Visibilizar y reconocer a las mujeres en STEM en los medios de comunicación

Por Angélica Mayoral Campillo[1]

¿Has escuchado hablar del Efecto Matilda? Esto se refiere a la discriminación y prejuicio que se produce en contra de los logros de las mujeres científicas cuyas aportaciones suelen atribuirse a los hombres, mientras ellas permaneces negadas del reconocimiento por su trabajo. El más claro ejemplo de lo anterior es la propia historia del término, pues durante muchos años el concepto Efecto Mateo (refiriendo una crítica a la estructura social de la ciencia que se basa en jerarquías de poder) se asoció a una contribución del sociólogo Robert Merton. Sin embargo, con el tiempo, la científica e historiadora de la ciencia Margaret W. Rossiter denunció que en realidad su escrito se realizó con base en la investigación doctoral de la socióloga Harriet Zuckerman a quien Merton únicamente citaba a pie de página. Fue entonces cuando se estableció el término Efecto Matilda en honor a Matilda Joslyn Gage, una de las primeras activistas que luchó por los derechos de las mujeres.

A lo largo de la historia de la humanidad, los campos de conocimiento han estado cargados de desigualdad de género e invisibilización de mujeres. Esto tiene mucho que ver con la forma androcéntrica hegemónica tradicional de ver el mundo. Estos sesgos masculinos consideran inferior aquello relacionado con lo femenino y están presentes, entre otros espacios, en los discursos académicos y de la comunicación masiva. De hecho, uno de los factores que influyen en la participación de mujeres en STEM (por sus siglas en inglés Ciencia, Tecnología, Matemáticas e Ingeniería) tiene que ver con la parte social, destacan como instancias socializadoras la escuela, la familia y los medios de comunicación.

Por ejemplo, según un informe de la UNESCO (2019), “las niñas pueden sentirse desalentadas a seguir disciplinas STEM si sus pares y su entorno inmediato las ven como inapropiadas para las mujeres”. El mismo informe también señalaLeer más

¿Quiero o no quiero ser madre?

Resistencias y conflictos en torno a la maternidad

Por Anabel Flores Ortega

 

«Ser mujer va más allá de la maternidad.
La feminidad se encuentra en la diversidad de experiencias
y elecciones que nos hacen únicas.»
– Simone de Beauvoir

 

Este ensayo, tejido con las hebras de mi propia existencia, emerge como una manifestación de lo que Haraway (1991) denomina conocimiento situado. Es un tapiz que se entreteje con las fibras de mi experiencia, una travesía atravesada por un complejo entramado subjetivo. Como destellos en la penumbra, mi realidad se revela, como bien lo expresa Amuchástegui (2001), «teñida por los métodos que seguimos para conocerla, y éstos, a su vez, son marcados por la subjetividad del o la investigadora» (Amuchástegui, 2001: 103). Cada palabra, cada reflexión, se despliega como pétalos de un jardín secreto que solo yo conozco en su totalidad. Es un acto de desnudar mi propia narrativa, permitiendo que la subjetividad impregne cada rincón de este relato. Así, en el acto de narrar, se despliegan los matices de mi perspectiva única, marcada por las huellas de las elecciones, los anhelos y las cicatrices que componen mi historia.

En este ejercicio de conocimiento situado, las palabras no son meros instrumentos, sino pinceles que delinean los contornos de mi realidad vivida. Se exploran las sinuosidades de la subjetividad, donde las emociones se entrelazan con las ideas, dando forma a un paisaje donde la objetividad se diluye en la paleta de la experiencia personal. Este ensayo no es solo un ejercicio intelectual; es una danza de la subjetividad, una celebración de la complejidad y la riqueza que reside en el acto de conocer desde la propia vivencia.

Es un eco de mi historia, resonando en las páginas como un testimonio de la intersección entre la subjetividad y el saber, entre el ser y el conocer. En el centro de esta danza literaria, se erige un tema específico: la maternidad. Es un hilo dorado que se teje con esmero, una reflexión profunda que se sumerge en las aguas turbias y claras de este vasto océano de experiencias. La maternidad, como un jardín de flores y espinas, se revela en sus matices, en los momentos de éxtasis y las sombras de la incertidumbre.

 

El mandato de ser madre

A lo largo de mi existencia, he escuchado palabras que resuenan en mis oídos como suaves susurros: «Aunque ahora no lo sientas, verás que un día anhelarás ser madre». También, entre las mareas del tiempo, se entrelazan frases que danzan en mi mente: «Aún estás a tiempo», «Te arrepentirás si permites que el tiempo escape», «El tiempo corre para las mujeres». El tiempo, un enigma que se desliza como sombra, ha sido transformado por la sociedad en un antagonista de la feminidad. Se tejen imaginarios que susurran a los vientos: «Las mujeres envejecen peor que los hombres», «Una mujer mayor ya no sirve, pues no Leer más

Revistas mexicanas independientes

 Campo virtual, campo revisteril

 

Por Armando Gutiérrez Victoria[1]

Introducción

En su ya clásico “Intelectuales y revistas: razones de una práctica” (1992), Beatriz Sarlo apuntaba con acierto que detrás de la fundación de una revista cultural en Latinoamérica usualmente se halla implícita la necesidad de configurar un nuevo espacio de enunciación y, al mismo tiempo, incidir en el presente de la opinión pública y el campo cultural (p. 9). En buena medida, esta afirmación continúa vigente, incluso si la trasladamos a unas circunstancias tan específicas –y a veces tan inmediatas– como las nuestras, en las cuales imperan dinámicas dictadas por el dominio de los entornos virtuales, por el contenido de las redes sociales y por la descentralización de la opinión pública y la información.

Con este punto de partida, ensayaré una somera aproximación al estudio de las dinámicas, relaciones y presencia de las revistas virtuales independientes. Por tratarse de un campo tan vasto y heterogéneo, circunscribiré mi análisis solamente al caso mexicano y en específico a cuatro títulos activos entre 2021 y 2023: Página Salmón, Enpoli, Granuja e Irradiación. Como se verá a lo largo de estas líneas, aunque cercanas, cada una de ellas exhibe una serie de estrategias y recursos distintos que permitirán completar una breve panorámica de las distintas formas en que las revistas culturales cohabitan –y sobreviven– en nuestros días.

Si bien es innegable que en la actualidad se ha ido desarrollando una creciente línea interdisciplinaria de estudios, que conjunta las humanidades y las nuevas tecnologías de la información, me gustaría proponer una ruta de acceso distinta en el estudio de estosLeer más

El Lebensraum israelita

Por Diego Medina

Hace poco Aldo Vicencio dijo algo que no ha dejado de resonar en mi cabeza: “Israel es descendiente directo de la Alemania Nazi”. Desde luego no queremos decir que la creación del Estado de Israel sea una reparación histórica justa tras el holocausto, nada más alejado de eso. Por el contrario, nos parece obvio que el sionismo ha aprendido, interiorizado e instrumenta las prácticas más terribles que en su momento el Reich de Hitler esgrimió contra el pueblo judío, pero esta vez el sionismo hace lo propio contra el pueblo palestino.

Los líderes mundiales respaldan el “derecho a defenderse” de un ladrón, pero sus pueblos rechazan el genocidio, en los foros la mentira respaldada por el poder triunfa, la verdad grita en las calles, pero la verdad sin poder sólo es “apología al terrorismo”. El crimen cuaja, Israel, que suscribió la convención de Ginebra, bombardea hospitales, escuelas, casas, termina con periodistas, arresta a extranjeros que documentan la violencia arbitraria contra los palestinos, asesina a tres israelíes por error, los cuales habían sido secuestrados por Hamás, secuestrados que fueron el casus belli de Israel para bombardear la Franja de Gaza.

Todo a los ojos del mundo, y aunque las naciones occidentales prohíben las manifestaciones de apoyo a Palestina, por considerarlas antisemitas (mira que hay que ser audaz para ser tan cínico), los hechos son grabados, viralizados. Las personas ven los hechos, no creen las palabras de Tel Aviv, Res non verba. Por su parte la Cruz Roja, la Media Luna, la ONU (cuyo secretario fue extorsionado por Israel), Human Rights Watch, Médicos sin Fronteras, periodistas, urgen a detenerLeer más

Las preguntas que no (te)(me) hago

Por Marisabel Macías Guerrero

Esta contra-cartografía intentará mostrar la inexactitud del territorio, solo una pequeña parte, de las “grandes preguntas” relativas al amor, la sexualidad y la erótica que me habitan, y que por lo tanto también anidan de vez en vez en mis vínculos sexuales y/o afectivos (familia, amistades, pareja, compañeras, etc.), pero que no siempre logro verbalizar para convite. En realidad, las vierto acá como gesto cariñoso, con el afán de compartir con otras a modo de brindis cuestiones que me rondan desde hace algunos meses y que no pretenden tener respuesta, quizá solo ser espejo. Compartir el viaje.

Puedo decir que nunca había tenido tanta estabilidad emocional, física, mental y económica como en los últimos cinco años, y por supuesto eso se refleja en mi actuar, y viceversa, pero no necesariamente en tener grandes certezas (vitales); tampoco significa que no haya momentos de precariedad o desasosiego (en muchos sentidos). Menciono esto porque, en efecto nunca tuve mayor claridad mental, teórica, afectiva incluso, lo cual en ciertos casos me lleva a tener mejor comunicación con las personas que me importan, sin embargo, ha sido en los últimos años cuando se han disuelto fuertes vínculos afectivos, sin que haya podido o querido evitarlo, y desde dentro me rasga el sentir doloroso de no lograr conciliar ideas con otras y otros; o de entregar preguntas que son recibidas como explosivos.

Quienes me conocen saben que soy “una preguntona”, me fascina dar tiempoLeer más

El poema es error.

Imagen: Hanagatami (2017), del cineasta Nobuhiko Obayashi 

 

Por Aldo Vicencio[1]

Para Denia, Mitzi e Inti. Por el amor, la fraternidad y la iluminación.

Una posibilidad, el poema. Posibilidad, error, excepción. Ya sea el mismo poema flexionándose sobre sí mismo al errar (como sugirió José Luis Bobadilla)[2] o el paréntesis que extraña al lenguaje (de acuerdo a Derrida),[3] una y otra vez, los versos apelan a la incertidumbre, y en última instancia, a la apertura.

Insinuación, más que certeza. Experiencia siendo ella, es decir, siendo la habitación que se torna horizonte y un río sin orillas. Lo cotidiano, lo extraordinario; quizás una dualidad innecesaria hasta cierto punto. Si hay trans-mística, debe haber una trans-poética. El entendido de la acción es constituyente del verso: la ποίησις  (poiesis: causa, obtención, creación) es el poema, sin un plano que distinga claramente al autor del verso. Si el sujeto es devenir y proceso, el lenguaje es plasticidad. Pensamiento en la forma, como dimensión íntegra. Escribe Giselle Ruiz en su poema “Pumas”: Por la historia de tu andar/ me nombras: /como si de pradera/ encendida mi piel/ se tratara/ tocas los bordes agrietados/ hasta unirlos.[4]

El poema es el drama de la forma. Una consciencia disuelta, que empieza a abducir al sujeto del plano cartesiano y lo arroja a la radicalidad del mundo. No hay escenario, ni pre-consciencia. Instante, arrebato. Es la filosLeer más

Sociedad del espectáculo en la cultura digital

Apuntes para repensar a Debord

Por Enrique Pérez Reséndiz[1]

La sociedad contemporánea ha experimentado, desde hace algunos años, una serie de transformaciones significativas con el uso de diversas tecnologías de la información y comunicación, donde las plataformas sociodigitales[2] y otras herramientas de comunicación han adquirido un papel central en nuestras vidas. Estas mismas plataformas han posibilitado la existencia de nuevas prácticas y formas de expresión entre sus usuarios. Uno de estos múltiples usos refiere a la muestra de gran parte de nuestras actividades cotidianas, a la puesta en escena de nuestra vida diaria.

En función de lo anterior, cobra relevancia la noción de sociedad del espectáculo (Debord, 1967) como una categoría analítica que permita pensar las formas de autorrepresentación y autoexhibición de las personas en la sociedad contemporánea, dado que muchos de estos ejercicios de representación en los entornos sociodigitales se centran en aspectos superficiales convirtiendo con ello estas imágenes en un espectáculo en donde la popularidad, el éxito y la apariencia cobran relevancia frente a otros. De acuerdo con Debord, en la sociedad del espectáculo se privilegian la imagen y la representación, y estos dominan los aspectos sociales y políticos; en ese mismo sentido, esta autoexhibición en tales entornos supone una extensión de la sociedad espectacular donde la economía de la atención (Stiegle, 2004) se vincula con la búsqueda de la validación, el reconocimiento y la preocupación constante por la aprobación basada en la imagen.

La intención de este escrito es la de establecer líneas generales de discusión para pensar la noción propuesta por Debord en el marco de la cultura digital y la existencia de plataformas sociodigitales, así como la de establecer puentes con la categoría de extimidad (Miller, 2010) e intimidad como espectáculo, desarrollada por Sibila (2008) como herramientas analíticasLeer más

Ser humano, ser uno entre muchas especies

Por Lorena Ruiz Álvarez[1]

“A pesar de toda la evidencia científica que se ha generado no está interiorizado en la conciencia de la gente el tema de la pérdida de biodiversidad como un problema”, decía la bióloga Julia Carabias (2022) en la mesa de dialogo COP 15: ¿Qué cambió para la conservación de la biodiversidad?

No es mentira. De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad se han perdido alrededor del 50 % de los ecosistemas naturales en México. Parece ser que a pesar de todas las advertencias por parte de la comunidad científica y organizaciones ambientales, no se logra incentivar a los seres humanos para hacer algo con respecto a este problema.

No obstante, poner en el imaginario colectivo lo importante que es preservar la diversidad biológica no es imposible. Quizá una chispa de esperanza está en las historias de escritoras como Daniela L. Guzmán, Premio Nacional de Cuento Jesús Amaro Gamboa en 2019, quien dedica su ficción especulativa a hablar sobre la crisis ambiental desde una perspectiva no aLeer más

Rasgos del futurismo italiano en La nube en pantalones de Vladimir Maiakovski

 Por Aleqs Garrigóz

 

 Yo, limpiador de cloacas
            y aguador,
movilizado y llamado
por la Revolución
partí al frente
desde los jardines señoriales
de la poesía,
esa mujer caprichosa.
Vladimir Miakovski
 

Sabemos que el futurismo, el primer movimiento literario de vanguardia, nace en Italia con la publicación del Manifiesto del futurismo en 1909 por F. T Marinetti; sin embargo, será en Rusia donde adquirirá un cultivo más relevante y trascendental en la historia de la literatura del siglo XX. Éste surge en Rusia hacia los años previos a la Primera Guerra Mundial, considerándose su fundación en dicho país con la publicación del manifiesto Bofetada al gusto del público (1912), que estaría firmado por componentes del grupo literario Hylaea de San Petersburgo: entre ellos Velimir Jlébnikov, Aleksei Kruchéinj, David Burliuk y nuestro Vladimir Maiakowski. (Si bien aparecerían alternamente otros grupos de estética similar, como los ego-futuristas representados por poetas como Igor Severyanin y Boris Pasternak en ciudades como Moscú, Kiev y Odesa, entre otras.)

Al igual que los italianos, los futuristas rusos introducen a su poética la fascinación por el dinamismo, la energía, la potencia, la velocidad, el bullicio y la inquietud de la vida urbana moderna a través de símbolos tecnológicos como la máquina, el automóvil, el aeroplano, etc. Buscaron con todos los medios posibles provocar el escándalo anunciando que repudiaban el arte del pasado, la crítica del arte y las academias por estáticos. Según ellos, aun autores rusos canónicos como Pushkin, Tolstói y Dostoyévski debían ser «arrojados por la borda del barco de la Modernidad». No reconocían ningún tipo de líder literario. Se dice que incluso el propio Marinetti sería abucheado por ellos cuando viajó a Rusia en 1914 para hace propaganda de su credo estético. 

A diferencia del movimiento futurista italiano, el futurismo ruso fue más literario que plástico; si bien algunos poetas futuristas como Maiakóvski y Burliuk también pintaron. El futurismo llegaría a arraigarse tanto en Rusia que incluso escritores ya entonces consagrados como Natalia Goncharova y Kazimir Malévich experimentarían con versos futuristas, contagiados Leer más

Ryszard Kapuściński o sobre cómo ser un buen periodista

Por Aldo Saúl Uribe Nuñez[1]

 

“Mi tema principal es la vida de los pobres. Si soñáis con ser periodistas no podéis ignorarlos. Los pobres constituyen el 80% de la población de este planeta. La pobreza no tiene voz. Mi obligación es lograr que la voz de estas personas sea escuchada.”
Ryszard Kapuściński

 

El periodismo, tal como lo conocemos, ha experimentado cambios importantes provenientes de las transformaciones de la vida social, la cultura y el modelo socioeconómico actual. El periodismo se caracteriza por ser un acto humano que tiene como objetivo socializar un hecho específico en un tiempo y espacio determinados. Cada época histórica ha tenido sus métodos, sus formas y prácticas para llevarlo a cabo, y en la época contemporánea, este oficio se ha vuelto más interesante y complejo.

El mundo se encuentra en un constante vaivén de alteraciones profundas provenientes de la globalización y el capitalismo, las cuales transfiguran toda forma de organización social. Harvey (2000) explica que la globalización es un proceso, es decir, una transformación sociohistórica que nos ayuda a entender cómo se produjo y se está produciendo. La globalización como proceso conduce a la consolidación de un mercado mundial específico.

De esta forma, este periodo de la historia ha acarreado repercusiones que inciden en la vida individual y social del ser humano. En este sentido, es necesario pensar de qué manera la forma en la que producimos información y conocimiento se ha modificado a partir del progreso exponencial de la tecnología y los medios de comunicación. Ryszard Kapuściński ha sido testigo de dichos cambios, los ha documentado de forma brillante y nos aconseja cómo hacer frente a ellos en el quehacer Leer más