ostenta logros como ser la primera estudiante del centro de capacitación cinematográfica en recibir el apoyo para la producción de su ópera prima, como alumna graduada de dicha escuela, un programa que dio oportunidad a través del esfuerzo de que estudiantes fueran cabezas de área por primera vez o de ser asistentes y recibir entrenamiento de maestros expertos.

 

Busi Cortés (1988)

La maestra Busi siempre tuvo una visión de la demostración de la fuerza femenina, de la lucha en contra de las pretensiones sociales y del mostrar los resultados de la represión y el peso de los roles de género en la vida de las personas. De los duros tiempos de represión que atestiguó de las circunstancias hacia las mujeres construye personajes complejos, imperfectos y que ni buscan ser un ejemplo ni tampoco se conforman con el yugo social que imponen sus decisiones, especialmente devenidas de sus sentimientos.

 

Y precisamente esa conexión en temáticas le llevaría a adaptar las letras de Rosario Castellanos, otra gran defensora de la tridimensionalidad en la visión Leer más

Pechos eternos: la completud del ser escritora

Por Sergio E. Cerecedo

 

En los años cincuenta se empezó a ver con una mayor frecuencia que en las cinematografías del mundo se abriera el paso a las mujeres directoras. En el caso de Japón, y también de otros países, esa brecha se abrió principalmente por dos caminos: las guionistas que llegaron del mundo de la literatura y las actrices que conociendo el oficio frente a las cámaras se animaron a aliarse con las escritoras y escribir papeles para ellas y sus colegas. Entre ese grupo se establecieron alianzas para proponer a las producciones historias que miraran más desde el punto de vista femenino y también que dieran presencia en las películas a los temas de interés de la actualidad de ese entonces y que dieran, por supuesto, voz a las historias femeninas.

 

Una de estas actrices fue Kinuyo Tanaka, quien es recordada en grandes películas de directores reconocidos como “Cuentos de la luna pálida de Agosto” (Kenji Mizoguchi, 1961) o Barbarroja (Akira Kurosawa,1965). Tanaka empezó desde muy joven con su carrera en las artes escénicas tocando la biwa (un instrumento musical de cuerda típico de Japón) e incorporándose a un grupo musical. Obtuvo sus primeros papeles en los años 30, y en los 40´s su carrera fue tan exitosa que incluso los títulos originales de las películas eran cambiados comercialmente para ponerle su nombre con una referencia a la temática, como “El primer amor de Kinuyo”  o “Doctor Kinuyo”. Kinuyo fue entonces un ícono de una industria que crecía rápidamente a pesar de haber vivido poco tiempo antes una guerra que trajo nuevos horrores y amenazas.

 

Kinuyo Tanaka (1955)

Sin embargo, ella tenía más ambiciones que la de ser un rostro reconocido, para los años 50 empezó a dirigir  y juntó sus inquietudes con gente con quien compartía ideas e intereses. Una de sus colaboraciones más importantes fue con la creciente dramaturga Sumie Tanaka, que colaboraba con elLeer más

“Yo no soy guapo”

Por Sergio E. Cerecedo

 

En el trabajo de estudios culturales y etnomusicología que he tenido la suerte de realizar, cada vez reafirmo más mi gran pasión por el fenómeno social que se engloba dentro del gusto de la gente por cierta música, y puedo disfrutar géneros de diferentes orígenes con la misma alegría. Desafortunadamente, a través del tiempo, he visto que sobre cierta música en especial en este país donde el sistema de castas no se nos sale de la cabeza ni de las vísceras, hay géneros y estilos que son discriminados por el grueso de la población y cuyos orígenes en el barrio, en las venas abiertas de las clases populares, los prejuicios y estereotipos alejan a muchos grupos sociales que buscan “lo de moda” más allá de lo que les hace sentir y disfrutar. Así pues, los géneros tocados por los sonideros fueron mucho tiempo ninguneados y calificados como algo de mal gusto, y en lo personal, me da mucho coraje que hasta que un músico o intérprete que gusta a la clase alta se acerca a los géneros y decide hacer una colaboración —mucho también tienen que ver las decisiones de las disqueras—, que la mayoría de las veces diluye el sonido original, la esencia del género, es que afortunadamente sirve para que algunos curiosos volteen a ver más la importancia de los llamados “Sound Systems Mexicanos”

 

Joyce García (2017)

Del trabajo de los músicos que menciono, vinieron otras fusiones que actualmente legitimaron ante la chaviza estos géneros. Un fenómeno de aceptación que hizo posible que el sonido “La Changa” y similares se presenten en el plaza Condesa y otros lugares en colonias que distan mucho de ser populares, lo cual es gracias al paso abierto por ciertas disqueras y músicos que reconocieron una influencia valiosa en la música caribeña y sudamericana de influencias africanas que los sonideros dieron a conocer. La película documental “YO NO SOY GUAPO” es en parte un tributo a esa gente que en ocasiones ha dejado de comer por adquirir un disco y hacer que los trabajadores, los expertos en oficio y la gente que se parte el lomo diario tengan también la alegría que las fiestas populares implican en el mexicano.

 

Y es que en los años 50´s y 60´s, en los momentos de mayor desigualdad sLeer más

Armas blancas: Ópera prima

Por Sergio E. Cerecedo

 

En el cine nacional es muy fácil perder de vista a las producciones que no tienen mucha publicidad; la poca difusión de algunos filmes y la centralización en las ciudades grandes, entre otros factores, hacen que propuestas interesantes se pierdan en la ignominia. No obstante, gracias a muestras como los ciclos virtuales en torno a la entrega de los arieles o a algunos festivales que desde la pandemia del 2020 empezaron a compartir funciones virtuales es que los productos pueden llegar a otros públicos, este es el caso de la ópera prima de Mariana Musalem Ramos, un acercamiento auténtico y sensible a temas tocados muy a menudo como los dilemas de crecer.

 

Valeria, su hermano Emiliano y su amiga Sabina viven en San Miguel de Allende en un vecindario clasemediero, caluroso y donde la alberca del lugar es su refugio; ahí se divierten casi diario juntos, después de salir de la escuela. En el agua se desarrollan sus juegos, crecen sus lazos y los de sus padres, pero pronto llega un suceso que aleja a Sabi. Verse sin esa amistad coincide con el despertar de la adolescencia de Vale, que empieza a mirar a otros lados y a hacerse otras preguntas. Es curioso, incluso a nivel simbólico, que el alejamiento de Sabi, simultáneo a su enamoramiento, la mueva cada vez más fuera del agua.

 

La cinta se muestra precisa en su exploración del cuerpo que crece, y desde el movimiento hasta la ropa que va portando nos hablan de decisiones, de maneras de hacer las cosas en sus personLeer más

No soy una bruja

Por Sergio E. Cerecedo

 

Rungano Nyoni nació en Zambia y es una directora previamente formada como actriz en Gales. A lo largo de sus cortometrajes, ha logrado plasmar sus inquietudes alrededor de las creencias y costumbres de las sociedades africanas, las relaciones humanas en estos contextos y concretamente en las infancias y su crecimiento en el entorno de las creencias, clases y jerarquías sociales. Con ésta, su ópera prima, logró abrir diferentes discusiones sobre todo hacia la visión que en el mundo occidental se tiene de los países que durante mucho tiempo fueron parte de ellos.

 

Rungano Nyoni (2017)

El choque entre pensamiento mágico místico y la ejecución de las leyes civiles deja a una niña en medio de una situación que no puede controlar, desde un día que ella se encuentra en una zona rural de Zambia observando a una mujer mientras lleva el agua de un río cercano, la señora tropieza y, posteriormente, la siguiente secuencia nos muestra que la misma mujer acusa de brujería a la niña junto con más de veinte personas en la comandancia de policía, todos mueren por hablar en contra y algunos dicen puras sandeces y subjetividades, pero al final, al permanecer en silencio, se asume que el cargo es cierto y se decide llevarla a una comunidad para que desarrolle su vocación.

 

En el lugar al que la llevan el entorno es parecido al que se da a las reservas de poblaciones originarias en Estados Unidos y Canadá, una organización social donde pueden regirse por sus creencias pero que conlleva también un trato con el gobierno, inclusive hay una canción oficialista sobre las brujas al servicio del Estado y vemos que esto no se reduce solo a estar amarradas con un lazo blanco como un mecanismo de control, sino que taLeer más

Un futuro brillante: el destino de una semilla rara

Por Sergio E. Cerecedo

 

 

Lucía Garibaldi (2025)

En México ha iniciado la temporada de festivales hace un par de meses y es muy bonito presenciar la exhibición de corto, medio y largometrajes nacionales, pero también ver que se cuelan propuestas del Caribe, Centro y Sudamérica. En lo personal, me emocionó ver una propuesta de ciencia ficción, género que casi siempre se piensa como algo necesitado de mucho dinero y de difícil capacidad de verosimilitud si algo no se ve como Marvel, Warner o las grandes casas productoras. “Un futuro brillante” abrió el festival de Guanajuato de 2025 en el teatro Juárez, ante una audiencia que no quedó exenta de sensaciones y de fascinación por una película que le saca la vuelta a las propuestas espectaculares a raíz de una puesta en escena con detalles tecnológicos pequeños pero que están donde tienen que estar y que crean una película muy impresionante.

 

Elisa es detectada con un coeficiente mental alto y recibe una oportunidad de movilidad, estudios y mejor vida a partir de ello; la fuente de oportunidades se ubica en el norte de esta versión futurista (o retro futurista) de Uruguay. Ha habido un cataclismo ambiental atribuido a las hormigas, que ahora son exterminadas en cuanto se ven, los edificios residenciales son sometidos a una infinidad de fumigaciones para mantenerla lejos (es muy estético visualmente el humo verde sobre los edificios durante estas limpiezas). La tasa de natalidad ha bajado y el cliché de “los jóvenes son el futuro” se ha asentaLeer más

Concierto para otras manos: la adaptación física por la vocación

Por Sergio E. Cerecedo

 

En el quehacer del documental cinematográfico hay un consejo muy escondido que quien lo mira como espectador imagina poco su existencia: “ármate de paciencia, porque estas películas son de lento cocimiento”. Y, en lo personal, alguien que se desespera cuidando el hervor de unas papas o zanahorias o en la cola de las tortillas la va a tener muy difícil a la hora de acometer un seguimiento a una historia, región, situación que puede llevar años de ir y venir. En una asesoría, una persona de experticia en la materia te puede mirar fijamente para decir: “Tienes una película de dos años”, y tú decides si te bajas o ahí vas. Pues sobre todo para las personas que hacen ficción es muy difícil aceptar que vas a filmar una historia que probablemente se cuente sola y agarre un camino propio que tendrás que simplemente seguir a momentos.

 

Ernesto González Díaz (2025)

“Concierto para otras manos” tuvo un camino de 5 años para ver la luz desde que inició su filmación, y si bien no es fácil, barato, ni para muchos viable el aguantar a que los momentos lleguen y se hagan filmables, este recuento de vidas y haceres llega a nuestras salas después de haber ganado La diosa de plata en Guadalajara, para traernos un retrato interesante, con un lenguaje cinematográfico sencillo y atento.

 

José Luis González quiso ser pianista, estudió, se esmeró en sus pasiones y lo logró. Al formar una familia, llegaron al mundo sus hijas, quienes siguieron sus pasos estudiando música; y por último su hijo David, a quien desde los estudios de ultrasonido se le vieron diferencias en el desarrollo que no iban por el camino. Conforme nació y fue creciendo se hicieron visibles las diferencias entre un brazo y el otro y la estructura de su rostro, también se hizo patente un problema en los oídos que no le permite escuchar al cien por ciento, sin embargo, el gusto de observar a la familia practicar la música hizo que le llevaran a clases de piano. Sus padres pensaron que hasta donde él llegara sería un camino bueno, pero con todo y la limitante de no poder mover algunos dedos, empezó a participar en concursos y cimentar una carrera como pianista.

 

Al escuchar y ver a David podemos notar una mente abierta, sensible y muy consciente de qué puede y no puede hacer. Durante el metraje le vemos como un habitante del mundo que también crece para ser dueño del suyo, un camino de adaptación y adecuación en una disciplina tan difícil como la música académica o de concierto (o tantas definiciones que pueden parecer imprecisas para el caso), que muchas veces tiene reglas protocolarias de siglos atrás que, en la opinión de muchos, ha hecho que la composición para orquesta haya llegado a un límite. Y es que precisamente el mLeer más

El hombre que mató A Don Quijote: Piedras en el camino narrativo

Por Sergio E. Cerecedo

 

El Quijote ha sido el gran reto inadaptable y maldito del cine para más de uno; Orson Welles nunca pudo concluir su encomienda y a lo mejor, si somos muy supersticiosos, podemos decir que el presente film fue concluido gracias a que nunca fue precisamente una adaptación. Y aun así, gran parte del público adepto sabe ya de sobra lo difícil que fue para Terry Gilliam levantar este proyecto, pues durante casi 20 años tuvo que pelear con cancelaciones, recortes de presupuesto, deserción y muerte de algunos de los actores elegidos. La mayor parte de esto se conoce mediante el largometraje documental “Lost in La Mancha” de 2002, hecho con el material recogido como detrás de cámaras.

 

El proyecto revivió gracias a inversionistas españoles e italianos y se anunció un nuevo rodaje, causando tanto expectativas por un nuevo objeto de culto, como incertidumbre por un producto que se realizaría casi 20 años después de lo planeado. Y aunque la película tiene sus virtudes, está lejos de ser un punto alto de la filmografía del director, pues toda esta demora en logística sin duda afectó la realización, y esta diferencia entre tiempos de concepción y producción provocan que la cinta se sienta accidentada y falta de ritmo.

 

La trama gira alrededor de Toby, un realizador de comerciales que dirige una campaña de promocionales turísticos a grabar en la región de la Mancha; Leer más