Esta herida está llena de peces, Lorena Salazar Masso desde el Chocó

Por Yessika María Rengifo Castillo

Toda alma tiene sus raspaduras.
Doménico Cieri Estrada[1]

Uno de los departamentos más violentados y olvidados en la historia de Colombia es el Chocó.  Ciudad que está rodeada de un fragmento del África, teniendo en cuenta que la mayoría de sus pobladores son afrodescendientes que se niegan a olvidar. Sin embargo, paradójicamente, el Chocó está lleno de ríos, de selvas, de hombres, de mujeres, de niños y de niñas, contando historias que se tejen en la memoria y el alma de los que entran y salen de la ciudad del pacifico colombiano.

Esta breve descripción del departamento del Chocó estaría incompleta sin recordar que el río Atrato es uno de los más caudalosos de Colombia, el cual ha sido testigo de llantos, de lamentos, de susurros de la guerra, de esa búsqueda incansable de esas madres por sus hijos. En medio de esa herida llena de raspaduras, es también un río que provee y no discrimina.

Dentro de este contexto, la escritora colombiana Lorena Salazar Masso lanzó su obra cumbre Esta herida está llena de peces, bajo las editoriales ALeer más

Botas negras

Por Lizette Sánchez 

El frío que entra por la grieta en el techo me despertó. El sonido de los perros ladrando y el gallo de mi papá muy puntual avisaban que el día comenzaba. ¡Clara! ¡Hay que ir por la leche!

Mamá Toña, mi abuelita, había llegado con los hongos recolectados, el té de monte y quelites salidos de la siembra del maíz. 

-¡Clara! ¡Niña! Salió el sol. Anda, ve por la leche para preparar el atole.

Salí de la cama de un salto, busqué mis botas negras, no me gustan, son pesadas y me quedan grandes. 

-Toma, niña, llena el bote. No olvides darle agua a la vaca. Leer más

Y gracias a la mujer el mexicano se aceptó

Por Manuela Herazo Martínez[1]

En el presente ensayo se pretende abordar y analizar de forma breve una de las obras base de la cuentística mexicana, La culpa es de los tlaxcaltecas, no de forma integral sino concentrándose en uno de sus aspectos literarios, la narración, partiendo de su representación como uno de los textos primordiales al hablar de la novela moderna mexicana.

En ese sentido, el objeto de este trabajo es demostrar la construcción de la idea de aceptación del mestizaje a través de los tiempos narrativos. Para ello es que se analizarán fragmentos del propio cuento desarrollando el breve estudio a través de dos ideas específicas: la alternancia de un tiempo diegético que va proponiendo la idea del mestizaje, de la mezcla; y por otro lado la concepción del personaje principal como ese puente o símbolo de enlace entre la temporalidad.

Hablar de estas estrategias narrativas que se alejan de la linealidad, ya sea horizontal o vertical, y evocar más bien un recorrido similar al de un sube y baja, es justo uno de tantos elementos que irrumpieron en la narrativa tradicional, bajo los cuales los representantes de la novela moderna concibieron una nueva forma de contar historias, alejando el foco de la Historia socio-cultural concediéndole un papel circunstancial, y dirigiendo el reflector a la construcción individual de personajes complejos.

Bajo esa tesitura es importante referirse, Leer más

Los niños alrededor de Ana María Matute

Por Alexis Álvarez Lara[1]

 

“A veces la infancia es más larga que la vida,
persiste más.”
Ana María Matute.

 

En Los niños tontos, alejada de la literatura infantil, Ana María Matute aborda temas como la muerte, la soledad, la pérdida de la inocencia y la crueldad del mundo a través de los sentidos y en la propia piel de los niños, protagonistas de los veintiún relatos breves que conforman el libro.

En apariencia inacabados, con finales abruptos y elipsis demasiado prolongadas, los cuentos podrían resultar incómodos para el lector, sin tomar en cuenta las sensaciones que puede despertar la historia misma, pero es justamente eso, el cálculo de la escritora, el saber callar a tiempo, lo que hace que el lector se involucre. Consciente de la fuerza del silencio como espacio para cederle a la tinta, al papel y la imaginación un campo libre a la interpretación.

La naturaleza, el hambre, el dolor, la muerte y el tiempo no discriminan, no hacen diferencias entre niños y hombres, atacan por igual.

El árbol, el incendio, el mar y la sed y el niño son los relatos donde la naturaleza juega un papel antagónico, simboliza la muerte. Para el niño, los árboles, el fuego y el mar representan una esperanza, la última ilusión, una manera de continuar viviendo. Son los adultos los que le aportan el tono trágico.

A veces confundimos la inocencia con ingenuidad. En sus pequeñas proporciones, demuestran la gran condiciónLeer más

Entre redes sociales y tararear el amor romántico

Por Ruth Alcántara

Intento 136, es así como Ma reanuda su investigación, y es que ha dado con el grupo muestra que le servirá para indagar acerca de un elemento social que está aniquilando a mujeres estereotipadas por su manera de amar. Ya años atrás algunas autoras han desenmarañado la trama romántica del amor, que por sus características nocivas invade la mente de quien lo hace propio. En tal estudio, Ma deja claro cómo el amor romántico invade poco a poco las mentes de lxs enamorados. En lo sucesivo, Ma describe sus fases.

Fase uno, un ofrecimiento incipiente de silueta perfecta, ya sea como un ramo de flores, corazones o cromáticos globos de colores que flotan por el aire sostenidos por el frágil hilo del “amor”.

Fase dos, de reacomodo. Donde el amor romántico escala a otras aspiraciones ideales, como tener el marido más guapo, una casa de ensueño o la tradicional familia feliz. Ma descubre, simultáneamente, cómo bajo efectos amorosos y alucinógenos muta a otras variantes peligrosas donde los roles tradicionales transformanLeer más

A la mitad

Por Diana Meza

“Yagé […] Etimológicamente, en lengua quechua —aya (muerto, espíritu) y waska (soga, cuerda)— significa “soga o liana de los muertos” porque, para los nativos amazónicos, la ayahuasca permite que el espíritu salga del cuerpo sin que este muera”.

 

Salí del ensueño una mañana soleada. El ventilador de la esquina no era suficiente para erradicar el calor que había convertido el cuarto de hotel en un desierto, donde mi cuerpa y frente perlada se deshidrataban gota a gota, dejando marcas mojadas en la almohada y en la mano con que limpiaba mi frente. Faltaba una hora para salir rumbo a Puyo de la estación de autobuses de la ciudad de Guayaquil. Impulsada por la prisa sacudí la pereza junto con las sábanas, caminé al baño, lavé mi rostro y me vestí para dirigirme a la recepción del hostal y solicitar información sobre cómo llegar a mi destino.

No dejaba de estar inquieta, pues mi visita al amazónico lugar tenía un objetivo específico: encontrarme con la Ayahuasca, el elixir preparado con plantas de raíces inmemoriales. Aunque antes me había informado y preparado de acuerdo con las limitaciones derivadas de mi condición de mujer occidental, nada evitaba que yo sintiera miedo, pero ¿a qué?, ¿a la naturaleza?, ¿a la selva?, ¿a la introspección? ¿Cómo explicar este temor a explorar mi propia conciencia fuera del plano común? Mientras devanaba mis sesos con estas disertaciones, ya había llegado el taxi que me transportaría a la central; cargaba a mis espaldas, como una joroba llena de ilusiones, una enorme mochila con todo lo necesario para adentrarme en las entrañas selváticas: pasaporte, libreta, pluma, repelente.

El traslado fue rápido, en cuestión de minutos ya estaba en la sala de espera rodeada de gente extraña. Ví rostros morenos y cabelleras negras como la mía, oí voces cantadas con acento tropical, torsos sudorosos, Leer más

Punto de partida o destino

Ilustración de Yelena bryksenkova 

Por Priscila Alonso[1]

 

I

Quisiera abrazarte tanto para llenarme de ti

Para que tenga algo que pueda recordar cuando te marches

No quiero ser fatalista, pero siempre le va mejor al que se va

Los que nos quedamos estamos siempre viviendo de recuerdos

Cambiando los muebles

para hacer todo menos pesado

Pintando la casa

para borrar el rastro

Ya hace tres años que todo acabó

y aún quedan cosas tuyas, nuestras, en el cuarto de servicio

Siempre digo que hoy las dono, las tiro o las regalo

Pero por más que amanece, ese día no llega

 

II

Cuando pienso en la muerte, me viene a la mente la primera línea de El extranjero de Camus. También recuerdo los rezos en las casas de las amigas de mi abuela, algunas veces parecen más lamentos, sollozos…

Los cantos no alegran, duelen, limpian. La tierra no huele, las cenizas no vuelan, las cajas se quedan vacías como las almas y los corazones y no hay papel ni frascos suficientes para colocar el agua salada que recorre nuestros poros.

El ‹‹ hasta luego ››, los arrepentimientos y los nardos ya no existen. La incapacidad de abrazar, ver Leer más

Interpretación feminista del cuento “Santa Milagros” de Marliz Giraldo Quesada

Por Victoria Marín Fallas

 

 

Diosas mutuas,
claraboyas y velas de cierto color en el andén.
De fondo el collado verdea y se extiende,
Hamartia no existe.
Solo ellas diosas mutuas y la hora que viene…
Lara Solórzano

 

El cuento que nos ocupa fue escrito y publicado en 2021 en el blog personal de la autora Marliz Giraldo (https://decocinayescritura.blogspot.com/), una escritora emergente que ha participado en dos proyectos literarios relativamente recientes, la antología Nueva Poesía Costarricense (Ramírez, 2020) y Anábasis, antología de narrativa fantástica y ficción histórica (Marín, 2020). Varias de sus obras evidencian una marcada preocupación por la violencia de género y la liberación femenina, preocupación que bien podría estar implícita en este relato; pues, partiendo del tópico de la rivalidad entre familiares, el cual ha formado parte del discurso mitológico de varias culturas, del discurso histórico e incluso de la tradición bíblica, Giraldo nos presenta una alternativa capaz de romper este patrón: la conjunción de amor y sororidad. Además, la autora trae a colación el tema de lo sagrado femenino, cuyo reconocimiento implica dar paso a una espiritualidad más abierta, capaz de incentivar el cambio y la igualdad, incluso dentro del marco de una religión patriarcal.

Este relato se ambienta en la Costa Rica contemporánea, y las acciones (o prodigios) ocurren en el lugar en donde habitan Milagros (la prima virtuosa y alabada) y Dolores (la prima envidiosa e increpada). Tienen lugar en el barrio, el cementerio de la localidad, la casa de Dolores y su floristería, escenario en donde también se enmarca la complicación que motiva el desarrollo de la historia: la difícil situación del negocio de Dolores seguida de la muerte de Milagros, quien, atendiendo a las súplicas de su desesperada prima, concede la recuperación de la floristería tras la violenta exhumación de su cuerpo incorrupto y, más adelante, también fugitivo, del cual emana un aroma perfecto a pesar de que llevaba meses enterrado. Gracias a esto se logra la reconciliación que llegará a concretarse en la muerte dichosa de Dolores y la reaparición del cuerpo de Milagros junto al suyo, en la floristería (de cuyo piso de cemento brotan flores). Ante tales hechos, surge el deseo de canonización de las primas por parte del Vaticano, lo que ocasiona la desaparición de ambos cuerpos y la recuperación de ese estado de unión dado por el origen que comparten las primas, su entorno familiar e incluso su género.

Si nos enfocamos en los valores axiológicos que operan en la narración, resultaLeer más

Cuando tenía dolor de panza

Por Jesica Gonzáles

Recuerdo cuando nos mudamos de lo de mi abuela, el camión de mudanzas sobre la calle, las cajas apiladas sobre la vereda, yo con mis hermanitas agarradas de los fierros que parecían laberintos dentro del camión, mientras el conductor prendía el motor saludamos con nuestras pequeñas manos a esa casa que por mucho tiempo había sido nuestro hogar. Nos dirigimos a la nueva casa, con paredes blancas, habitaciones pequeñas, con una grifería que no paraba de gotear.  Yo tenía 5 años, comencé el jardín y luego fui a la primaria que estaba a una cuadra de casa.

No me gustaba ir a la escuela porque siempre nos decían cosas muy feas a mí y a mis hermanitas, que éramos pobres, que se nos notaba en la cara y hasta en el pelo.

Una vez llegué medio dormida al cole, mis compañeros empezaron a burlarse de mí porque tenía pedazos de colchón pegados en el cabello, “cabeza de colchón” me decían, o se burlaban por el olor a humo de las brasas con las que por las noches mamá cocinaba en el patio porque no teníamos gas. Otras veces íbamos sin desayunar y terminamos en la dirección con dolor de panza. En tercer grado tuve a una maestra llamada Andrea, era muy buena, cuando tenía dolor de panza ella me preparaba un desayuno para que tomara antes de entrar a clases. Una tarde,Leer más

Eros multifacético: diferentes tematizaciones del erotismo desde la poesía de Cristina Peri Rossi en Estrategias del deseo (2004)

Por Francisco Tinajero[1]

Las palabras son espectros
piedras abracadabras
que saltan los sellos
de la memoria antigua
“Las palabras son espectros”,
Cristina Peri Rossi
 

 

Como ya advertían Friedrich Engels y Karl Marx en 1848 con su lapidario enunciado “todo lo sagrado[2] es profanado” (23)[3], en una época histórica de desarrollo económico exacerbado y de sobreproducción, como la contemporánea, muchos de los rasgos distintivos de la humanidad (la unicidad, sexualidad, intimidad, vulnerabilidad, entre muchos más) se ven desprovistos de su aura, en términos de Walter Benjamin. Una de esas características confiere al ámbito de lo erótico.

No es un secreto que la actualidad se caracteriza por un constante estado de sobreexposición de lxs sujetos; tanto en la posición de “espectadores” como en la de “actores” —dentro de la llamada “sociedad del espectáculo”—. Es decir, aunque el desnudamiento ontológico impera en las relaciones sociales —he aquí la importancia de la ética de la vulnerabilidad—, el interés mercantil predomina sobre cualquier otro. Por eso es usual observar la hipersexualización como estrategia principal de venta en múltiples campos: sea en la música y el cine o en productos de uso cotidiano.

El resultado de este y otros procesos similares conlleva a una explotación no solo de los cuerpos —que no es algo menor; es condenable—, sino también de la capacidad de vínculo humano mediante la sensualidad; hasta el punto de la vaciedad y sequía erótica. A este respecto, valdría la pena recordar el último diálogo de la protagonista del filme dirigido por Lars von Trier Nymph()maniac Vol.1 (2013), Joe (interpretada por Stacy Martin), quien desesperada por la incapacidad de percibir el contacto sexual de su pareja entra en una crisis emocional y existencial: “No siento nada” (01:52:46).

No obstante, aunque el panorama actual de lo erótico es nocivo, existen Leer más